Yo La Tengo: "This Stupid World"

 
Por: Àlex Guimerà

Con el nuevo álbum, parece que el trío de New York recupera su cara más primaria y electrizante. La de sus primeros trabajos y especialmente la de su mejor obra hasta la fecha, "I Can Hear the Heart Beating as One" (1997). Tras notables discos de versiones - "Popular Songs" (2009), "Stuff Like That There" (2016)- o experimentos a base de ambientes sonoros - sensacional "Fade" (2013) o "There's A Riot Going On" (2018)- parece que Yo La Tengo han vuelto tras cinco años de silencio discográfico con ganas de guitarreo sucio y rock visceral por medio de un trabajo ideal para ser tocado en directo, lo cual no podemos hacer nada más que celebrarlo.

Grabado en el estudio casero de Ira Kaplan y Georgia Hubley y autoproducido por ellos mismos, "This Stupid World" se forma de sólo nueve cortes, algunos de los cuales sobrepasan los siete minutos de duración. Ya de entrada con "Sinatra Drive Breakdown" nos encontramos los guitarreos crecientes, el caos eléctrico, el alboroto instrumental y esa improvisación buscada. "Fallout" fue el primer single del largo y el que mejor funciona como tal, con su melodía post rock, el contraste entre suciedad instrumental y la voz dulce de Kaplan y una guitarra que nos evoca a los mejores momentos de los noventa.

"Tonight' s Episode" es un jugueteo de distorsión y ritmos oníricos, "Aselestine" se trata de un dulce Dream Pop con la cándida voz de sirena de Georgia, que repite en una etérea "Miles Away", que puede recordar a los Beach HouseInquietante por letra y tono aparece "Until It Happens", mientras que una "Apology Letters" lánguida y de guitarra enmarañada nos trae ambient rock. La feroz "Brain Capers" carga un pegadizo riff, dinamismo y desenfreno, y un susurro de fondo que nos dice cosas como "Alice Cooper inside my brain singing Still got a long way to go" . La sigue una "This Stupid World" que es puro shoegaze (pienso sobre todo en My Bloody Valentine) para el nuevo milenio.

Vuelven los mejores Yo La Tengo en tiempo, lo cual es demasiado para unos tipos tan encantadores como infalibles. Nuevamente (y mejor que nunca) disfrutaremos con sus múltiples capas y matices sonoros, su habitual eclecticismo, su inquietud creativa y sobre todo de su personalidad artística única.