"Father of the Bride", Vampire Weekend: Una amalgama de colores para dar la bienvenida al verano

Por: Clara López Vallejo 

Seis años después del lanzamiento de "Modern Vampires of the City", Vampire Weekend ha vuelto con su álbum más polifacético y ecléctico hasta la fecha: "Father of the Bride". Tal vez para compensar por esta larga pausa, o tal vez precisamente por haberse concedido tanto tiempo para dejar madurar sus creaciones, la banda ha sacado un doble álbum compuesto por dieciocho temas. 

Producido por Ariel Rechtshaid, "Father of the Bride"  presenta una gran variedad de estilos, conseguida sin duda gracias al gran número de colaboraciones de diversos artistas procedentes de distintas disciplinas y géneros con las que su producción ha contado. El disco bebe de influencias tan variadas como la música R&B, rock, country, folk, electrónica, así como música tradicional de distintas culturas, contando asimismo con el característico toque indie pop de la banda como telón de fondo, acompañado de sus también habituales coros, que constituyen ya su sello personal.

Precisamente por esta gran cantidad de influencias y estilos que contiene, "Father of the Bride2 es muy difícil de catalogar. Predominan en él las melodías pegadizas, con escalas mayores que le aportan un sabor ligero y desenfadado que queda contrastado, sin embargo, por unas letras llenas de metáforas y de temas a veces no tan alegres como esas melodías parecen sugerir al principio. 

El álbum comienza con "Hold you now", con la colaboración de Danielle Haim, miembro del grupo californiano Haim. Recuerda a la música country estadounidense y se intuye en él la conversación entre dos antiguos amantes en los momentos previos a la boda de uno de ellos, la novia. Predomina un sabor melancólico y añorante que contrasta con los pájaros cantando que se pueden escuchar como fondo ambiental de la canción, así como con los cantos corales extraídos de "God Yu Tekkem Laef Blong Mi", parte de la banda sonora de la película "La Delgada Línea Roja". Contando también con la presencia de Danielle Haim, "Gold Rush" y "We belong Toguether" completan lo que puede ser interpretado como una pequeña historia dentro del álbum que narra el devenir de una pareja, con Heim dando voz al personaje femenino y Koenig, vocalista del grupo, al masculino. Contrastando con una gran parte de los temas del álbum, esta historia parece tener un final feliz e inspirador. 

"Harmony Hall" ocupa el segundo lugar en el álbum, y fue lanzada como el single principal del mismo. Probablemente una de las favoritas de forma inmediata, recuerda a temas anteriores de la banda, debido a los coros "celestiales" presentes en ella, que contrastan con un innovador solo de piano seguido por un solo de guitarra. Destacan unas letras con una clara lectura política: "Anger wants a voice, voices wanna sing. Singers harmonize ‘til they can’t hear anything" ("la ira quiere tener voz, las voces quieren cantar. Los cantantes armonizan hasta que no pueden oír nada más") o "I don’t wanna live like this, but I don’t wanna die" ("no quiero vivir así, pero no quiero morir"), temáticas que contrastan con una melodía en apariencia desenfadada y ligera. 

Continuamos con coros y punteos de guitarra en "Bambina", que recuerda ligeramente a "Diane Young" (2013) con un toque agridulce. "This Life", que parece haberse convertido ya en la otra gran favorita del disco, vuelve a pintar con su música un día soleado para presentar una letra con un contenido bastante más duro, tal y como la última frase del tema, repetida varias veces, confirma: "this life and all its suffering" (esta vida y todo su sufrimiento). En "Big Blue" y en "How Long", sin embargo, melodía y letra se aúnan, describiendo ambas un sentimiento de soledad en la primera y angustia en la segunda, con los que, a pesar de ser relatados de manera explícita y detenida en estos temas, todo el que escuche puede identificarse. "My mistake" relata también, lírica y musicalmente, un sentimiento negativo, de arrepentimiento y lamento. 

"Unbearably White", otro de los puntos fuertes del álbum pero muy distinta a la línea seguida hasta este punto, comienza con un punteo de guitarra como antesala a unas letras con un significado difícil de descifrar. El tema parece describir una situación de desamor, pero puede hacerse asimismo una lectura de crítica a un artículo publicado en 2015 titulado "Why “Indie” Music Is So Unbearably White" en el que Vampire Weekend era citado, entre otros, como ejemplo para definir un estilo musical en el que predomina, de acuerdo con el mismo, la raza blanca. Punteos de guitarra, un claro protagonismo del bajo y los característicos coros de la banda. Musicalmente es la que más recuerda a sus trabajos anteriores, pudiendo compararse con "Step" o "Don’t Lie", presentes en el tercer álbum del grupo. 

"Rich Man" vuelve a tener una melodía distendida que, por otro lado, difiere en gran medida de la trayectoria habitual que el grupo suele seguir. Melódicamente hablando, la columna vertebral del tema ha sido extraída de "Please, go easy on me", de S.E. Rogers, de la que Vampire Weekend hace en "Father of the Bride" una adaptación aportando nuevos matices y una letra que cuestiona la capacidad del dinero para aportar la felicidad. "Sympathy", por su parte, lleva al extremo los frecuentes experimentos musicales de la banda, teniendo influencias de la música electrónica y la música lounge. El tema parece ser la antesala a otras dos canciones que flirtean también con matices electrónicos acercándose incluso a la música psicodélica: "Sunflower", otro de los singles del álbum, y "Flower Moon", cuentan con la colaboración de Steve Lacy, miembro del grupo californiano The Internet afianzado en la música experimental con influencias de funk y electrodance. Destacan en ambas una mezcla de estilos que combina música experimental con matices electrónicos intercalados con ligeros punteos de guitarra que parecen querer reclamar la pertenencia de la banda al indie rock a pesar de sus frecuentes coqueteos con estilos tan diversos. Llama la atención también la versatilidad de la banda al compararse sus colaboraciones con los diferentes artistas que han participado en la elaboración del álbum, adaptándose y bebiendo de todos ellos sin perder su esencia. También comparable en cierta medida con estos dos temas, y un contenido lírico ambiguo, "2021" es un tema de poco más de un minuto de duración que cierra la parte más experimental de "Father of the Bride", para dar paso a "Stranger", que vuelve al estilo que la banda ha seguido en sus álbumes anteriores, marcado por rápidas melodías salpicadas de coros pegadizos acompañando a los tonos más agudos de la voz de Koenig. El broche final lo pone "Jersusalem, New York, Berlin", con letras que hablan indudablemente de la comunidad judía con un reflexivo tono de lamento. 

Contrasta en este álbum una amalgama de estilos musicales con una línea argumentativa bastante clara que narra la historia de dos amantes confrontados con situaciones adversas, como las dudas, la falta de comunicación, la soledad, la pérdida del enamoramiento inicial y el engaño. Abundan asimismo las referencias religiosas y la alusión a motivos nupciales, así como guiños a una sociedad actual en la que priman el cambio y la fugacidad del presente. Los neoyorquinos parecen querer decirnos que estos seis años no han pasado en vano; que en este aparente letargo han evolucionado y han seguido – y siguen – hambrientos, probando diferentes sonidos y absorbiendo todas las vivencias que este cambiante mundo nos ofrece. Un trabajo sin duda muy veraniego y colorido, al menos en lo que a las melodías se refiere, que tendrá una gran acogida en los festivales de verano en los que los estadounidenses han confirmado ya su presencia, entre los que se encuentra el Mad Cool Festival, en Madrid, donde Vampire Weekend tocará el jueves 11 de julio.