Modelo de Respuesta Polar: "Así pasen cinco años"

Modelo de Respuesta Polar nos presenta su primer álbum “Así pasen cinco años” (Limbo Starr), disco muy esperado tras las buenas sensaciones que dejó su primer EP homónimo (2010). Tenemos ante nosotros un disco debut que nos trae siete canciones que nacen de un pop íntimo, con vocación post-rock y una enorme carga de intensidad.

Tenemos así siete temas, que naciendo de la introspección personal, crean verdaderos manuales de autoayuda que fácilmente pueden ser tomados por todos aquellos que se acerquen a los mismos y los contextualicen con sus problemas personales.

Cabe así mismo destacar con respecto a su EP, que los chicos de Modelo de Respuesta Polar han optado ahora por potenciar más aún las capas de guitarras atmosféricas, los sintetizadores envolventes, una línea de bajo acompasada, percusiones pesadas y cadenciosas y una voz melancólica que unas veces canta y otras parece recitar.

La voz de Borja Mompó ha ganado cuerpo y gravedad, convirtiéndose en una vía trasmisora de sensaciones que penetra por debajo de tu piel y te invade totalmente, llevándote a ansiar que por un momento libere sus cuerdas vocales, pues cuando lo hace (“Estados de un salto”, “Estimado V”), se percibe un enorme potencial, que sin embargo acaba jugando con un choque de contrastes y necesidades, que el propio tema va marcando.

Quizás una de las mejores características de “Así pasen cinco años”, es que sus crípticas canciones parecen no mostrar pretensión alguna durante su primera escucha  (como sí tratan de lograr por otra parte temas de  pop-rock adolescente o de influencia anglosajona), pues es este el factor que acaba por atraparte, volviendo a escuchar los temas una y otra vez, captando así nuevos matices, como segundas guitarras, sintes, coros… y en especial las letras. Destacan así “Estados de un salto” y “La guerra y las faltas”, canciones que acaban resumiendo gran parte del bagaje pop-rock de la música nacional de los últimos años, pues se perciben influencias que van desde Piratas a Love of Lesbian, pasando por  Los PlanetasLa Habitación Roja. Símiles que pueden parecer más o menos frozadosy abstractos cuando escuchamos su disco por primera vez, pero que con posteriores escuchas, termina demostrando que este grupo ha escuchado y bebido mucha música nacional, configurando finalmente un sonido propio. 

De hecho, la instrumentación de las canciones aporta una calidad y riqueza sobresaliente, que unas veces apuesta por la percusión con varillas y arpegios con rever como en “El imposible”, otras por afiladas guitarras acopladas, acompañadas de una percusión propia de una marcha marcial como en “La jaula del loro” o incluso ofreciendo una instrumentación cercana al universo de Band of Horses o Mogwai, que aunque se hace más evidente en “Grazno”, acaba inundando todo el álbum.

Tenemos ante nosotros la joven madurez de un grupo, que marcado por la experiencia de sus integrantes, apuesta por un pop-rock melancólico, inteligente y emotivo, que refleja tanto la manera de concebir la música de este prometedor grupo valenciano, como el estado de ánimo de una juventud ya entrada en años que acoge como propio este mensaje de crítica y autocrítica reposada, ira reprimida y deseo de cambio, que se acaba virtiendo en casi todas sus canciones.

El único pero del disco es su brevedad, pues sus siete canciones se convierten en una cara sombriamente atractiva de la música indie nacional, que nos acaba citando a ver sus directos y seguir su prometedora trayectoria.

He aprendido poco porque estáis tensos, muertos / Eso es lo que veo de vosotros / Eso es lo que veo de vosotros / Eso es lo que veo de vosotros”

Por Rubén López
ruben@elgiradiscos.com