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"Otis Blue/Otis Redding Sings Soul", de Otis Redding. Especial 60 aniversario


Por: Àlex Guimerà.

Si una leyenda del rock me tiene del todo fascinado por su personalidad, éste es sin duda alguna Otis Redding. Criado en ambientes rurales siempre se mostró al mundo auténtico y sencillo, familiar y bondadoso. Aun gozando de su estrellato musical hizo patente su honestidad y humildad, dejando claro que la genialidad no tiene porque ser propiedad exclusiva de excéntricos o divinos, sino que a veces adopta formas terrenales sin tener que complicarse sus caminos. Patoso y grande (medía más de metro noventa) tenía enormes dificultades cada vez que le tocaba hacer un play-back para televisión, amén de su descoordinación al bailar, supliendo esas apariciones públicas con su gran carisma e imborrable sonrisa.

Descubierto en los estudios de grabación de la mítica Stax Records, a los que acudió como mozo de carga y con mucha insistencia para que le oyeran cantar, enseguida dejó patentes sus innatas aptitudes para la música, que pasaban por tener una voz mucho más que prodigiosa y por un instinto natural para la composición y para los arreglos, así como también por saber interpretar las canciones desde lo más profundo del alma, lo cual dejó helados a los responsables de la discográfica sureña que vieron en él un verdadero filón de oro.

Tras dos discos (“Pain In My Heart” y “ The Great Otis Redding Sings Soul Ballads”) y un puñado de gloriosos singles aparece este “Otis Blue/ Otis Redding Sings Soul”, seguramente su mejor disco, disculpando el memorable “Dictionari Of Soul” de 1966 que incluye “Try A Little Tenderness”, de gran calado en los sectores hippies. "Otis Blue" se trata de un compendio perfecto de música soul que combina temas propios junto a versiones de grandes del género como lo son Sam Cooke, Solomon Burke o Smokey Robinson.

El disco fue grabado en menos de 24 horas en los estudios de la Stax en Memphis con la participación de la formación de gala de T. Broker and The MGs, maestros de los estudios y padres de la archifamosa “Green Onions”: Broker T. Jones (órgano y piano), Steve Cropper (guitarra), Donald “Duck” Dunn (bajo) y Al Jackson (batería); más la sección de viento, se convertían en nombres importantes para la música de la factoría y del nuevo Rey del Soul. Precisamente son trompetas y saxos lo primero que se escucha en el disco, marcando el ritmo y acompañando a la melodía que está por llegar, en este caso bajo el título de “Ole Man Trouble”, canción propia cuya letra proviene del Gospel.

La fórmula se repite en todo el disco, así en “Respect”, composición posteriormente popularizada por Aretha Franklin, tiene además lectura metafórica reivindicativa de las desigualdades raciales tan extendidas en la Norteamérica de esos días. O en “Down In The Valley”, de Solomon Burke, que se asemeja más a la original que otras, aunque quizás esta tiene más ritmo y vitalidad, por decir algo. Otra versión es “My Girl”, prestada de la industria Motown, con quien la Stax rivalizaba, y cuyas diferencias quedan aquí patentes cuando la comparamos con la de los Tempations.

La trilogía perteneciente a Sam Cooke la inicia “A Change Is Gonna Come”, cambiando la dulzura e inocencia del ídolo de Mississipi por una fuerza y pasión desenfrenadas. La siguen “Shake”, irremediable incitación al baile la interpretación en vivo de la cual era todo un espectáculo de descontrol, delirio y por qué no decirlo de enajenación humana, y la exitosa revisión de “Wonderfull World”, todo un clásico universal.

Con “I´ve Been Loving You Too Long” encontramos el clímax de este discazo. Redding canta al amor cálido y tierno, pero también pasional y desesperado, haciendo lo que tantos y tantos han intentado sin éxito, dar música a ese sentimiento que todos hemos vivido cuanto menos en alguna ocasión en la vida y que como en su letra señala una vez que comienza no se puede parar. Es el Soul en estado puro.

Pero no solo de Soul vive el astro, también se atreve con el Blues en “Rock Me Baby”, de B.B. King , del que sale con una nota muy alta, lo que nos da que pensar cuantos géneros y registros podía dominar con fortuna. El disco se completa con “(I Can't Get No) Satisfaction”, de los Stones, dejando en evidencia los orígenes del Rythm´n Blues anglosajón, y con “You Don't Miss Your Water”, único éxito de William Bell, arquitecto del sonido Stax y amigo personal de Redding.

Finalmente el diez de diciembre de 1967 la desgracia acabaría con la vida de nuestro héroe, privando a generaciones venideras de su enorme talento y del camino al que se dirigía, camino señalado por una de las mejores composiciones que la música contemporánea ha dado, "(Sittin On) The Dock Of The Bay". Nunca sabremos cuánto más pudo dar al Soul y con qué giros evolutivos nos habría sorprendido, pero al igual que su ídolo Sam Cooke (fallecido el mismo día dos años antes), el mundo y la música nunca fueron los mismos, dejándonos un legado musical y personal que confirman que el mundo con él siempre fue un mundo mejor.