Homenaje a Germán Coppini

“Agradezco que haya músicos y compositores que hablen de uno. Me motiva y hace feliz. Aun así hay que seguir haciendo cosas y seguir peleando como el primer día” 

El pasado 25 de diciembre amanecía con tintes de tristeza para todos los amantes de la música. Esa misma mañana conocíamos la triste noticia del fallecimiento de Germán Coppini, vocalista de bandas tan importantes de nuestro panorama como Siniestro Total y Golpes Bajos; y por extensión uno de los compositores y letristas más brillantes y personales de cuantos ha alumbrado nuestro pop-rock. 

Profundamente impactados ante la noticia y sin mucho ánimo para escribir un texto que plasme lo que ha sido su carrera musical, desde “El Giradiscos” nos hemos planteado recuperar la única entrevista que tuvimos oportunidad de hacerle años atrás con motivo de la publicación de su álbum “Todas las Perdidas crean Nudos”, como homenaje y agradecimiento por todas la grandes e inmortales canciones que nos ha legado. 

Un encuentro lleno de emotividad, efectuado en una bar de lo más castizo de la calle Atocha, en el que tuvimos la oportunidad de compartir un café y desarrollar una charla por espacio de una hora, en la que pudimos conocer un poquito más de cerca al músico y a la persona; una persona que nos dio la impresión de ser tan comprometida en su día a día como lo fue con sus principios artísticos a lo largo de toda su carrera, y a la que hoy comenzamos a echar de menos. 

Como decimos, esperamos que estas breves líneas y la recuperación de esta entrevista, sirvan como el pequeño homenaje de todos los que hacemos posible “El Giradiscos” con Germán Coppini

Acabáis de publicar “Todas las pérdidas crean Nudos”, el segundo disco bajo la etiqueta de Lemuripop, el proyecto que capitaneas junto a Álex Brujas, después de que en 2008 viera la luz “Primo Tempo”. ¿Por qué ha pasado tan tiempo entre la edición de ambos trabajos? 

Germán: El primer disco salió licenciado en Warner y parecía que este segundo también lo haríamos con ellos. Les gustaba el grupo y las canciones, además los comentarios y las críticas del disco fueron buenas, parecía que había demanda, pero nos encontramos con que nos daban muchas largas a la hora de publicarlo. Así estuvimos esperando durante una temporada. Nosotros por nuestra parte seguíamos completando el disco e inclusive íbamos componiendo para un tercer trabajo, pero iba pasando el tiempo y vimos que no hacíamos nada. Así hasta llegar al momento actual en el que nos ponemos en contacto con Pablo Lacárcel quien nos hace una propuesta que consideramos era interesante. Previamente habíamos hecho un leve tanteo por algunas independientes reconocidas que no mostraron interés por el proyecto. No por las canciones, sino por la onda que llevan, pues no casaban mucho con las compañías indie rock actuales. Pablo conocía nuestro primer trabajo y mi trayectoria profesional, por lo que no dudó a la hora de ponernos muchas facilidades para editar el disco. De todas formas tampoco creo que haya pasado tanto tiempo entre ambos álbumes. El hacer un disco actualmente es un proceso largo. Ya no se tiene la suerte de hacerlo y tenerlo publicado al poco tiempo. 

Desde fuera daba la impresión de que estabas en un momento de tomar distancia con respecto al mundo musical para dedicarte a otras cosas, algo que ya te ocurrió a principios de la década de los noventa y en algún momento de tu carrera. ¿Es necesario alejarse de vez en cuando del mundo de la música? 

Germán: En ese momento concreto llegué a acabar hasta los huevos del mundo de la música. No me seducía nada. Además la vida da muchos problemas. Hubo un período en que perdí a casi toda mi familia y eso me alejó de la música. No tenía ni necesidad ni fuerzas para hacer cosas. Por otro lado mi situación no era cómoda. Quizás ahora, con la que está cayendo, para mí sea un momento mejor para formar bandas con músicos que han seguido otras trayectorias distintas a la mía. Antes no tenía esa opción. 

Creemos que “Todas las perdidas crean Nudos” es un disco que se mueve en unos parámetros musicales electrónicos con base pop. ¿Cómo definirías la música que hacéis? 

Germán: Para mí todo es pop. Después lo puedes revestir de una forma u otra. Que tenga una base electrónica me gusta, si no, no estaría en un proyecto de este calado. Además me da la impresión de que crea atmósferas muy diferentes a las de un grupo clásico de bajo, batería y guitarra. 

¿Qué aportáis cada uno de vosotros al sonido del grupo? 

