A Jigsaw, raíces norteamericanas desde el país del fado


Ya sea por desconocimiento, cierto “ombliguismo” cultural o por simple vagancia, muchas veces tendemos a desechar, y por lo tanto desconocer,  lo más cercano. Ejemplo claro es la habitualmente marginada escena musical portuguesa. Si ya hace unos años nos presentó a una banda tan extraordinaria como los garageros The Act-Ups, ahora parece ser el turno de A Jigsaw.  

Durante toda esta semana, y hasta el día 21 que finalizarán en Madrid, el grupo está tocando, en formato acústico, en los diferentes centros FNAC ubicados en varias ciudades españolas. Una gira que será completada  en  marzo con  la  
presentación del disco “Drunken sailors & happy 
pirates”. 

El grupo luso, que toma el nombre de una canción de dEUS, practica un sonido sorprendente, quizás más al conocer su procedencia, en el que la música de raíces norteamericanas se presenta de una manera fuertemente instrumentada y con tendencia a las ambientaciones oscuras. 

Su últimos disco, se centra precisamente todavía más en esa parte dramática, imponiendo su presencia en detrimento de los ritmos más folk o country que aparecían en “Letters from the boatman” y en “Like the wolf”. Así sus composiciones acaban por sonar  como si Leonard Cohen liderara a Lambchop o Tindersticks. Cosa que es  posible gracias entre otras cosas al  tono de voz, grave y profundo,  de su cantante principal Joao Rui. 

La presencia del piano, y de los teclados en general, es prácticamente hegemónica a lo largo del álbum. Un elemento que colabora en construir una ambientación  por momentos siniestra como sucede en “The strangest friend” o “Crow covered tree”, en las que se puede apreciar la influencia de una de las voces “sombrías” más característica  como es la de Nick Cave 

En “Lovely vessel” colabora la cantante Tracy Vandal, que se convierte en un contrapunto muy interesante a la interpretación masculina, en un tema en el que predomina el violín y se mueve a ritmo de vals, cosa que todavía se hará más evidente en “The last waltz”, que hace honor a su nombre dando forma a una melodía romántica y decadente a partes iguales. 

La música negra, en forma de un jazz de lo más meditabundo, toma forma en la misteriosa “I’ve been away for so long”, que sería un acompañamiento ideal a un film o novela negra. Folk irlandés con tintes tribales es lo que se esconderá tras “Rooftop Joe”. 

“Drunken sailors & happy pirates” es uno de esos discos que tienen como intención prioritaria transmitir una serie de sentimientos contundentes, y viendo el resultado es obvio que consigue ese objetivo. Los portugueses utilizan para ello la música de raíces norteamericanas pasándolas, eso sí,  por un tamiz oscuro y personal. 

Por: Kepa Arbizu.