La Familia, no engaña con su nombre, pues es un grupo de amigos que de forma familiar han grabado un disco casi amateur (con todo el encanto que ello implica y con una frescura y empaque que son de agradecer). Un grupo de amigos provenientes de otras bandas gallegas (Trem Fantasma, Igloo, The Blows, Maryland, Circular) que se han reunido y unido fuerzas para crear este nuevo proyecto paralelo, que todo hay que decirlo y aunque ellos quizás no se lo imaginasen cuando lo grabaron, supera con mucho al trabajo de cada uno de sus miembros con sus otras formaciones, y que crece a cada nueva escucha como un compendio del mejor indie pop que se ha firmado en el último año en este país. Grata sorpresa pues, tanto para Santi Araújo (voz y guitarra, que además es el artífice de todas las letras del disco), Álex Penido (batería), Carlos Gil (bajo y coros) e Iván Patiño (teclados), como para todos aquellos que tengan a bien hacer un hueco a esta “familia” en sus casas y por qué no decirlo en sus vidas. Con lo que sí que engañan, aunque como ya he dicho, ellos mismos no fuesen conscientes de hacerlo, es con el título de éste su primer álbum, ya que lo que para ellos puede ser un conjunto de canciones normales, grabadas de forma normal, son en realidad una serie de temas de arreglos exquisitos, con una acertada presencia de guitarras poderosas y una sección rítmica potente que dotan de profundidad y empaque al conjunto, logrando un perfecto equilibrio entre letras y melodías que suenan y saben a pop con mayúsculas.El tono pueril de la portada y el libreto interior de Esto es normal, en la onda también de temas como “Un rayo de sol”, podría llevar a engaño al oyente, pensando que tiene entre sus manos un nuevo producto en la onda de pop ñoño y edulcorado al que nos tienen acostumbrados otras bandas señeras (por desgracia) del indie pop patrio como los ahora conocidos como Súper Cola Jet Set, pero lo cierto es que ni siquiera en los pasajes más inocentes del disco de La Familia, en los que evocan paisajes y sonidos propios de la niñez, caen en dicha ñoñería o moñería, logrando componer con encanto y frescura unas pinceladas de tonos luminosos en los que el rosa chicle o el rosa algodón de azúcar no aparecen por ningún lado, quedando lejos, muy lejos, de su paleta cromático-sonora.
Por contra, lo que ofrece esta banda es un conjunto de temas pop de melodías atmosféricas, equilibrado y consistente, en la onda de algunas de las mejores bandas españolas de los últimos años, tales como Los Planetas (“Polo Norte”) o Vetusta Morla (la intensa “Que puedo perder”, de hermosa letra y donde la voz de Santi Araújo se equipara por su desgarrador dramatismo a la del mejor Pucho, lo que la convierten en el hitazo que todo disco que se precie y que quiera escapar de la media, debe tener); pero también con un ritmo y sonido muy anglosajón en la onda de bandas como Coldplay o Clap your hands say yeah, en temas como “Miénteme”, donde la voz de Santi vuelve a sorprender por su calidad y sus muchos matices, recordando a la del gran Alec Ounsworth.
Otros momentos álgidos de este trabajo son sin duda “Hoy me siento cowboy”, otro tema de melodía adictiva porque posee una serie de giros y matices constantes que mantienen el interés del oyente, escondiendo una interesante capacidad de sorpresa, en el que cobran un gran protagonismo las guitarras y de nuevo la cálida y personal voz de Araújo; la intensa y luminosa “Solución” y ese ejercicio de pop casi acústico que acaba rompiendo en un mar de sonidos que es “Otra vez igual”.Historias cotidianas en las que el desamor está muy presente (“Ya no estás” o la ya citada “Otra vez igual”), bien contadas y facturadas, lo que otorgan a este disco un nivel muy alto del que sólo escapan las previsibles y planas “Me quiero enamorar” y “Gira mundial”, que para mi gusto, hubiesen sobrado. Pero quedémonos mejor con lo bueno de Esto es normal, que como ya he dicho anteriormente es mucho, y sin duda hará que se hablen maravillas de esta bien avenida familia en el futuro.
Por David Lorenzo Sánchez
