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Entrevista: Big Star
"El verdadero éxito en establecer una conexión con la gente"
Big Star fue una banda que tuvo poca repercusión en su época. Posteriormente ha sido muy reivindicada por músicos, críticos y fans del rock, llegando a convertirse en una formación legendaria y podríamos llegar a decir que de culto. Sus miembros han ido dejándonos, desde Chris Bell a los setenta, a las más recientes pérdidas de Andy Hummel y Alex Chilton, quedando nuestro protagonista, Jody Stephens, como único superviviente de la banda original.
Pronto nos visita junto a esa súper banda que es Big Star's Radio City en una gira española que se detiene en Vigo (día 24 de octubre en el Auditorio Mar de Vigo), Barcelona (26 de octubre en la Sala Apolo) y Madrid (27 de octubre en la Sala Brut). Unos días antes nos atiende un rejuvenecido e ilusionado Jody Stephens que se conecta por video llamada desde el interior de su coche.
Con las muertes de Andy y Alex, quedaste como el único superviviente de los miembros originales de Big Star. ¿Sientes que tienes cierta responsabilidad de hacer perdurar el recuerdo de la banda?
Jody Stephens: Nunca lo pienso en esos términos, simplemente siento la alegría que tengo al tocar esta música. Y ciertamente, gracias a Chris Stamey, quien creó el elenco de "Third Live", de Big Star, pudimos recorrer lugares del todo el mundo con esta gran banda. Luego pensé que para el 50 aniversario de este disco tan especial, "Radio City", sería una buena idea montar una banda de rock de cinco personas, porque otra alternativa era muy cara de mantener y ésta resultaba más portátil. Además no puedo pensar en otros cuatro músicos que aporten tanto, me da mucha alegría tocar junto a ellos estas canciones y nos lo pasamos genial.
A finales de octubre llega a nuestro país la gira Radio City de Big Star en conmemoración del 50 aniversario del segundo álbum de la banda. "Radio City" es un gran disco, uno de los discos más importantes de los setenta. ¿Vais a reproducir este disco completo?
Jody Stephens: Muchas gracias. Pues sí, así es, lo tocaremos de principio a fin.
¿Y en el concierto tocaréis otras canciones o éxitos de Big Star?
Jody Stephens: Bueno, en realidad nunca tuvimos grandes éxitos, en parte porque siempre nos movimos en círculos independientes. Pero sí, tocaremos canciones del disco número uno, del tercer álbum y un par de las canciones de Chris Bell. Hay mucho para elegir, pero el concierto se basará básicamente sobre el "Radio City".
La formación actual es en realidad una continuación de la Big Star Band, que es una súper banda de músicos enormes que surgieron de formaciones de referencia como REM, Wilco o Posies. ¿Crees que estas bandas son herederas de la música de Big Star?
Jody Stephens: Las primeras personas que creo que vi impresionadas hablando de Big Star de una manera realmente agradable fueron Mike Mills y Peter Buck, ambos de REM. Era a principios de los 80 y decían cosas realmente agradables sobre nosotros Antes, yo había pasado algún tiempo en Londres, dos meses y medio en el 78, y me había dado cuenta que en la prensa británica hablaban sobre Big Star, ya fuera a través de gente escribiendo buscando nuestros discos o críticos musicales que hacían referencia a ellos, señalándonos como una banda de referencia cuando reseñaban el álbum de alguna otra banda, decían "esto me recuerda a Big Star".
Y en relación a Wilco, y especialmente Posies ¿piensas que son herederos directamente de la música de Big Star? Sobre todo estos últimos porque son una de las mejores bandas que siguen vuestro legado...
Jody Stephens: Sí, conocí a John Auer y Ken Stringfellow a través de su representante de Geffen, Gary Gersh. Y cuando lo hice, uno de ellos me pasó un sencillo que habían grabado y donde versionaban "Feel", del disco número uno, y también "I Am the Cosmos", de Chris Bell. Ambos me parecieron covers brillantes. Eso es lo que me hizo pensar en ellos cuando nos reunimos en 1993 y los incorporamos.
Y respecto a Wilco, ya sabes que Jeff Tweedy, John, Ken, Alex y yo nos juntamos en el año 93 para hacer un concierto homenaje en Columbia, Missouri. Jeff Tweedy vino a ese concierto aunque yo no sabía que estaba allí. Luego me invitaron a unirme a Golden Smog en 1997 con Jeff y Gary Louris de los Jayhawks. Creo que he tenido suerte de que sean fanáticos de la música de Big Star porque pude unirme a ellos en grabaciones y en el escenario y han sido una razón para seguir tocando la batería y trabajando en la música.
