A pesar de la juventud de estos madrileños ya llevan unos años en activo y ahora ha llegado el momento de presentar algunas de sus canciones compiladas. Su propuesta es sucia y ruidosa, y se alimenta de mezclar principalmente el garage más rasposo con el punk ochentero. Una combinación explosiva que si además la aderezas con unas irremediables ganas de chillar contra lo que observan a su alrededor, tenemos completada una ecuación realmente arrebatadora.
Pero hay que hacer una matización, o puntualización, y es que a pesar de que no hay ninguna duda de que su propuesta musical apuesta por la rabia, la crudeza y la contundencia, también lo es que para darle forma a este disco, han optado por el prestigioso productor Juan de Dios Martín, habitual de otro tipo de sonidos menos incisivos, como demuestra su trabajo con gente como Xoel López, Amaral o Iván Ferreiro entre otros. Una mezcla a la que, visto el resultado final, no se le pude poner ninguna pega.
Si ya el famoso poema de Dámaso Alonso describía a Madrid como “una ciudad de más de un millón de cadáveres”, el tema inaugural de esta álbum (“Madrid Es un Cementerio”) se mueve por unos derroteros parecidos, haciendo una descripción de la capital nada halagüeña. Para darle más empaque a esa idea qué mejor que utilizar un híbrido entre Black Lips y el punk de bandas como Parálisis Permanente, PVP o Espasmódicos. Precisamente habrá un repunte de estas influencias en “Me lo Encontré Así” o “Policía de L.A.”, donde, como será habitual a lo largo del EP y es una de sus bazas con más fuerza, la guitarra suena trepidante y hace de directora principal de la melodía.
Si en “Holograma”, poseedora de un curioso estribillo en el que mezcla contundencia con coros “pop”, va tomando más presencia un ambiente psicodélico, aunque siempre con la frenética energía que desprende la banda, “Okinawa Olvídate de Mí” confirmará esa opción, dando vida a un tema con cambios de ritmo en el que lo envolvente dejará espacio a los arranques enloquecidos, tutelados por esa forma gritona y malencarada, pero a la vez magnífica, de cantar de Luis Basilio y repleto de esa dura lírica que gastan ( “dame tu amor y yo lo convertiré en una ola infinita de sangre”).
“Me lo Encontré Así” es un disco de rock and roll, en este caso a ritmo de garage punk, frenético y atrevido. Sus letras, su música y su actitud así lo demuestran. Todavía hay jóvenes a quienes lo que les pide el cuerpo es enchufar sus guitarras y gritar, eso sí, haciendo buena música. Por eso sólo nos queda felicitarnos de que sea así y celebrarlo poniendo el volumen muy alto para escuchar a estos madrileños.
Kepa Arbizu
