Marc Jonson & Ramírez Exposure: “Turning On The Century Vol. I”


Por: Skar P.D.

No hace tanto tiempo que el músico valenciano Víctor Ramírez, o sea, Ramírez Exposure, contactó con un veterano músico estadounidense, Marc Jonson, que es de esos a los que el paso del tiempo ha convertido en supervivientes gracias a cierto aura creado a partir de algún que otro disco ("Years", "12 In A Room"..) que, por aquellos misterios de la vida, no alcanzaron casi ninguna repercusión pero a los que su calidad los ha convertido en posesiones valiosas para aquellos que residen cada vez más en este ejercicio de supervivencia en que parece haberse transformado el gusto por las canciones que rezuman sensibilidad y que se apoyan en las guitarras cristalinas, o menos, que envuelven las melodías y armonías que se ubican en el espectro que abarca desde el sunshine pop, el jangle pop, o incluso al más energético power pop.

La colaboración entre Marc Jonson y Víctor Ramírez se inició hace ya algunos años desde que el valenciano contactó con el neoyorquino a través del Facebook; continuó con la revisión y grabación por este último de "Suddenly Sunshine"; la producción de "Young Is The New Old", segunda referencia de Ramírez Exposure, por parte de Jonson y hasta alguna que otra gira conjunta por estos lares. Sinergias intergeneracionales, sin duda, resultantes del poder casi mágico del pop. 

Con estos antecedentes la posibilidad de que grabaran un disco conjuntamente, como autores y músicos, era solo cuestión de tiempo y solo necesitaba que se diera la circunstancia adecuada, que se produjo a raíz de la publicación del tercer disco de Ramírez Exposure: "La posibilidad surgió tras mandarle una copia de mi "Exit Times" a Marc. Le gustó mucho y me dijo que teníamos que volver a hacer algo juntos. Empezamos a hablar de las circunstancias artísticas de cada uno y consideramos que un buen paso era unir fuerzas y hacer un disco conjunto. A medida que íbamos acumulando canciones, nos dimos cuenta de que no era mala idea hacer dos volúmenes." 

Lo que significa que este "Turning On The Century Vol. 1", publicado a mediados de octubre a través del sello español Hurra! Música, va a tener continuación, algo que tampoco suena a sorpresa dada las características del proyecto en el que se han embarcado estos dos orfebres del pop. En este primer volumen la composición corre a partes iguales, es decir, de las diez canciones que lo ocupan cinco se han ideado a un lado del Atlántico y cinco al otro, y previsiblemente el vol. 2 responderá a las mismas características. ¿No habíamos quedado en que es un proyecto conjunto? En la promoción de este disco se hace referencia a una cita de Paul McCartney acerca de las ventajas de no trabajar solo en el estudio. "Más que componer a medias (cada uno tiene su propio método), lo que más hacíamos era producir la canción del otro y viceversa.", explica el propio Víctor Ramírez.

La canción que abre el disco, "Tape Recorder", ha sido, a su vez, el primer sencillo de adelanto y en ella Marc Jonson habla de uno de sus ídolos, aquel tipo de los Belmont, llamado Dion, de exitosa carrera en solitario al inicio de los sesenta y además superviviente del día en que murió la música que diría Don Maclean. Todo un homenaje no ya en la parte lírica sino que, además, por momentos, la música y los coros tienen un aroma entre el doo-woop y el sonido Spector más jovial. Y esto de los coros y las armonías es una constante a lo largo del disco, como en la luminosa "The Real Sound Of The World", en la que la voz de Víctor Ramírez se muestra más madura que nunca o en la psicodélica y rendidamente "sunshine" "Tilting At Windmills" y su sutil oda a la autoestima. Que las composiciones de Jonson sean más terrenales desde el punto de vista de la experiencia vital, algo obvio por otra parte, no invalida en que en "Zing Zong" se deje influir, a la hora de desarrollarla, por la parte más idealista de esta colaboración, esa que nace a orillas del Mediterráneo

El tercer adelanto de este disco se llama "Sour Lemonade Sour" y es todo un ejercicio de maestría tanto en la composición como en el desarrollo instrumental, toda una joya de canción, en las que las armonías alcanzan cotas de muy alto nivel (“levanta los ojos, tienes que intentarlo") y esa guitarra que entra mediada la canción que es de esas que ensanchan el alma. Pletórica sería una buen definición para una canción tan intensa que contrasta con "The Magic Creek", mucho más etérea y espacial, algo así como la banda sonora de un cuento de hadas con el espíritu de Brian Wilson, mediante, revoloteando por detrás y por "Rain, Rain, Rain", que se mece melódicamente suave, apoyada en un colchón de teclados que la dotan de una profundidad evidente. Mas pop, en el sentido tradicional, suena "Appears", o más Beatle por situarla mejor, incluso delicada si se quiere, y para muestra esas armonías finales repitiendo, en fade out, el título de la canción con la aportación de Paula Costas, que junto a Claudia Torán son, además, las responsables de toda la cuestión gráfica que acompaña la edición del disco. La saltarina "I Don't Know World" es la última aportación a este primer volumen de Marc Jonson y parece un cursillo acelerado de adaptación al pop de cualquier otro estilo, gotas de reggae incluidos, convirtiéndose en el preámbulo para que en la livianamente percusiva "The Anchorite", Víctor Ramírez se autodefina bajo el prisma ensoñador y psicodélico que adornan sus composiciones.

Este "Turning On The Century Volume 1" es un ejercicio de sinergias que fluctúan por caminos ya explorados si se quiere, pero que, por muy transitados que estén, albergan la suficiente amplitud como para que la decoración que los rodea los proyecte con esa perspectiva cautivadora, y por ende optimista, que las canciones pop bien construidas son capaces de ofrecer. Solo se necesita un artesano de la melodía con el suficiente talento como para lograrlo, y en este disco hay dos. O tres, porque el hiperactivo Ken Stringfellow también deja huella de su trabajo en la masterización, tocando el bajo y participando en esos coros y armonías que se convierten en protagonistas a lo largo de todas las pistas.

Un disco casi inmaculado, en el que la excelencia y la belleza comparten espacio a partes iguales y pergeñado por dos hacedores de canciones a los que la distancia no les ha impedido desarrollarlo de forma conjunta, a la vez que consiguen mantener patente la idiosincrasia particular de cada uno. Al fin y al cabo el pop de raíces emocionales, de mariposas y de ensoñaciones es una música analógica, es decir, de las de piel con piel. Hoy en día el concepto de piel con piel no tiene por qué ser literal.

"Era casi como enviarnos energía telepática a través del océano" (Víctor Ramírez).