Germán: El trabajo de Álex Brujas, aparte de impecable, es más del cincuenta por cien del total. No solo es el compositor de los temas, sino que además el apartado de las mezclas y arreglos también es cosa suya. La suerte que tenemos es que contamos con un estudio de grabación propio. Trabajar en él es cómodo e interesante, porque vamos viendo resultados en corto espacio de tiempo. No es pasar una maqueta y esperar a ver qué pasa. Vemos el crecimiento de un día para otro. Él me pasa unos adelantos, yo los escucho y voy preparando una letra. Cuando la tengo hilvanada me acerco al estudio y la pruebo. Entonces él se queda, va haciendo arreglos, corta partes, hace coros y mete guitarras. Yo incluyo los textos y las líneas melódicas, aunque ahora comparto protagonismo con Álex, cosa que no ocurría en el anterior disco, es algo que hacemos para contrastar un poco los álbumes que tenemos. 

Nos ha gustado particularmente disfrutar de los textos que propones, consideramos que son altamente narrativos hasta el punto de habernos parecido que has escogido ciertos elementos concretos, tal y como queda patente en canciones como “Odio y Amor”, “Silencio” o “La Mejor Sonrisa”, y a partir de ellos has construido historias.

Germán: Yo creo que lo interesante es escribir historias. En este disco se refleja un poco la dualidad entre la parte tangible/intangible o lo real/irreal. En mis discos suele haber muchas historias de corte fantástico y creo que es algo patente en “Todas las perdidas crean Nudos”. A mí me daba un poco de repelus tocar temas tan mundanos como las ciudades, por ejemplo, y también me he atrevido en cierta medida, quizás porque donde realmente tenía mi filón era en las cosas más oníricas y fantásticas. A medida que va pasando el tiempo voy captando otras cosas. Sí que es verdad que este disco tiene una dualidad que no tienen otros. 

También abordas temáticas un tanto oscuras en el sentido de que hablan de un mundo en crisis y de sentimientos de amor encontrados, pero en las que abogas por reinventarnos para encontrar nuevos horizontes. Es el caso de “Murallas” o “Caballos de Guerra”. 

Germán: Son canciones que tienen mucho que ver con lo que está ocurriendo actualmente en nuestro país. Me imagino que el compositor o el creativo no puede permanecer indiferente ante esta situación. Lo que pasa es que muchas veces hay que tener la capacidad para transcribirla sin florituras y sin que queden forzadas. A la hora de escribir las letras me sirvo un poco de las canciones, son siempre vehículos de ideas. Quizás otros no lo hagan porque no tienen las ganas, ni el humor, ni la capacidad de analizar las cosas que ven todos los días. Tal vez eso venga motivado por la parte electrónica, que para mí es una forma de vestir las canciones. Es una forma de crear ambientes que me lleven a otro terreno distinto. 

Otro corte curioso que parece dedicado a nuestra ciudad, Madrid, es “Escalofría”. 

Germán: Sí, es una canción que habla de Madrid. Me vine a vivir aquí en el año 1984. Es el sitio donde he creado mi familia, puesto que todos son de aquí. Habla de una sensación de agobio, de la presión y del desfase total que tenemos. También de la pena y la incógnita que sentimos como personas y profesionales. Es en Madrid donde coincidimos un montón de personas con problemas varios. 

Las fotos que ilustran el libreto están realizadas en su totalidad a neones y luces en movimiento, y si uno se fija bien puede observar pequeñas imágenes relacionadas con los textos. ¿Qué querías transmitir con ese juego de contrastes? 

Germán: Realmente ha tenido que venir Pablo Lacárcel para que hayamos podido hacer un disco con un trabajo tan exhaustivo como éste. Es una idea muy setentona, porque cuando salían los discos de cortes conceptual a las canciones les complementaba todo: La foto de la portada, el diseño, etc… Todo formaba parte de la obra. Ahora que estamos en un mundo tan anodino, todo está hecho con prisas, por correr y no perder comba. Hace unos años había que tener los álbumes en el mercado para que coincidieran con unas determinadas campañas. Nosotros nos hemos propuesto el hecho de sacar un disco por el auténtico placer de sacarlo, en un momento en que está altamente desprestigiado. Ahora es un producto que tiene una duración limitada, antes no era así. Tenías el Lp, lo escuchabas con ganas, te leías el libreto, veías absolutamente todo. Para hacerlo ahora, y con este diseño, nos las hemos visto y deseado. También es cierto que en los ochenta salían muchos menos discos, por eso lo recibías con expectación. Había tiempo de sobra para degustarlo, todo era muy ceremonioso. Ahora todo eso se ha perdido. Volvemos a reivindicar no solo las canciones, sino los discos bien hechos. Que la gente tenga esa satisfacción de tener un álbum, que solo en ese aspecto nos ha llevado dos meses de pruebas con el fotógrafo, Mikel Pons, hasta que dimos con las adecuadas. Lo más divertido fue buscarle una connotación y un paralelismo con los textos. Todos los que se acerquen al disco podrán hacer su composición respecto a las mismas. 

