Entrevista: Mikel Erentxun

“Éste es mi álbum más honesto”

Por: Javier González

La voz de Mikel Erentxun lleva acompañando nuestros pasos desde hace más años de los que casi podamos recordar, primero defendiendo aquella factoría de elegancia y delicadeza al servicio de la canción que tuvo por nombre Duncan Dhu, banda que capitaneaba con la inmejorable compañía de Diego Vasallo, y más tarde en solitario donde nos ganó de por vida para su causa mientras en casa giraba sin cesar el vinilo de “Naufragios” disparando flechazos certeros como “A un Minuto de Ti” y “Esta Luz Nunca se Apagará”. 

Desde entonces un buen puñado de composiciones y noches sobre las tablas, en el marco de una carrera que en los tiempos cambiantes de la música actual, le alejó paulatinamente del foco mediático, ese que representa la absurda masa, devolviéndonos al Mikel más artista, en letras mayúsculas, al obrador de melodías que en sus últimos cuatro trabajos dibuja una senda repleta de interés, minimalismo, calidad y efectividad.

El último capítulo de ésta aventura se llama “El Hombre sin Sombra”, una brillante colección de canciones sinceras, que nos ha brindado la oportunidad de charlar con el músico guipuzcoano, quien cercano, interesante y amable como pocos, nos descubre los secretos de sus más reciente reunión de composiciones ejemplares.

Has pasado de editar un álbum llamado “Corazones” a “El Hombre sin Sombra”, dos discos de título sintomático. 

Mikel: He entrado en un momento de mi vida en el que me encuentro más a gusto hablando de mí, mirando hacia adentro. Lo descubrí en “Corazones” y lo reafirmo en éste disco. Hablar de los problemas de uno sirve como reafirmación y terapia. Es algo que me viene muy bien, sobre todo desde que escribo las letras. Los dos trabajos tienen cosas en común y la principal son los tintes autobiográficos, además ambos están grabados en el mismo estudio y con los mismos medios, con ese innegable toque casero. Dicho lo cual, creo que son muy distintos entre sí aunque tengan directrices comunes. 

Escuchando tus últimas composiciones nos hemos encontrado a un artista maduro, muy descreído y que habla con más claridad que nunca. ¿Estás de acuerdo con la afirmación?

Mikel: Hablo muy claro no lo niego. Una de las lecturas del título, “El Hombre sin Sombra”, es la de alguien que no tiene nada que ocultar. Cada vez soy más honesto en las letras y en la música. No sé dónde me llevará esta cruzada analógica que he tomado, pero desde “Detalle del Miedo” me he metido en esa batalla de 24, 16 y 8 pistas, como las maquetas de antaño. 

En definitiva un trabajo construido de una manera minimilista y con cierto toque experimental. 

Mikel: Sí, la verdad que tiene mucho de experimental, aunque el gran público entiende ese término asociado al rock progresivo de los años setenta que es algo como muy marciano. Sin embargo yo lo utilizo como forma de referirme al hecho de grabar una batería mono con un solo micrófono en el año 2017, así están grabadas muchas de las de éste trabajo. Eso es experimental. Es algo que no había hecho nunca hasta que conocí a Paco Loco, y eso que he grabado veinticinco discos hasta la fecha. Estoy descubriendo cosas que hasta ahora no sabía. En éste álbum toco el bajo y la batería… también es novedoso el tratamiento de la voz de forma natural, que creo que es muy moderno. Paco me ha hecho entender que mi voz es como es y tengo que aceptarla, dejando otras fórmulas de lado. Todo natural, de una vez, sin efectos. Fuera. Algo que jamás había hecho. Toda esa inmediatez y ese minimalismo que tiene el disco, requiere mucho trabajo. Hay que economizar al tener solo ocho pistas. Además, Paco es el rey de los detalles, de los arreglos que notas en la novena escucha. 

Hablas de tu voz, que ahora suena con más aplomo y seguridad. Quizás afrontando que de una vez ha mudado para quedarse ahí. 

Mikel: Efectivamente. Me ha costado 25 discos y 32 años encontrarme. Ahora estoy disfrutando. He probado a romper la voz, bajar los tonos, tirar de deelays. Ya he encontrado mi voz de cara a los siguientes discos. Va a haber un antes y un después a “El Hombre sin Sombra”. A mí me encanta hablar de esto, la evolución de la voz de los artistas. Elvis al volver a la televisión tenía otra voz, Dylan también la ha ido modificando con los años, e incluso Bowie que la cambiaba casi en cada canción. 

En éste trabajo encontramos toques de pop, mucho folk y rock de orientación primigenia. ¿Crees que es un resumen de lo que es y ha sido Mikel Erentxun? 

