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Entrevista: Santero y Los Muchachos

“Tus historias son lo único que puede personalizar tu apuesta”

Por: Sergio Iglesias 

Santero y Los Muchachos regresan con su segundo disco, “Rioflorido”, un álbum grabado en un entorno muy especial como es un palacete del siglo XVIII, algo que se nota en el sonido de los nuevos temas de la banda valenciana.

¿Cuáles crees que son las principales diferencias entre este nuevo disco y vuestro anterior “Ventura”? 

Santero y Los Muchachos: Yo creo que hay una continuidad en la forma de contar las cosas porque, aunque somos varios integrantes en el grupo, a mí me gusta llevar la parte compositiva y, en ese sentido, ha sido como un “fascículo 2” de “Ventura”. Lo único que sí que es verdad es que le hemos dado un carácter más potente o más musculado por el lugar donde lo grabamos que ofrecía unos sonidos muy especiales por los reverbs naturales de las salas; aunque eso ocurre, sobre todo, con los dos adelantos porque el resto de temas sigue siendo un sonido austero y seco, pero creo que sí que hemos ganado un poco en presencia.

Se nota que, quizá, es un disco menos plano, más como una montaña rusa de sonidos ¿no? 

Santero y Los Muchachos: Exacto, tiene más dinámica. Lo guay para nosotros es que ahora contamos con las dos barajas para los directos y tenemos más variedad a la hora de preparar el repertorio.

También habéis experimentado con nuevos sonidos y habéis profundizado más en los sonidos “fronterizos”. ¿Era una manera de no estancarse?

Santero y Los Muchachos: La guitarra pantanosa siempre ha estado ahí, pero quizá hayamos reforzado más las guitarras acústicas, yo también he trabajado un poco más las afinaciones abiertas que, según qué registro utilices, te llevan a una sonoridad más folk, también hemos metido guitarras a lo Tom Petty and The Heartbreakers… hemos dado más presencia a todo esto, pero manteniendo lo anterior, haciendo las cosas de un modo austero y con pocos instrumentos. Lo que pasa es que Manuel Tomás, que es el coproductor, es una bestia que sabe empatizarlo todo de una manera que nos encanta y eso se refleja perfectamente en el sonido.

A pesar de ser un grupo con tan sólo dos discos, ya se puede percibir en vuestro sonido un sello personal característico… 

Santero y Los Muchachos: Para mí es inevitable verlo muy variado desde dentro porque, personalmente, me aburre repetir siempre un mismo patrón de composición. Eso me asusta porque pienso que, igual, no hay una identidad en nuestra música; pero la gente, curiosamente, sí que ve un sello propio y al final se trata de eso. Claro que hay guiños e influencias reconocibles, pero intentando que estén enmarcados en un sello propio.

Está claro que nadie va a inventar nada en el rock and roll a estas alturas y, quien más y quien menos, tiene sus influencias ¿no? 

Santero y Los Muchachos: Claro. Al final, el rock and roll esta para estirarlo lo máximo posible y, dentro de esos códigos que son bastante amplios, creo que tus historias son lo único que puede personalizar tu apuesta. Nosotros contamos con esas armas para contar lo que nos pasa y, quizá en la manera de escribir, es donde nuestra personalidad es más notable, ya que ha sido una búsqueda larga; yo empecé en una banda que cantaba en inglés y cantar en castellano suponía meter palabras sin contar nada pero, ya con La Pulquería, donde escribíamos varios, había una agilidad constante de escribir que me ha venido muy bien para hacer lo que hago ahora.

En “Ríoflorido” se habla de cosas cotidianas pero muy bien contadas, ¿os sentís especialmente satisfechos de la parte lírica del disco? 

Santero y Los Muchachos: Yo, desde luego, me siento muy realizado; suelo decir que yo no soy cantante, sino que me dedico a contar mis historias… pero es que me cuesta cantar otras cosas, me siento muy cómodo hablando de esto y he encontrado una forma de hacerlo con la que estoy totalmente convencido, algo que no es fácil de conseguir.

En cuanto a la temática de las canciones, la sensación es que quieres transmitir un mensaje positivo, ¿era esa tu intención a la hora de hacer el disco? 

Santero y Los Muchachos: La verdad es que en “Ventura” la gente me decía que tiraba mano del kleenex constantemente y, de verdad, que esa no era para nada mi intención… entiendo que eso era bueno porque quería decir que había llegado a rasgar y que había llegado muy dentro a la gente con lo que yo sentía; pero en “Rioflorido” he querido compensarlo un poco y, al final, ahí tienes por ejemplo, temas como “Estamos bien”, aunque si estás bien es porque antes has estado mal y a la inversa… yo creo que esas dos caras las tienen los dos discos. Sí que, a lo mejor, “Ventura” era un disco más existencial por el momento en que se hizo, en el que te acercas a los 40 palos y una canción como “Aún” representaba un poco eso de mirar atrás, lo que has hecho y lo que te queda y, en ese sentido, me sentía un poco así, pero ya me desquité y ahora estamos donde estamos y contamos con toda la gente que nos espera y eso hace del presente algo muy colorido.

