Pablo Cerezal: “Diego Vasallo, trayectoria de una ola”


Por: Javier González. 

No es fácil acercarse a Diego Vasallo, ya sabrá el lector iniciado, el paseante de sendas musicales poco transitadas, que su faceta artística tiene algo de esquivo desde hace décadas. Quizás sea el peaje a pagar tras ascender a los cielos del bien entendido éxito en plena juventud con rotundidad y alevosía. O tan solo la libre elección de aquel que prefiere comprar tiempo sin necesidad de anudar firme la soga de esta carrera de ratas llamada música. Tiempo para reflexionar, disfrutar del silencio y esperar que la inspiración haga una visita furtiva donde, tal vez, por azar regale el buen trazo de un pincel, una frase ingeniosa y la enésima fotografía digna de enmarcar. Rasgar unos acordes, modular la voz y purgar unos cuantos fantasmas. Escribir otra tonada pantanosa y con espinas para unos pocos. O al menos intentarlo. Vivir la experiencia contemplativa mientras se existe y se crea. Con total acierto, cosa solo al alcance de los elegidos. 

Tampoco es sencillo escribir un libro que no es un libro al uso, ni una novela, ni un poema, mucho menos una biografía, tan manoseadas y casi prostituidas, salvo honrosas excepciones, en estos días. Ni tan siquiera un conjunto de páginas que pretendan servir de acercamiento indiscreto, casi voyeur, a la forma en que un autor multidisciplinar se enfrenta a la creación, al hecho artístico, introduciendo al espectador en los lugares del crimen, ya sea un estudio de pintura, un bar del centro de Madrid o un paseo por las calles y bares de San Sebastián u Hondarribia. No es fácil definirlo. ¿El problema para hacerlo? Que va más allá de todo encerrando una pizca de cada. 

Lo realmente complicado es plasmar en un conjunto de hojas un viaje emocional donde el protagonista, toda su obra más bien, y aquellos procesos que la hacen ver la luz se funden por momentos en uno. Las reflexiones se cruzan, en ocasiones se mezclan, sin afectar al mensaje. Hay conversación, guiños comunes, silencios que ensordecen al ruido, clarificadores y referencias, referentes más bien, que se deben anotar para devorar de nuevo. De Cioran a Rafael Berrio, con parada en Nick Cave y otras deidades de carne y hueso. Místicos existenciales, personas que habitan nuestro mundo en estadios inalcanzables para el común de los mortales. No hay puntada sin hilo. No la hay, como no la hay en las canciones de Vasallo, tampoco las hay en las palabras de Cerezal

En dichas coordenadas se mueve “Diego Vasallo, trayectoria de una ola”, firmado por Pablo Cerezal, fabuloso escritor underground de sobrado bagaje, que ahora rubrica este fenomenal volumen de manera independiente al abrigo de Parkour Poético, editorial creada exprofeso para la ocasión, con la pretensión de ser cobijo para libros de calado en busca del ideal romántico de dotar a la labor editorial de una cierta justicia social para con los creadores, donde el autor consigue acompañar en parte del viaje a uno de los pocos autores valientes que quedan en nuestra música contemporánea; haciéndolo con inteligencia, sin repetir fórmulas quemadas ya, encontrando una empatía, no buscada, que solamente hallan quienes en silencio manejan un lenguaje común, logrando salir victorioso del envite para regalarnos un libro sentido y emocional que es mucho más que un acercamiento a Diego Vasallo, su vida y experiencia compositiva a través del arte, es un manual de supervivencia en tiempos modernos para personas con un mínimo de sensibilidad y a(c-p)titudes creativas.