Su gira actual pasará por Estados Unidos. Creo que habéis terminado algunos conciertos por Londres y Noruega, y tenemos el privilegio en España de contar tres actuaciones. Vosotros siempre habéis tenido preferencia por España frente a otros países. ¿Por qué razón?
Jody Stephens: Bueno, la principal razón es el público. Cuando tocamos allí es una especie de fiesta del amor. Y gente como Jaime Hernández, de Houston Party, nos lo pone muy fácil, hace que nos sintamos cómodos. Se encargan de muchos detalles, de reservar hoteles y esas cosas. Jaime siempre ha sido increíblemente servicial. Y luego está Pedro Vizcaíno, que cuando Luther (Russell) y yo vinimos con These Pretty Wrongs, no sólo reservó las fechas de esa gira sino que condujo la camioneta, reservó las habitaciones del hotel y tiene ese sello llamado You Are the Cosmos, como la canción y el disco de Chris Bell. Así que para nosotros España siempre es complaciente.
Pero luego Luther y yo también vamos a Inglaterra porque es posible recorrer el país en tren. Y como en España, allí me siento muy a gusto tocando nuestra música. Creo que en ambos países las conexiones son más fuertes que en otros lugares.
Personalmente considero que Big Star y Badfinger son los padres del Power Pop. Sin embargo, como los británicos, y a pesar de ser una banda muy talentosa, nunca os llegó la merecida fama ni las ventas masivas de discos. Pero la historia ha situado a Big Star entre las más grandes bandas de los años 70. ¿Qué hace que algunas bandas con poco talento tengan éxito y otras con mucho talento no lo tengan?
Jody Stephens: Bueno, ante todo, debes tener en cuenta que el verdadero éxito en establecer una conexión con la gente. Tienes que lograr movilizar a ese alguien, sea como sea que lo hagas, es lo principal. Estoy seguro de que hay muchos guitarristas o solistas brillantes que nunca tuvieron el vehículo adecuado para conectarse con la gente. Si tienes un impacto emocional en alguien, tu música se quedará con esa persona para siempre. Lo hace conmigo. La música se queda conmigo para siempre si surge ese impacto.
¿Y consideras que Big Star es una banda de culto?
Jody Stephens: Por supuesto. Porque repito, no somos un nombre que digas y suene familiar. Pienso, por ejemplo, en mis primos: la única razón por la que saben sobre Big Star es porque yo estuve en la banda. A veces cuando me presentan a otras personas diciendo, "éste es Jody Stephens, estaba en la banda Big Star", se quedan con una expresión en blanco, lo que demuestra que no saben quiénes somos. Y eso me demuestra que no somos una banda conocida.
También creo que vuestro estilo musical fue la continuación o la evolución lógica del sonido musical de los Beatles de los años 60. ¿Estás de acuerdo?
Jody Stephens: Me gusta pensar eso. Está claro que todos éramos grandes fans de los Beatles. Y la manera de ser de Big Star no es realmente diferente a la de los Beatles, a pesar de que ellos hicieron más discos. Había cierta inocencia en la forma en que comenzaron y un poco de sofisticación al experimentar sobre ciertos aspectos y ver de qué se trataban. Cuando evolucionaron encontraron un poco más de melancolía y emociones más profundas. Y precisamente eso también se reflejó en Big Star. A medida que experimentamos la vida, pasamos del disco número uno a "Radio City", que es más complejo, y luego el estilo de vida de Alex fue un impacto para el tercer disco de Big Star.
¿Y qué influencia tuvo la ciudad de Memphis en vuestro sonido?
Jody Stephens: Bueno, todos éramos grandes fanáticos de Stax. Nos gustaba Otis Redding, Sam & Dave y cualquier cosa que surgiera de allí. Personalmente era un gran admirador de Al Jackson, que tocaba la batería con Booker T & The M.G.' s. De hecho, mi hermano Jimmy y yo teníamos una banda que tocaba canciones de la invasión británica, tocábamos la música de todos esos artistas y bandas del Reino Unido. Pero luego, cuando apareció Stax, formamos una banda Soul, allá por el 68 o 69, y nos trajimos al cantante de Black Bleed que tenía una voz increíble y era un tipo fantástico. Comenzamos a tocar principalmente cosas de Stax y de R&B, incluso algunas cosas de la Motown, pero aquellas que se parecían más al estilo Stax.
