Entrevista: Cabezafuego

"Me ha gustado vestir de lentejuelas o, mejor dicho, de cristales rotos estas canciones"

Por: Sergio Iglesias

“Somos droga” es el segundo disco en solitario de Iñigo Cabezafuego, un ambicioso trabajo musical y gráfico, ya que se trata de un vinilo-tebeo en el que han colaborado dibujantes de la talla de Víctor Coyote o Mauro Entrialgo, entre otros, aportando sus ilustraciones al proyecto. En “Somos droga” también ha sido fundamental la colaboración de músicos amigos del navarro, quien ha contado con la inestimable ayuda y apoyo de Daniel Ulecia en la producción y aportando ideas. 

Para empezar, cuéntanos qué es “Somos Droga”.

Iñigo Cabezafuego: “Somos droga” es una pedrada que se nos ha ocurrido a mucha gente, entre ellos Cabezafuego y unos dibujantes colgados que, por lo visto, no quieren ganar dinero. Es un vinilo-tebeo (porque odio la palabra comic) muy jugoso pero, como te digo, es una pedrada considerable, tanto musical como gráficamente, que la gente creo que debería escuchar. 

Una pedrada, pero también un lujo poder crear este trabajo en colaboración con gente como Víctor Coyote, Mauro Entrialgo, Olaf Ladousse, Oskar Benas o Paco Alcázar, entre otros, ¿no? 

Iñigo Cabezafuego: ¡Ya ves! Gente con cuyas viñetas he crecido, imagínate lo que es para mí trabajar ahora con ellos y conocerles personalmente, estoy flipando. 

Este es tu segundo trabajo en solitario después de “Camina conmigo”. ¿Qué diferencias podemos encontrar entre los dos discos? 

Iñigo Cabezafuego: Este se ha hecho en un “laboratorio del Doctor Frankenstein” entre dos personas, Daniel Ulecia y yo, en ocho meses de trabajo brutal para hacer un disco muy… no sé, es un batiburrillo de las mayores lindezas, hemos hecho todo lo que se nos ha pasado por los cojones y no ha habido ningún tipo de freno, la única censura que nos hemos impuesto ha sido no meter algo que no molase. La diferencia con el anterior es que el otro era un disco de rock and roll clásico, dentro de que siempre intento que mis canciones no sean clásicas. Pero este ya ha sido “Venga, que le den por saco, que total ya no nos vamos a hacer más famosos” y hemos hecho lo que nos ha salido de los huevos. 

Sí, porque este de rock and roll clásico tiene poco… 

Iñigo Cabezafuego: Sí, bueno, pero quiero que quede claro que son canciones que se pueden tocar con la acústica…aunque no se puedan tocar en reuniones familiares (risas). Me ha gustado vestir de lentejuelas o, mejor dicho, de cristales rotos estas canciones. 

También encontramos mucho sampler a lo largo del disco. ¿Esos samplers son homenajes a cosas que te han influido o, simplemente, cosas que te apetecía meter? 

Iñigo Cabezafuego: Pues hay un poco de todo. Hay muchos samplers que son pequeños guiños a influencias mías, a mi pasado y a los primeros años en que descubría la música como Demis Roussos, Van Halen o Michael Jackson, y luego hay otros que son cosas que surgen en el momento. Siempre he querido hacer un disco en el que la atención se desvíe de la propia canción pero sin desmerecerla. Para mí son canciones que están bien hechas pero tampoco me centro en que sea una canción redonda, sino que meto de repente cosas para desviar la atención. 

¿Cómo ha ido la colaboración con Daniel Ulecia? 

Iñigo Cabezafuego: Daniel siempre ha sido el técnico de mis discos desde hace muchos años; lo que pasa es que Dani ha sido una persona en la que siempre había confiado a nivel técnico, pero no a nivel artístico, seguramente por inconsciencia, juventud y chulería, porque siempre piensas que tú eres el que mejor sabe hacer tus discos. Pues con los años he descubierto que Dani es un puto genio. Aunque las canciones sean mías, él es compositor al 50% en este disco y, como te decía, le he descubierto como un genio de los controles…y no me refiero sólo a que suene la guitarra de tal o cual manera, sino a aportar ideas tan grandes que han hecho que este disco sea lo que es. 

¿Ha resultado costoso hacer “Somos droga”? 

Iñigo Cabezafuego: Ha sido costoso, sobre todo, de tiempo porque, como te comentaba antes, hemos estado ocho meses ahí metidos, empezamos el disco en bañador y lo terminamos en calzoncillo largo (risas). Pero, económicamente, no ha sido tan costoso y a Dani le debo tanto que le tendré que poner “Dani” a todos mis hijos. La verdad es que se ha comportado como el gran amigo que es, como un confesor y casi como un hermano y ha metido muchas más horas de las que habíamos dicho en principio. 

Hablando de amigos, en este disco has contado con colaboradores como Los Hermanos Cubero, Aries, Rober! (Atom Rhumba),  Cristina (El Columpio Asesino), Kelley Stoltz, Rich Millman y Andy Duvall (Zen Guerrilla), Dan Wilson (The Cubical), Aitor (Lendakaris Muertos)… 

Iñigo Cabezafuego: Salvo Isabel Aries a la que no conocía pero a la que adoraba y Kelly Stoltz, con quien había tocado alguna vez, los demás sí que son todos colegas. Aunque, para mí, son artistas de primer nivel, esto no lo he hecho para demostrar que tengo amigos famosos de cara a la galería. Son gente que me imaginaba haciendo estas pequeñas cosas que han hecho en el disco, son pequeños detalles y no duetos horteras, sino aportaciones que hacen que las canciones sean mucho mejores de lo que eran en un principio. Los hermanos Cubero, por ejemplo, siempre vi que ellos tenían que hacer una jota en la que me dejaran en ridículo y empezar un disco así. 

