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Muddy Waters: “At Newport 1960” + “Sings “Big Bill””


Por: Txema Mañeru 

¿Ha resucitado el gran Muddy Waters? Noooo, porque nunca estuvo muerto. ¿Hay que volver a bendecirlo? Tampoco. Pero la verdad es que si te gusta el blues eléctrico de Chicago volver a oír este artefacto es una gozada mayúscula. Presentación escueta para uno de los directos clave del blues, “At Newport 1960”. Dicen “Muddy Waters” y el blues eléctrico empieza a fluir…sin florituras. El mejor y primigenio blues negro no necesitaba grandes solos ni virguerías innecesarias. Aquí tenemos dos discos básicos de uno de los artistas “esenciales” de todo el blues eléctrico, sea hecho en Chicago o no. Acompañado de un merecido y justificado subtítulo, “The Definitive Remastered Edition”, además se hace acompañar de un espectacular y goloso libreto de 16 páginas para los más devotos. Hacen bien las cosas en Hoodoo Records / Distrijazz, como demuestran los jugosos recopilatorios recientes de dos de los más grandes de la historia. Te hablamos del “Classic Billboard Hits” de Elvis Presley y del “The King Of Soul – Classic Hits” de Ray Chalres. Ambos con todos los pelotazos de estos dos genios capturados en su mejor momento.

Igualmente lo estaba el inmortal Muddy cuando acudió a Newport en el año 60, es decir.... ayer. En contraportada tenemos las palabras laudatorias de su fan Eric Clapton considerándole imprescindible. También la puntuación de 5 estrellas para este seminal directo por parte de la Rolling Stone, Record Collector y All Music Guide. Pero es que encima ahora podemos disfrutar del regalo que supone el “Sings “Big Bill”” del mismo año. A estos dos discos básicos se suman seis bonus tracks de la misma época para completar un total de 25 piezas y casi 79 minutos de duración. 

Entre los músicos acompañantes destacan quienes serían posteriores estrellas por su cuenta como los armonicistas James Cotton y Little Walter, que tienen casi tanto protagonismo como él, o más. También brilla el pianista Otis Spann o guitarristas de la talla de Pat Hare, Hubert Sumlin o Jimmy Rogers. Otro grande presente es Willie Dixon con su bajo, pero más importante aún por sus composiciones míticas para el inmortal género. Además de para Clapton, Waters, fue ejemplo y maestro para los Rolling Stones o Jimi Hendrix entre cientos más.

En ‘”At Newport 1960” tenemos varios de sus temas más populares en versiones explosivas. Es el caso de la siempre contagiosa "(I’m Your) Hoochie Coochie Man". Su versión del "Baby, Please Don’t Go" es de las mejores que hemos oído jamás. El inicio de este directo con "I Got My Brand Of You" es ya algo sublime. Muddy era un tipo orgulloso pero humilde que dejaba espacio para el lucimiento a sus músicos. En este y otros temas brillan ya tanto como él sus pianistas o armonicistas. Las dos partes de "I’ve Got My Mojo Working" te dejan con las ganas de no tener que volver a tu puto trabajo jamás. El final con "Goodbye Newport Blues’" cantado fuera de micrófono, sigue siendo algo memorable y emotivo.

Luego está de regalo “Sings “Big Bill””, que trae lo que dice su título. Sus recreaciones de varios de los mejores temas del también esencial Big Bill Broonzy. Si en el legendario directo dominaban las composiciones de Willie Dixon (tres de sus temas claves), este disco era para su “amigo” Big Bill Broonzy, aunque ya estaba presente en Newport el "I Feel So Good" de su autoría, que vuelve a aparecer en su versión en estudio en este otro disco del mismo año que fue hecho a base de composiciones de Broonzy más algún tema popularizado también por él. 

Comienza con dos joyas como "Tell Me Baby" y "Southbound Train". La armónica y las guitarras de temas “menores” como "Just A Dream (On My Mind)" son una gozada absoluta. Lentos como "Double Trouble", que bautizaron a la esencial banda de Stevie Ray Vaughan, todavía ponen los pelos de punta. Finalizan los 79 minutos con otros dos temas esenciales como un desolador "Lonesome Road Blues" con una armónica que respira junto a ti y una guitarra que entra en tu habitación para quedarse. Te dice a ritmo lento algo de eso de despertarse una mañana trabajando, no tener lugar a dónde ir ni dónde esconderte y recordarte lo que tu madre te decía que todavía hiela la sangre y tiene vigencia. Aún queda la festiva y contagiosa "Hey, Hey", que hizo más grande a un talento descomunal como Big Bill Broonzy. Como dice el habitual Gary Blailock en los amplios y siempre recomendables textos interiores de estos artefactos, teníamos aquí un disco corto (media hora) que solo incluía “The Songs Of Big Bill Broonzy” (asírezaba su subtítulo) pero no hacía falta más… ni menos. 

Pero si no teníamos bastante todavía faltan seis bonus tracks entre los que destacan, una vez más, el "I’ve Got My Mojo Working" en estudio, y el clásico "Forty Days And Forty Nights", con un piano y una armónica que todavía dan vueltas en mi cabeza. De nuevo nos encontraremos con dos composiciones estelares de Willie Dixon, como son el ya citado "I Got My Brand Of You" y una excitante y eufórica "Tiger In Your Tank", con unos salvajes riffs guitarreros, un piano provocador y unos punteos a la yugular. ¿Era un tigre? No, era simple y llanamente Muddy Waters. ¿Para qué quieres más?