Entrevista 15 Aniversario: Nacho Álvaro “El Patillas”


“Atravesamos un momento dulce en nuestra escena del que todos nos beneficiamos” .

Abrigado por su parka verde y parapetado tras una sonrisa franca y afable solemos encontrarnos en los mejores conciertos que tienen lugar en el foro al gran Nacho Álvaro, más conocido por el público al que seduce desde las ondas de Radio3 como “El Patillas”. 

A partir de ahí la ceremonia se repite una y otra vez. Nos buscamos con la mirada e irremediablemente caemos fundimos en un abrazo de sana camaradería, hace tiempo nos reconocidos como vampiros, hijos de la misma secta. Han sido muchas charlas, conversaciones plagadas de sana incorrección donde descubrimos ser tipos necesitados de buenas dosis de electrizante rock and roll, capaces de compartir la única pasión que une más que la puramente musical. Nos referimos al amor por las rayas rojiblancas. Dos indios rebeldes utilizando un lenguaje similar. Demasiadas buenas coincidencias. 

Dada la cercanía y el aprecio personal, no podíamos dejar de contar con Nacho para celebrar estos 15 años de actividad. Nos conoce desde primera hora, nos hemos visto crecer y lo más importante, lejos de alejarnos con el paso del tiempo, nos seguimos viendo, dejando patente que el vínculo no ha hecho más que ir a más. Da igual dónde y cuándo termine una charla, la siguiente arrancará como si nada, y eso solo ocurre con unos pocos escogidos. 

Os dejamos en compañía de uno de los prescriptores musicales de más fino oído del panorama. Un amigo, un hermano, un chulapo con patillas y pin del Atleti en la solapa.

¿Qué valoración general harías de la actual situación del "mundillo" musical? 

Nacho: Tomando como referencia un punto de inflexión determinante como pudo ser el provocado por la pandemia, mi opinión es mucho más optimista de lo que hubiera pensado en ese instante. Si nos detenemos en los lanzamientos nacionales, la oferta no se ha parado ni un momento. Haber invertido ese parón en la composición de nuevos temas y en la formación de nuevos proyectos ha eclosionado meses después del modo que observamos: discos por doquier, conciertos todos los días del año y, eso sí, una burbuja de actuaciones que puede suponer el ahogamiento -por decirlo de alguna manera- por éxito. Fruto de este frenesí creativo, las bandas tienen que esperar hasta un año para conseguir una fecha en salas de mediano aforo. Todo esto con sus pros y sus contras, claro. Pero, en líneas generales, creo que atravesamos un momento dulce en nuestra escena del que todos los miembros de esta industria (sellos, oficinas, medios, salas, festivales, promotores, productores…) nos beneficiamos. 

Siempre se ha hablado del directo como último refugio para mantener con vida a las bandas, ¿Crees que hay una red de salas y condiciones favorables a lo largo del Estado? 

Nacho: Sí, sin duda existe. Pero en las últimas semanas hemos podido observar con rabia, frustración y resignación el cierre o la transformación de tres templos en tres ciudades diferentes de España: la Rock Palace de Madrid (locales y estudios incluidos) ha cerrado sus puertas; la Pérgola de la Marina de Valencia va a dejar de programar conciertos como llevaba haciendo desde los últimos seis años cada fin de semana; y la Sidecar de Barcelona se convertirá en una coctelería, aunque han anunciado que mantendrán la programación de música en directo. Aún así, se mantiene una estructura de salas de pequeño y mediano aforo que sigue con vida, asegurando un escenario para las bandas locales y de otras ciudades o países. No obstante, creo que sigue habiendo una carencia de interés por parte de las autoridades municipales para mantener con vida y fomentar la música en directo en nuestras ciudades. Es el caso, por ejemplo, de Málaga, donde apenas quedan locales con licencia para conciertos en el centro. Quizás, porque su modelo económico y de crecimiento se decanta por extender una alfombra roja a un turismo masificado y de dudosa calidad… pero eso sería entrar en otro debate extramusical, aunque, sin duda, más que necesario. 

¿Cuál es el papel que en ese sentido crees que juega la proliferación de festivales? 