Eso es cierto, porque en este disco, no sólo das palos a los demás, sino que también hay para ti… 

Iñigo Cabezafuego: Para mí es fundamental no tomarme en serio a mí mismo. ¿Quién soy yo para erigirme en profeta de nada y meterme con alguien? Pues no, del primero que me río es de mí mismo.
 
De ti mismo y, de nuevo, al igual que en tu anterior disco, de cierta élite de músicos ¿no? 

Iñigo Cabezafuego: No exactamente. En este disco hablo de mí bastante más de lo que parece, y luego hablo de un tipo de personas que, en realidad, somos todos. Ya no quiero andar metiéndome con gente en concreto porque no va a ningún lado. La gracieta estaba bien en el momento y, como suelo decir, yo era un cínico hijo de puta pero ya estoy bien. Ahora soy todo paz y amor y cago flores…

“Minueto del arribista”, “Balada del irritante”… ¿qué es más peligroso, un arribista o un irritante?

Iñigo Cabezafuego: (Risas) Así, a priori y sobre el papel, un arribista. Irritante es, desde nuestra familia hasta nuestros amigos o nosotros mismos en algunos momentos, pero lo jodido de verdad es el arribista, sobre todo en el curro; yo me acuerdo cuando curraba en la fábrica que los arribistas eran lo peor. 

¿Cómo crees que han recibido el disco tus seguidores? 

Iñigo Cabezafuego: Llevamos un par de meses de gira, está funcionando de la hostia y se están vendiendo muchísimos discos. Ha sido una sorpresa total porque está gustando mucho, gente que me conoce de atrás y siempre te han felicitado, de venir y decirte “Esto es algo muy serio, Iñigo” y yo también considero que es algo muy serio en cuanto al nivel que hemos cogido. Yo no soy de chulear de mis cosas pero con este disco lo estoy haciendo porque siento que es algo que se ha escapado de mi poder, aunque yo he hecho más bien poca cosa. Por eso puedo chulear, creo que es algo serio, que la gente lo está viendo y, de hecho, se nos están acabando las copias de los 1.000 vinilos que hicimos. 

¿A lo mejor es que hacía falta algo así, un músico que hiciera lo que le diera la gana huyendo de músicas encorsetadas? 

Iñigo Cabezafuego: Me preocupa un poco que este disco no se valore como se merece. Pero he hecho un mes de promoción brutal y estoy viendo unas respuestas, o tibias o directamente veo que no hay respuesta en medios especializados; eso me está tocando un poco los huevos, aunque se me pasa enseguida. Lo que quiero decir es que la respuesta entre la gente está siendo la hostia y se está vendiendo mucho más de lo que esperaba, y que luego no digan en no sé qué revista que mola…pues mira, ¡me la suda! En gente de medios musicales con los que tengo confianza y que me han seguido, que lo primero que me digan a los 20 ó 30 días de mandarles el disco sea “Buah, muy loco ¿no Iñigo?”… ¿Sólo has entrado en eso? pues me parece una respuesta muy tibia para decirme que lo han escuchado media vez… A mí no me parece un disco “muy loco” y, si oyes cualquier disco de los supuestos grupos “clásicos”, lo mío parece de patio de colegio…Estoy viendo que los que lo escuchan más veces, al final, sacan más conclusiones. Tampoco estoy inventando nada ni estoy haciendo nada que no hicieran antes gente como Beck o los Beastie Boys, que es coger una amalgama de cosas e intentar darle una cohesión. No sé si son mis mejores canciones, pero sí que son las que mejor vestidas están, hasta ahora iban con trapos y ahora ya van con pantalones guapos que les quedan de puta madre… ¡uf! mucha metáfora te estoy diciendo ¿no? no me mola porque parezco un poeta asqueroso con tanta metáfora… ¡Bueno, da igual! 

¿Y cómo se presentan los próximos bolos? 

Iñigo Cabezafuego: Ahora tenemos unas cuantas presentaciones antes de verano, después me voy al “yankee” a tocar y luego cositas que van saliendo porque ya estamos cerrando también cosas en otoño.

¿Con ganas de tocar en EE.UU.? 

Iñigo Cabezafuego: Pues no te creas (risas). Yo pienso que en las giras lo único que haces es meterte en una furgoneta, hacer el gilipollas, probar sonido y demás…lo que mola cuando vas a un sitio extranjero es ir de vacaciones pero bueno… ¡esa es la excusa! 

¿Y cómo llevas el tema de tocar en festivales? ¿Te gusta? 

Iñigo Cabezafuego: Cuando estás al nivel que estamos ahora, los festis no me molan nada; cuando estaba en Atom Rhumba molaba porque te trataban con cierto respeto, pero cuando eres un “mindundi”, como yo ahora, te tratan como a una puta mierda y no me gusta. Me refiero a festis un poco grandes, porque los festivales pequeños que se hacen con mimo sí que me molan. Pero ya paso de ir a un festi sólo para salir en el cartel y tocar a las 5 de la tarde ante nadie, yo prefiero tocar ante cinco personas en una sala y, de hecho, mis mejores conciertos los he dado ante 5-10 personas, pero no en un lugar de advenedizos y de despedidas de solteros de ingleses… 

Hablando de Atom Rhumba, ¿por qué, al final, decidiste no unirte a este reencuentro de la banda? 

Iñigo Cabezafuego:¡Porque no tengo tiempo, tío! Yo a Rober! le quiero con locura y me costó muchísimo decir que no, pero ya está hecho y ahora soy el miembro satélite que, cuando puedo, voy a tocar teclado y percusiones.