¿Cómo está funcionando hasta ahora todo el proceso de promoción y difusión del álbum? 

Germán: Personalmente creo que está funcionando bien. Lo que pasa es que como realmente es un disco muy artesanal, será la misma demanda la que nos lleve a seguir haciendo cosas. De momento no hay un orden previsto para la promoción. Nos estamos dejando llevar por la emoción y por la acogida que genere el mismo álbum, tanto en lo que se refiere a la gente como a nivel de medios. Será esta misma dinámica la que nos lleve a seguir haciendo cosas. Como artistas no tenemos una oficina de marketing o management que tenga una lista de las puertas que hay que tocar, todo lo contrario. Es más, yo creo que eso es lo más divertido. A medida que pasa el tiempo vamos sumando cosas, lo que creo le dará más vida al disco. Me seduce mucho esta manera de trabajar. En algún momento sugerimos cosas, personas que creemos que pueden ser afines a nosotros y quizás quieran interesarse por el proyecto. 

A día de hoy. ¿Es mucha la gente que te reconoce por la calle y conoce tu glorioso pasado musical? 

Germán: Salvo que sean personas relacionadas con el mundo de la música o jóvenes periodistas, como es vuestro caso, no es mucha la gente que suele reconocerme por la calle. Las audiencias se han rejuvenecido, cosa que es mejor. El mismo fan tiene la posibilidad de hacer historia. A mí me gusta que en las entrevistas haya referencias a aquel período de tiempo. Es acojonante. Pero también me gusta seguir haciendo cosas nuevas porque eso me sitúa en el momento actual. No soy muy amigo de remontarme en el tiempo. 


De lo que no cabe duda es que muchos de tus compañeros de profesión sí que te reconocen como uno de nuestros más grandes talentos creativos. No hay más que mirar a la prensa recientemente para ver las alabanzas que te regala Antonio Luque o tus amigos de Maga. ¿Cómo valoras dichos reconocimientos? 

Germán: No creo que sean propiamente reconocimientos. También pienso que lo que ocurre es que hace años no existía esa posibilidad. Ahora sí que es posible que generaciones distintas coincidamos o trabajemos juntos. Eso es estupendo. No me gustaría ser un músico caducado. Agradezco que haya músicos y compositores que hablen de uno. Me motiva y hace feliz. Además el reconocimiento es mutuo. No solo con Maga, sino también con gente como Rosvita. Ahora voy a colaborar con un grupo malagueño que va a grabar su primer disco llamados Logical Pop, cuyas canciones me parecen estupendas. El reconocimiento llega tarde, pero llega. Aun así hay que seguir haciendo cosas y seguir peleando como el primer día. 

Ese reconocimiento que tú también en su día hiciste versionando canciones de Nacha Pop, Gabinete Caligari o tocando con gente de Glutamato Ye-Yé en Anónimos. 

Germán: Sí, hice ese tipo de cosas como reconocimiento. Con el paso del tiempo esos actos se perdieron. Lo que tenía de eufórico aquella época de los ochenta era que el éxito del vecino también era el nuestro. Cuando la movida se fue al traste, predominando lo comercial puro y duro, las relaciones se fueron perdiendo. Se vuelven a retomar al cabo de años, pero con gente más joven que es algo muy gratificante. Actualmente a todos los compañeros de aquella época la coyuntura nos ha bajado un poco los humos. 

Personalmente nos gustó muchísimo ver como versionaste años atrás “Cuatro Rosas” de Gabinete Caligari. 

Germán: Creo que Jaime Urruia, más allá de la estima personal, es uno de los puntales de la música de este país. Siempre me ha parecido un tipo estupendo, creativo y muy interesante. Es uno de los músicos de los que me gusta hablar con cariño porque es un grande. Y de los de ahora igual, porque creo que hay gente muy creativa e interesantísima. 

¿Qué bandas destacarías del panorama actual? 

Germán: Pues en algunos casos los has nombrado tú. Creo que Maga es un grupazo. Igual que ocurre con los ya mencionados Rosvita. Luego voy conociendo gente muy dispar. También están los de siempre como Miguel Costas que es un tipo increíble, Iván Ferreiro. De los nuevos no quiero olvidarme de Pony Bravo o Varry Brava, que me parecen estupendos. 

