Platz: "Calprotectina"


Por: Àlex Guimerà.

Aunque muchos se empeñen en convencernos de lo contrario, el rock está más vivo que nunca. Aún hay chavales que se dan cuenta que no hay nada más poderoso y "cool" que empuñar una guitarra y poderse expresar al son de las descargas eléctricas y de los golpes de batería. Es entonces donde el talento emerge y van surgiendo grupos de rock a tener en cuenta como Fountains DC, Rolling Blackouts Coastal Fever o Greta Van Fleet, por poner unos pocos ejemplos. Unas bandas que recuperan sonidos del rock del pasado a la vez que innovan y realizan nuevas aportaciones de cara al futuro a este bendito género artístico que es el rock.

En nuestro país, afortunadamente, también sucede lo mismo, como es el reciente caso de Platz, una formación nacida en Valencia en 2020 que con su segundo álbum nos confirman las buenas sensaciones que tuvimos con su estreno discográfico del año pasado "Prochaska y Diclemente". Da gusto ver cómo sus miembros, que apenas alcanzan la veintena -Massad Kassab (voz y guitarra), Lucas Calpe (guitarra), Izan Navarro (bajo) y Daniel Biot (batería) - son capaces de tocar con una habilidad y  energía que sólo su edad permite. Tras la buena recepción de su álbum de debut en su tierra, se fueron a Lleida para componer y grabar este "Calprotectina", en el cual contaron con la producción del músico y artista gráfico Uve Martinez. El título y la portada (el arte es a cargo del padre del cantante, Assad Kassab) hace referencia a una enfermedad intestinal crónica que sufre el propio Massad y a través de la cual han buscado expresar los problemas de la adolescencia como pueden ser la ansiedad o el odio irracional.

Ya en aquel interior disco encontramos muchos ingredientes del indie americano de los noventa: guitarras distorsionadas (Sonic Youth), fornidos punteos de bajo (Pixies), solos imposibles (Dinosaur Jr.), riffs cargados de mala leche (Pearl Jam), cambios de tono alto-bajo (Nirvana),... y un sinfín de detalles sonoros más para perderse. Hablamos especialmente del grunge como influencia en "Estás tan raro"; del hardcore de "Juanma" (¿Husker Dü?), de los paisajes sonoros de "(X)", de los ritmos irresistibles de "Mañana mejor que hoy", y de "No", con sus guitarrazos imprevisibles e irreverentes gritos que les emparentan con los mismísimos PavementY qué decir de la beligerante "Odio por odio", que resulta estremecedora, y parece surgida directamente de las entrañas con esos fraseos tan Rage Against The Machine. Unos fraseos que vuelven a clavar en la inquietante "En pausa", cuyo final es para enmarcar. Memorables son "Déjalo pasar" y "Polvo" con sus tonos épicos que recuperan lo mejor del rock alternativo de los noventa.

Lejos del hedonismo de la música popular que consumen mayoritariamente los jóvenes hoy en día, nos llega este "Calprotectina" con su cargamento de dramatismo, dolor y angustia juvenil, recordándonos que el rock siempre ha sido territorio de los jóvenes y el mejor modo para transmitir los sentimientos más profundos. Larga vida a Platz.