Ezra Furman: "Twelve Nudes"

Por: Àlex Guimerà 

Tras las buenas críticas de su oscuro "Transangelic Exodous" del año pasado y el éxito de su hit "Love You So Bad", el de Chicago regresa con este impactante disco con el que se aleja del pop para abrazar el punk, pero sobre todo para sacar una mala leche que parece que tenía contenida. Y es que las nuevas once canciones que conforman este "Doce Nudos" están llenas de guitarrazos, ritmos epilépticos y gritos reivindicativos ante una realidad social que se resiste a aceptar.

Lejos quedan las mezclas poperas y los guiños hacia el doo-woop y hacia el glam del genial "Perpetual Motion People", pues para su nueva entrega Ezra tira de punk-rock de alto voltaje con guitarras sucias y electrizantes sobre las que canta poniendo la voz al límite de manera desgarradora, como si le fuera la vida. De hecho durante las sesiones de grabación tuvo problemas con sus cuerdas vocales.

El proyecto arrancó cuando , según el propio músico, compuso unas canciones que nacieron de su desespero ante la "terrible situación de la civilización humana", tomando como referentes en lo musical al punkarra de Memphis fallecido en 2010 Jay Reatard y en lo intelectual a la poeta canadiense Anne Carson (de ella viene el título, sin ir más lejos). Luego nuestro queer favorito se fue con su banda a los estudios Coyote Hearing de Oakland para dejarse ir y arrojar del tirón las nuevas píldoras rock que acabarían apiladas en este elepé de poco más de 27 minutos de duración.

Desde la inicial "Calm Down aka I Should Not Be Alone", que es de todo menos calmada, nos vuelve a demostrar su facilidad para las melodías pegadizas, que en esta ocasión llegan con ritmos muy ramonianos, unos gritos muy Iggy Pop y unos "uu-huuu"muy stonianos. El punk protesta de "Evening Prayer Aka Justice" trae cierto tono épico y una guitarra rítmica que más que tocada es aporreada. También hay punk con distorsiones, en "Rated R Crusaders", que parece rescatada de los 90; y un hard-rock en "Trauma" que firmaría el mismísimo Alice Cooper.  "Thermometer" podría pasar por un tema de los Undertones, con su fraseo de guitarra y estribillo redondo, mientras que "My Teth Hurt" es punk enérgico de corte Misfits. Por el contrario, la brevísima "Blown" da el contrapunto hardcore al paquete.

Más popero se pone con "Transition From Nowhere To Nowhere", rebajando la voz para recordarnos cómo suenan los medio tiempos de los Suede. Igualmente lo hace en "In America", con la que ataca a su país tirando hacia el indie, y en "I Wanna Be Your Girldfriend", donde juega a ser Johnny Thunders cuando se relajaba y cogía la acústica en lo que es una preciosa balada. Aunque la traca final es cien por cien  punkarra con una soberbia "What You Can Do But Rock' n roll".

Sin duda, estamos ante un enorme disco escupido desde las entrañas de este tipo tan singular como rebelde y disconforme con un mundo lleno de injusticias y abusos. "Twelve Nudes" es la respuesta y el puñetazo en la mesa que necesitábamos.