Mikel: Creo que sí, lo mismo que ha ocurrido con la voz con todo ha sucedido con otras cosas. Es el primer disco donde no he ido a acercarme a otros lugares. No he mirado fuera, cuando he sido un artista de mirar mucho fuera. Y eso se lo debo a Paco. No me he puesto el traje de nadie, he salido desnudo. Cuando no quiero ser Lennon o Morrissey, sueno así. Es una afirmación que hay que tomar dentro de un orden, ya que al fin y al cabo uno es poroso y nuestras influencias están ahí. Yo he reconocido toda la vida como trabajo, escuchando mucha música, es mi forma de trabajar. En éste disco no ha sonado ningún disco en el estudio, solamente mis canciones. Es mi álbum más honesto, no sé si el mejor, eso ya lo dirá el tiempo, pero sí el más honesto. 

Es una colección muy marcada por los singles de adelanto: “Cicatrices” y “El Amor te muerde los labios al besar”, que han vuelto a sonar en radios comerciales y en círculos más alternativos. 

Mikel: Hay signos que indican que hemos evolucionado. Al salir el disco entramos en el número cinco de ventas, algo que no había ocurrido ni con “Naufragios” que fue doble platino. Fue mi entrada más fuerte en solitario, algo que no es más que anecdótico ya que ahora las cifras de ventas son ridículas. “Corazones” entró al número diez, “Detalle del Miedo” lo hizo al número nueve y “24 Golpes” al siete… no me voy a retrotraer mucho más atrás. También he vuelto a las radios cosa que no ocurría desde “Mañana”, me refiero a volver a radios comerciales, y además estar sonando en Radio3, donde me ha costado la vida entrar. Es la primera vez que estoy donde creo que tengo que estar, que es en los lugares donde se escucha buena música. Creo que la única etiqueta valida que debería existir es esa, buena o mala música. No creo en el indie ni en el mainstream. Las barreras han caído. Además hay artistas de trayectoria larga que están por encima del bien y del mal. Hablamos de gente como Paul Weller o Elvis Costello. Y en nuestro país se me vienen a la cabeza los casos de Bunbury y Loquillo. 

En ambos cortes compartes protagonismo con una de las grandes autoras de nuestro rock como es Maika Makovski, pilar fundamental a lo largo de todo el minutaje. 

Mikel: Maika se ha convertido en uno de los tres elementos a destacar del disco. Al final ha cobrado una importancia capital, que no era la idea inicial. En primer momento lo que se barajó fue que hubiera coros femeninos, ya que normalmente en los discos los coros los suelen hacer los chicos. En nuestro caso normalmente los suelo hacer yo y algún músico. Pensamos en Maika que aceptó encantada, cosa que yo no esperaba ya que venimos de esferas muy distintas. Al final éste choque de trenes nos ha deparado un resultado de lo más feliz. El final es que ha cobrado una gran importancia, pasando del coro al dúo en grandes fases del mismo. Ella ha cobrado un peso mayor del que creíamos, no por su nombre, sino por su voz. Además mis seguidores lo han aceptado bien y hemos abierto otra veta de público que creo que no solía seguirme. La jugada nos ha salido bien. Venimos de universos distintos, hay una diferencia de veinte años de edad, hasta de idiomas. Ella viene del underground y yo del mainstream, y al final no ocurre nada la música une. No quiero compararme pero Nick Cave hizo un dueto maravilloso con Kilye Minogue en su día viniendo de distintos estratos. 
Otro corte que no has parecido una joyita delicada es “Llamas de Hielo”. 

Mikel: Es una canción llamada a cerrar el disco. Tiene un toque épico y sentimental. Lo que ocurre es que al final el orden de las canciones lo han marcado las letras y no las músicas. Es un tema al que le tengo gran cariño porque es el único que escribí del tirón, el resto me han costado una vida hacerlos. Aquí todo vino de una tacada y le tengo gran cariño, creo que además es una gran interpretación vocal… de las mejores del minutaje. 

“Y dos Estrellas”, suena a una historia inventada con referencia a Juan y Eva de Amaral. 

Mikel: Quería escribir una canción hablando del enamoramiento salvaje y del rock and roll. Sabía de qué quería hablar y buscaba nombres de chico y chica, hasta barajé volver a utilizar “Marcos y Nerea”. Un día en el coche, escuchando la radio, sonó una canción de Amaral y pensé que ahí estaban. Le he metido algo de literatura a la historia, aunque sí les utilicé en la letra.

“Libélulas” da la sensación de ser otra referencia a la vida del músico, como si hablaras de la vuelta a los escenarios y a picar piedra como un novato. 

Mikel: Es una canción que habla de volver a picar piedra, noche a noche, a costa de no estar en casa con tu mujer y tu familia. Es muy autobiográfica. 

