Marah: “No smoking please”

Madrid, Sala Heineken. 5 de Octubre de 2011.
Los hermanos Bielanko, junto a Christine a las teclados, Mark Francis al bajo y Martin Lynds a la batería, volvieron el pasado miércoles a rockear en la capital, en una gira española que supone el regreso de Serge, tras tres años de ausencia en la banda.


La energía que transmiten cuando están juntos contagia a una audiencia que disfruto escuchando las canciones más representativas de todo su repertorio, añadiendo algunas de su último “Life is a problem”, llegando al éxtasis sobre todo cuando Dave canta como sólo el sabe hacer, sacándose todos sus demonios internos y convirtiéndolos en pura poesía, nacida desde la honestidad de este último bohemio del rock and roll.

Raro se hacía ver a los dos hermanos sin su cigarrillo en escena, teniendo incluso –en mitad de la actuación– que hacer un parón de cinco minutos para poder fumar, momento este que aprovechó también la mitad de la parroquia que se congregó en la sala Heineken.

Sala, que por cierto sigue sonando tan mal como de costumbre, tanto si está llena o como el pasado día a medio aforo. Aún así, y luchando con ese pesado lastre que es una mala acústica, la nueva formación suena con garra, como en los viejos tiempos, con Dave y Serge dándolo todo, volviendo a disfrutar encima del escenario. La cara de felicidad de Dave lo delataba todo, realmente se siente mucho mejor teniendo a Serge al lado. Aún cuando este baja del escenario, sacando notas de su harmónica, tomando contacto con el público, mirándolos cara a cara, Dave contempla desde lo alto las idas y venidas de su hermano, los dos hermanos definitivos del rock.

Antes de que los educados porteros de la sala nos echaran literalmente al poco de acabar la actuación, todavía dio tiempo para algún que otro bis, sacando a relucir el bajista Mark Francis una trompeta para acompañar a una de las últimas canciones de la noche.

Ya en la zona de merchandising comentaba Dave que en verano nos vuelven a visitar. Gran noticia. Mientras el staff de la sala regañaba a los hermanos al grito de “no smoking please”, y es que hay cosas que no cambiarán nunca y Marah, afortunadamente, es una de ellas.

Texto y fotos: Alberto Vicente