Leí en una entrevista que de los tres discos de Big Star, el sonido de batería que más te gusta fue precisamente el de "Radio City". ¿Esto es cierto? ¿Y por qué motivo?
Jody Stephens: Creo que simplemente las baterías de "Radio City" suenan mejor. Para empezar, compré una batería nueva. Justo después de grabar el disco número uno y lanzar el álbum, John Fry me dio algo de dinero y salí a comprarla. Fue el primer kit de gran tamaño que fabricó Ludwig. Así que eran tambores más grandes, no muy grandes si lo comparas con lo que la gente armó más tarde, pero de gran tamaño, bombo de 13, 14 pulgadas montado, 16, 24 pulgadas, ese tipo de cosas. También es consecuencia del tipo de baquetas que estaba usando y todos los efectos que suenan, de igual manera fue importante la forma en que John Fry puso los micrófonos en el estudio para que se escucharan un poco diferente. Para este álbum ya éramos un trío, así que había más espacio para la batería, porque teníamos solo tres instrumentos. "Radio City" fue bastante minimalista considerando el tipo de producción que fue el disco número uno, lo que abrió más espacio para que cada uno de nosotros pasara al frente.
¿Quiénes fueron los bateristas que lo influenciaron cuando empezabas a tocar la batería?
Jody Stephens: Con toda seguridad Ringo Starr fue el primero. Pero también estaban Charlie Watts, BJ Wilson de Procol Harum y John Bonham. Son esos bateristas que cuando escuchas una canción puedes identificarlo con los primeros dos o tres compases, simplemente escuchando cómo se sienten en una canción. Ciertamente algunos de los rellenos y cosas que hacen son espectaculares, pero lo que les diferencia e identifica es principalmente el sentimiento y su sonido. Y no me olvido tampoco de Al Jackson, por supuesto.
Hoy en día, me gustan mucho tanto Brian como Michael, de Lemon Twigs, cuando tocan la batería, realmente disfruto viéndoles. O Glenn Kochi de Wilco, que me encanta también. Pero sí, el primero fue Ringo, me enamoré de su forma de tocar.
¿Qué recuerdos tienes de grabar un disco como "Radio City"?
Jody Stephens: Creo que ya partimos de un buen comienzo. Elaboramos el material antes de entrar al estudio, por lo que tuvimos un poco de tiempo para desarrollar las canciones. Puedo recordar "O My Soul" y lo rápido que llegó la sensación esencial de la canción. Luego hubo ciertas cosas que introdujimos para ayudar a construir la canción o las transiciones entre diferentes partes. Alex comienza con esa introducción realmente emocionante y fue como que me invitaba a responder con la misma sensibilidad, lo que hice. Me lo puso fácil porque simplemente dejé que mis emociones se hicieran cargo y dictaran lo que mi cuerpo estaba haciendo, y se reflejaban en las partes de batería.
¿Y cómo afectó la salida de Chris Bell a la música de Big Star en ese momento?
Jody Stephens: Bueno, Chris era parte de "O My Soul" y parte de "Back of a Car", también de otras. Él y Alex habían trabajado juntos en algunas canciones y luego las dividieron. Yo había tocado con Chris desde el principio, porque cuando comenzamos éramos solo Andy, Chris y yo, los tres. Tocamos juntos durante casi un año antes de que Alex se uniera. Tal vez siete u ocho meses.
Por lo que Chris tuvo un gran impacto para mí y era una una influencia para todos nosotros. Cuando estás en una banda y grabas, estás intensamente sintonizado con el resto de integrantes, eres consciente de lo que ellos están tocando. Así que me afectó profundamente su marcha y su influencia algo que he llevado conmigo con cualquier música que he ido haciendo después.
Y la última pregunta, si tuvieras que elegir una canción de ese álbum, ¿cuál elegirías? ¿O cuál es el más especial para ti?