Nacho: Los festivales en España se han multiplicado. Y algunos de ellos han pinchado, ya sea en una venta pobre de entradas o en la cancelación. Los festivales grandes pueden garantizar una oferta mucho más comercial y de nombres mayúsculos que evidencia una multitud de público edición tras edición. Pero se observa en la gran mayoría la repetición de bandas en sus carteles. No hablo de una contraprogramación, sino de una estandarización en estas citas donde hay poca variedad entre ellas, dando igual al festival al que vayas porque es probable que se repita buena parte de su menú en uno y otro. Y luego tenemos los festivales de nicho, de aforo más reducido, sostenible y cómodo que lejos de querer crecer, que, probablemente, lo conseguirían, prefieren primar el disfrute de sus asistentes a su beneficio. Esta opción, ahora mismo, es mucho más interesante ante la saturación de festivales que estamos viviendo. Son, precisamente, estos festivales “pequeños” los que juegan un papel fundamental para garantizar la variedad y que no se disparen los cachés de las bandas, haciéndolos accesibles sólo para los caballos ganadores. En mi opinión, vivimos una burbuja festivalera que comienza a dar señales de agotamiento. 

Ahora que la venta de discos es irrisoria, las plataformas siguen robando a los creadores con porcentajes ínfimos por reproducción y en los festivales apenas se paga a los artistas más minoritarios, salvo honrosas excepciones. ¿Por dónde pasa la durabilidad de los proyectos y las carreras de larga duración? 

Nacho: En cuanto a los pagos por parte de las plataformas digitales no creo que haya un robo, ya que las bandas son libres de aceptar o rechazar los porcentajes que se le ofrecen en el contrato. Otra cosa es si esas cuantías son justas. La cuestión de los festivales diría que puede ser similar para las bandas en crecimiento. Como apuntas en la pregunta, hay citas que ofrecen su exposición y reconocimiento para invitar a un grupo a coste cero. Y, nuevamente, depende de la banda aceptar o no esa condición. Mi opinión es clara y tajante al respecto y creo que aceptar la gratuidad por el escenario hace un flaco favor al sector. Pero cada cual que haga lo que le convenga, faltaría más. 

A la hora de disfrutar de la música como oyente, ¿prefieres acercarte a los clásicos con los que te hiciste melómano/a o bien prefieres escuchar propuestas novedosas? ¿Por qué? 

Nacho: Ambas. Escuchar a los clásicos siempre garantiza el disfrute y, ojo, puede suponer la decepción de tu vida si sus miembros ya no están en plena forma. Pero, por lo general, las experiencias que he tenido con estos nombres consagrados (Madness, Ilegales, Rosendo, Iggy Pop, Os Mutantes, Lucinda Williams, The Undertones…) han sido muy positivas. Aunque recuerdo con pesar el concierto de Toots & The Maytals en la antigua sala Arena. Pero la ilusión suple un resultado menos notable. O el hecho de decir “he visto a esta leyenda”. Por otro lado, la curiosidad por ver cómo defienden sus propuestas en directo las bandas de nuevo cuño siempre es un aliciente para comprobar su eficiencia. Y aquí juega un papel muy importante la labor que desempeñamos en Radio 3, ya que después de haber visto a los grupos, tendremos una idea mucho más formada para invitarlos a los eventos que organizamos, como La Radio Encendida, el Día de los Museos o las fiestas de Radio 3 Extra. 

Todo oyente tiene algún secreto no confesable de bandas y/o músicos que le emocionan y que no suelen estar bien vistas, ¿Cuáles serían los tuyos y por qué? 

Nacho: (Risas) Esos placeres culpables, ¿eh? He llegado a emocionarme con artistas nuestros que, quizás, no son tótems pero que transmiten una verdad y una sensibilidad que en un momento dado han logrado arrancarme esa lágrima. Y dos de ellos han sido Aurora & The Betrayers y Pájaro. Sus registros, aunque cabalgan por sendas diferentes, han logrado llegar a lo más profundo del alma, bien por sus textos, bien por su puesta en escena. Su verdad me ha resultado incuestionable y eso no tiene precio. 

¿Cuál fue ese primer contacto con la música que te empujó a dedicarte a ella? 

Nacho: En casa de mis padres siempre ha habido música. Cada fin de semana mis padres se repartían los tiempos para ocupar el tocadiscos con sus preferencias. Mi madre, la música clásica y la ópera. Mi padre, el rock británico y la canción de autor. Imagínate lo que eran después los viajes en coche (risas). Pero todo ese influjo ha hecho poso, no te creas. La clave para querer dedicarme a la música de un modo profesional desde los micrófonos de Radio 3 fue cuando tenía 16 años y descubrí a The Specials. Y a partir de ahí, todo el sonido 2 Tone, sus orígenes jamaicanos de los 60, sus raíces del Rythm and Blues del sello Blue Beat… y, por supuesto, la vertiente punk77. A partir de ahí, enfundado en una parka M-65 descubrí nuevos sonidos que me fascinaron -y lo siguen haciendo- aunque ahora, en cuestiones de estilo, me identifico más con una cazadora de cuero. (Risas) 

Cita cinco nombres básicos en tu reproductor en los últimos meses. 