Fuiste uno de los primeros artistas que después de haber militado en grandes grupos como Siniestro Total o los irrepetibles Golpes Bajos se lanzó en solitario. ¿Cómo viviste ese hecho? 

Germán: Mi situación era atípica. Yo viví la situación que luego otros solistas o componentes de grupos vivirían posteriormente. Pasé de estar en un grupo reconocido a verme en la tesitura de empezar a trabajar como solista, que en aquella época no era muy cómoda. Me vi obligado a tomar decisiones no muy cómodas, pero no me quedaba otra posibilidad para poder seguir haciendo cosas. Mi idea siempre ha sido trabajar en bandas durante largas temporadas. Ser solista no es nada cómodo. Al serlo todas las decisiones recaen en ti. Tengo a gala decir que soy el primer solista que venía de grupos noveles, cuando en aquella época todos solían ser horteras y romanticones. Venían de otras escuelas totalmente diferentes. La mía era más pop. Después llegaron todos los demás, los Urrutias y Bunburys. Incluso las compañías por esa época no sabía muy bien qué hacer conmigo, no sabían muy bien cómo venderme o dónde dirigirme. Mi carrera está llena de altibajos en parte por eso. Es una carrera atípica. Me vi forzado por la tesitura del momento. Desgraciadamente los grupos me duran poco. Tuve que tomar partido como solista. Por otro lado siempre he sido un músico que se ha movido por motivaciones. Cuando tengo la necesidad cuento cosas y cuando no, dejo de hacerlo. En los últimos años no he estado muy presente, pero es porque lo que me motiva es la música. 

Realmente, ¿por qué te marchaste de Siniestro Total? 

Germán: Mi fuente de ingresos era Siniestro Total, con ellos salían los bolos y hacíamos actuaciones. Luego los fines de semana me reunía con Teo Cardalda y perfilaba cosas con Golpes Bajos. De la misma manera que Miguel Costas lo hacía ccon Aerolíneas Federales. Finalmente no se creó una situación cómoda. A mí me hace mucha gracia la excusa de acudir al programa “La Edad de Oro” con Paloma Chamorro y no citar a Siniestro Total, porque me hacen ver que yo no promocioné a Siniestro Total. Es que yo iba a hacerlo con las canciones de mi autoría. Era la primera vez que escribía y grababa. Porque en Siniestro me decían que mis textos tenían aspiraciones literarias y que lo suyo era más divertido, que iba por otro rollo. Perfecto. Entonces me dediqué a lo mío. Lo que me pareció ridículo era que me echarán en cara que no diera bola a Siniestro cuando iba a mover mi historia. Creo que fue un rollo de ego y personalismo puro y duro. Quien dirigía el cotarro era Julián Hernández, que es la persona que ha seguido manejando el cotarro y tenía un rol asignado para cada uno de nosotros. Llegó un momento en el que yo me cansé de aquello y me marché. 

¿Y de Golpes Bajos? 

Germán: Idem de ídem. Yo creo que las cosas tienen un momento, una lógica y una duración limitada. Lo que no se puede hacer es lo que han hecho muchos grupos modernos que han exprimido el rollo hasta la saciedad. No se lo creen ni ellos. Yo prefiero actuar con nobleza. Si no hay buen rollo entre los componentes y no hay opción de hacer nada, para qué coño seguir. 

Con esa forma de actuar lograste crear el mito de Golpes Bajos, escasas grabaciones pero de mucha calidad, muy parecido a lo que ocurrió con The Smiths. 

Germán: Pero yo creo que esa es la nobleza de la historia. En vez de seguir exprimiendo todo hasta hacerlo intragable conviene parar a tiempo. Si no al final, como oyente, te acababan dando gato por liebre. 

¿Qué planes de futuro manejáis con Lemuripop? 

Germán: Nos gustaría dotar al disco de un complemento en forma actuación en directo. Por ejemplo en Madrid hace mucho que no tocamos. Cuando lo hemos hecho ha sido de forma breve. Creo que en el Club New Order y en una actuación con varios artistas más en la que recuerdo que estaba Xoel López. Para nosotros sería lo ideal pero tampoco soy adivino. La situación discográfica está mal tanto como la parte de contratación. Todo esta para echarse a llorar. Nosotros estamos dispuestos a tocar siempre y cuando se cumplan unas normas básicas para poder hacerlo. 

Por: Javier e Iván González. 
Fotos: Iván González