Jody Stephens: Vaya, esa es una pregunta difícil. "O My Soul" seguramente. Aunque también me encantan "Life Is White" y "I' m In Love With A Girl". Hay muchas, es complicado elegir. Como he dicho, fui un tipo afortunado. Alex escribió algunas canciones simplemente brillantes y sus interpretaciones con la guitarra, y Andy al bajo, en el disco son tremendas. Un día Mike Mills y yo estábamos hablando sobre el bajo de Andy, ya sabes que Mike tocaba el bajo con R.E.M. , y él me dijo que Andy era simplemente increíble, que si te paras a escuchar sus partes en "Radio City" te das cuenta de lo buenas que son. Entonces por todo eso es difícil decidir cuál es mi canción favorita. Aunque creo que si pudiera tocar un tema para alguien, tocaría "O My Soul". Bueno, también está "September Gurls", del primer álbum.
Probablemente esa sea mi canción favorita de Big Star.
Jody Stephens: Sí, como la de mucha gente.
Gillian Welch & David Rawlings: "Woodland"
¿Qué haces cuando tu vida salta por los aires? O no tu vida, pero sí aquello a lo que has dedicado la mayor parte de tus esfuerzos vitales. Tu gran proyecto, tu alma invertida en algo. Eso podría pasarle a cualquiera. Son situaciones que están, cada vez más hoy en día, a la vuelta de la esquina. Y es muy difícil reunir los pedazos y volver a empezar. No está al alcance de cualquiera.
Gillian Welch y Dave Rawlings no son cualquiera. Se conocieron en el prestigioso Berklee College Of Music de Boston allá por los 1990 y desde entonces han formado una de las parejas musicales más celebradas de eso que suele denominarse como americana, término éste que prácticamente se inventó para ellos, cuando alumbraron su primer disco juntos, "Revival" (1996). Desde entonces, han actuado y publicado discos tanto bajo el nombre de ella, como el de Dave Rawlings Machine, o como es el caso, bajo el nombre de los dos.
Y "Woodland" no es sólo el título de este su último álbum, el segundo que hacen con sus dos nombres en la portada, es además el nombre de su gran proyecto vital, eso de lo que hablábamos al principio de estas líneas. Un estudio de grabación ubicado al este de Nashville, donde viven, en el que invirtieron su amor, su dinero y su esfuerzo y donde han estado haciendo música a través de los años hasta que en marzo de 2020, por si fuera poco una pandemia mundial, el tornado de dimensiones bíblicas que asoló Tennessee, arrancó el tejado del estudio, inundándose y malogrando instrumentos, consolas, materiales varios y, sobre todo, cintas y cintas maestras con grabaciones de todas las épocas del dúo. Lo dicho, el trabajo de una vida a la mierda.
La lenta reconstrucción les ha hecho reflexionar mucho. Todas estas canciones van de eso. De pérdida, resiliencia, de reconstrucción. Han reflexionado sobre todo eso y también, sobre su relación de tantos años haciendo música juntos. El resultado son once canciones como sólo dos músicos tan espirituales y versados como ellos podrían hacer. Once canciones cristalinas, con el alma en cada nota, que se posicionan inmediatamente donde el corazón del oyente busca abrigo. Es absolutamente imposible no estremecerse con ellas. No enamorarse de ellas.
El disco tiene un comienzo que parece auspiciado por el mismísimo -y muy añorado- JJ Cale, puesto que “Empty trainload of sky” tiene ese halo cristalino y perezoso que tenían todas las canciones del de Oklahoma. Las ganas de quedarse a escuchar lo que sea que tengan que decir Gillian y Dave a partir de ahí están aseguradas. Y no en vano, puesto que “What we had”, la melancólica, liviana y profundamente hermosa composición que continúa el listado del álbum es otra jodida maravilla. Estamos ante algo realmente grande.
Es un viaje de redención que no contiene nada que no deba ser contado, ni anecdótico. Algo que siempre ha sido constante en el trabajo de estos dos, pero se nota que aquí el hecho de haber estado a punto de perderlo todo, les ha hecho verter en estas canciones el significado de muchas cosas que han aprendido a lo largo del camino que han recorrido juntos.
El álbum transcurre plácido, sin acritud ni angustia, sin malos rollos. “The bells and the birds”, “North country”, “Here stands a woman”... todas piezas sublimes, de guitarras mercuriales, ensamble vocal perfecto, emoción en cada nota, toda la carne en el asador para lograr algo de una belleza aplastante. Un álbum que, o mucho me equivoco, o es lo mejor que os podéis llevar a los oídos si queréis escuchar música tradicional hecha este año. Y si no queréis, también.