Nacho: Malditas selecciones… me quedo ahora mismo con: Adiós Amores, Dani Llamas, Dr. Explosión, Calizo y siempre, siempre, siempre, Rosendo. Mañana habrá cuatro nombres nuevos. 

¿Qué artistas malditos, minoritarios o relativamente novedosos nos recomendarías encarecidamente no perder de vista? 

Nacho: En estas cuestiones, suele imperar la actualidad y el futuro inmediato. Por eso, además de las menciones anteriores,especialmente Adiós Amores y Dani Llamas, me gustaría que anotéis el nombre de los malagueños The Oddballs, porque en los próximos meses han prometido entregarnos una nueva ración de sonido grasiento e “hijoputesco” que tanto nos gusta. También pondría un GPS a los barceloneses Anabel Lee, que con su segundo disco servido, pueden tener una presencia importante este verano en los festivales nacionales. También siento debilidad por el cuarteto Vosotras Veréis, que tienen una fórmula pop muy contagiosa. Y, por supuesto, Tiburona, que este 2024 han publicado su segundo LP que puede consolidar su propuesta después de unos directos brutales y un debut en larga duración que nos ha dejado con las patillas de punta. 

En tu caso eres locutor de radio y dj. ¿Cuál es el papel actual de ambas profesiones dentro del panorama musical? 

Nacho: Me gustaría pensar que prima nuestra labor prescriptora delante del micrófono de Radio 3. Creo que en un universo con tantísimo acceso a la información y donde los algoritmos deciden los gustos de la mayoría, una voz “crítica” o con “criterio” debería ser una suerte de zahorí para descubrir ese tesoro musical que todos ansiamos. A veces acertará y otras muchas, errará. Pero en cualquier caso lo hará con un puñado de razones y motivos expuestos y defendidos que pueden suscitar un debate interesante y necesario para estar de acuerdo o no con la recomendación en cuestión. Y esto es algo que sólo sucede en España con Radio 3. En mi caso, la faceta de selector -más que de DJ- es mera diversión y satisfacción. Porque no hay nada más bonito que compartir con el público la música que me mueve, que hace gritar, sudar y cantar para convertir el garito en el Fondo Sur del Metropolitano. 

¿Qué es lo que más disfrutas dentro de tu profesión? 

Nacho: Uffff… creo que es la cantidad de gente buena que te encuentras en cada circunstancia: un invitado, un promocionero, un compañero de la redacción, un fotógrafo, un promotor… valoro mucho la calidad humana de cada persona y cuando encuentras a alguien que va más allá de su labor e intuyes esa naturaleza, resulta muy satisfactorio. Tengo la suerte de trabajar en algo que me apasiona, aunque puede resultar un tanto absorbente. No quiero parecer una frase manida de taza de café, pero cuando haces lo que te gusta, no pesan tanto las inversiones de tiempo y esfuerzo que puede conllevar sacar un tema adelante para defenderlo delante del micrófono, en este caso. 

¿Cuál es el primer recuerdo que tienes de nuestra revista digital? 

Nacho: Creo que lo compartimos, querido Javi: coincidir en el curso de Periodismo Musical que impartía Héctor Fouce en la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, donde también coincidíamos con Paco, el guitarra de Camellos (risas). Joder, al final no hemos acabado tan mal, ¿no?

¿Qué valoración haces de nuestra evolución como web asentada dentro de la oferta de prensa musical, nacional y gratuita? ¿Qué es lo que más te gusta de El Giradiscos? ¿Y lo que más te irrita? 

Nacho: Me gusta el esfuerzo puesto en esta Web desde hace tanto tiempo, su presencia en los conciertos, sus reseñas, su tesón, su nombre, su constancia… Esta labor es muy necesaria para ofrecer otros enfoques sobre una misma realidad que vivimos. Y sólo espero que la correa de este Giradiscos no se destense y siga igual de precisa, concisa y afilada durante muchos años más. 

Espacio libre para una felicitación, crítica o lo que venga en gana… 

Nacho: Por un 2024 próspero, con justicia, salud, ilusión inquebrantable y un alirón desde la fuente de Neptuno.