Al escuchar “Deshielo” nos hemos encontrado esas escobillas, cercanas al sonido Duncan Dhu de la primera época e incluso a “Crepúsculo”. 

Mikel: Yo creo que tiene que ver con ambas tendencias en la historia de Dunchan Dhu. Al terminar el disco, hablo de una vez grabado, creía que tenía alguna que otra reminiscencia a Echo and the Bunnymen, una banda que nos encantaba a Duncan. Me temo que es una mezcla imposible. (Risas) 

El cierre, mediante pista oculta, viene con la titular “El Hombre sin Sombra”, que es una vacilada en toda regla.

Mikel: Es una letra en la que me río de mi mismo. Esa canción ya nació con el título del disco. Esta también salió muy rodada, quizás la escribí en un día. Fue un tema rápido. Me costó un gran esfuerzo dejarla ahí, en último lugar y oculta. Aunque también creía que era un guiño interesante dejarla a la sombra. No es un descarte, ni un relleno, es una canción de las más interesantes de la colección. En directo suena muy bien. Además me une a “Corazones”, ya que a nivel musical es la que más se le acerca. 

Meses atrás mantuvimos una más que interesante conversación con Miqui Puig, en la misma nos contaba que con su último trabajo su idea era resituarse, algo que creemos que podría aplicarse en tu caso. ¿Estás de acuerdo? 

Mikel: Hace años que hago los discos porque me apetece, sin más, sin atender demasiado a otras cuestiones. Anteriormente hemos hablado de “Detalle del Miedo”, un disco de hace cuatro años, donde comencé un camino que me ha llevado donde ahora me gusta estar. Dentro de veinte años me imagino cantando éstas últimas canciones sin pega, cosa que se que no me va a ocurrir con “Cien Gaviotas” y “Esos Ojos Negros”, básicamente porque las canciones tienen una vigencia. Ahora siento que con estos últimos cuatro trabajos me voy resituando y creo que con éste disco me resituo algo más. 

Otro elemento que nos gustaría comentar contigo es la delicia de biografía que os ha dedicado Javier Escorzo, un libro lleno de rigor, datos, entrevistas y que sobre todo transmite la grandeza de Mikel Erentxun y Diego Vasallo, así como un enorme cariño.

Mikel: Ha escrito el libro con mucho cariño es una realidad innegable. Estamos muy contentos de que escriban un libro sobre nosotros estando vivos. Algo similar nos ocurrió cuando grabaron el disco homenaje, ya que éstas cosas suelen sucederte cuando te has retirado o cuando estás muerto. Es algo que nos encanta y emociona. 

Hablando de Diego, vaya discazo se ha marcado… y sobre todo, da la sensación de que está con ganas de volver a tocar en vivo. 

Mikel: Ha recuperado el espíritu y las ganas de salir a tocar. Creo que tiene un gran disco entre manos, una gran banda, y un directo que le cae como un guante. Está disfrutando como nunca lo había hecho de la música.

Escuchando, leyendo y hablando con músicos y gente del medio en el ambiente flota la sensación de que nadie diría jamás nada malo de Mikel y de Diego. ¿Cómo es de grato ese trato? 

Mikel: En ese sentido estamos más que satisfechos, aunque es curioso porque no ha sido así siempre. Recuerdo que Duncan Dhu arrancó siendo el grupo favorito de gente como Gabinete Caligari y Los Coyotes, siendo dos niños que venían de Donosti mimados por la movida madrileña, incluso éramos tratados así por la prensa especializada. De ahí pasamos a ser lo puto peor, llegando a decir de nosotros que solo éramos un grupo de 40 Principales. Afortunadamente ahora las tornas han cambiado y nos consta que hay mucha gente que nos tiene cariño, respeto y admiración. Creo que es lo máximo a lo que se puede aspirar.

Las etiquetas son absurdas, personalmente llevo escuchando tus canciones toda la vida, disfrutando, sin atender donde sonaban.

Mikel: Eso es porque no tenías prejuicios. La mala prensa que yo tenía era esa, la de los prejuicios. Hace años se nos etiquetó, algo que ha durado veinte años. Éste un país especial, en el que ahora comienzan a valorarse las carreras largas. En Inglaterra el grupo más indie respeta a Paul Weller, aunque esté de más o menos actualidad. Afortunadamente aquí ahora todo el mundo habla bien de Loquillo y Bunbury, por citar dos ejemplos, se ha ganado mucho en el tema del respeto. 

Antes de terminar me gustaría preguntarte por la vocación musical de tus hijos, quienes han grabado unos coros en el disco. 

Mikel: Coincidió que mis hijos vinieron al estudio el día que vino el coro a meter unas voces. La idea es muy Morrissey. Mis hijos se sumaron al coro, el más mayor tenía nueve años. Fue algo curioso y emotivo.