¿Cuál fue la motivación que os llevó a grabar el disco en un palacete del siglo XVIII? 

Santero y Los Muchachos: Un seguidor de la banda que conocemos nos enseñó el lugar y yo le planteé la posibilidad de meternos ahí a trabajar y él nos dio permiso advirtiéndonos de que no había luz ni nada. Aun así, nos metemos allí con esa oscuridad y ese silencio apabullante, pusimos luz e hicimos cuatro cambios en la habitación donde nos pusimos a trabajar. La idea era, en principio, tocar y empezar a hacer algunas demos pero, cuando aparece Manuel Tomás, nos propone intentar grabar el disco ahí; a nosotros nos pareció muy bien porque allí teníamos toda la comodidad para hacerlo sin las prisas del estudio.

Hay una diferencia notable entre los dos adelantos, “Mañana asesina” y “Volver a casa”, y el resto del disco, porque las baterías de estos temas se grabaron allí y hay incluso unas percusiones golpeando las paredes; en las otras canciones buscamos un sonido más seco de baterías y por eso se grabaron en el estudio.

La verdad es que ha sido una experiencia chulísima con estas cosas del misterio de la noche, ruidos que escuchas mientras estás grabando y que te sobrecogen… pero, al fin y al cabo, también son energías positivas y todo ha quedado reflejado en un disco que creo que, con los años, recordaremos con mucha morriña porque, conceptualmente, creemos que ha sido una idea redonda la de grabar en un lugar que merecía unas canciones, una portada y un título como el de “Rioflorido”, que fue el primer marqués que habitó el lugar.

¿Influyó mucho ese entorno tan especial a la hora de componer las canciones o ya entrasteis en el palacete con los temas hechos? 

Santero y Los Muchachos: La verdad es que antes de entrar sólo tenía “Volver a casa” y algunas guías grabadas en el móvil, pero el disco lo terminamos allí. Las composiciones suceden mientras estamos en el palacio, con todo el lujo de contar con un lugar así cerca de nuestra casa… aunque reconozco que, cuando se hacía de noche, no sé si es porque hemos visto demasiadas películas de miedo, pero es cierto que daba un poco de acojono (risas).

¿Crees que el disco habría salido igual si lo hubierais grabado en un estudio? 

Santero y Los Muchachos:  Pues eso es algo que nunca se puede saber, pero yo creo que los temas no habrían salido igual porque allí estabas abstraído del tiempo, con el móvil apagado y fuera de todo… un auténtico lujo.

¿Y a nivel de sonido, fue un trabajo complicado para Manuel? 

Santero y Los Muchachos: Claro, allí te puedes llevar la microfonía, pero no puedes escuchar al momento lo que estás grabando. Al final, como te decía antes, bastó hacer dos temas para ver que las baterías había que hacerlas en otro sitio, pero las guitarras y el resto del sonido ha sido algo en lo que nos ha llevado a sitios donde nunca habíamos llegado ni nosotros ni él. Nosotros, si le veíamos contento a él… ¡pues adelante!, así que en el sonido hay mucho de él.

En el disco está presente la figura de vuestro padre con la adaptación de un tema suyo de los 60… 

Santero y Los Muchachos: Sí, en el disco anterior estaba “Dani boy”, que sale de un esbozo de un tema que hizo él con una estructura nada al uso, y ahora ha pasado lo mismo con “He de olvidarte”, una canción de 1965, que era una de las que mostraban en aquella época en la que había que pasar un examen y presentar algunos temas para darte de alta como autor en la SGAE. En este caso, nosotros la hemos dado una onda Kinks algo “van morrisonga” muy justificada. Aparte, mi padre también ha metido coros en el disco y está encantado con todo esto que nos está pasando.

Otra de las colaboraciones destacadas que encontramos en “Rioflorido” es la de El Twanguero, ¿cómo surge esta colaboración?

Santero y Los Muchachos: Yo creo que las colaboraciones deben ser como el sexo: tiene que haber pasión y ganas por las dos partes. Por ejemplo, lo de Leiva en el disco anterior fue algo que surgió, es un tipo que conozco desde hace años y, en una fiesta, me canturreaba el estribillo y pensé que estaría bien hacerlo por todo lo que aporta ya que, musicalmente, es muy ágil. En el caso de Twanguero, ya habíamos coincidido y había buena conexión entre todos. Cuando surgió la oportunidad, no podíamos desaprovecharla… ¿a quién no le gustaría contar con Twanguero, que es como la top model del momento? (risas). Así que, cuando pasaba por Valencia, bastaron unos tragos y una paella para decidir hacerlo, fue como un estornudo, macho… metió el tema a la primera. Estos grandes artistas son los que naturalizan estas situaciones porque nosotros estábamos un poco nerviosos antes de hacerlo pero, entre los tragos y todo, surge una amistad que, al final, se convierte en canción y que así ha quedado en el disco.