Santi Campos & Herederos: Efervescencia musical

Barts Club, Barcelona. Viernes, 21 de junio del 2019 

Por Àlex Guimerà 
Fotografía: Iván Martínez Segovia 

Que nadie lo dude, "La Alegría" es una de las mejores noticias musicales de nuestro país en este 2019. Si "Cojones" (2016) dejó huella en el panorama rockero español, el nuevo disco doble (o mejor dicho, los nuevos dos discos) de Santi Campos nos ha dejado a muchos atónitos. Un disco con el que su autor se vacía y saca lo mejor de sí a base de unas ingeniosas y personales letras y una musicalidad en la que los teclados toman protagonismo y donde sus Herederos demuestran que son un lujo de formación de acompañamiento.

Por ello, el reto de la defensa en directo del trabajo se antojaba mayor. Y el primer paso ha venido de la mano de una una mini-gira de presentación de "La Alegría Vol. 1" y "La Alegría Vol. 2" que arrancó en Madrid (Café Berlín) el jueves 20, paraba en su Barcelona (Barts Club) el viernes 21 antes de visitar Zaragoza (La Lata de Bombillas ) el sábado 22. 

Con la previa de Joel García, antiguo Joel Traveller y guitarrista de los Herederos, quien solo con su instrumento y voz creó un fabuloso clima musical en el que desgranó canciones de su inminente disco "El Reino animal" a base de cierto tono bluesy, guitarras cristalinas, tonos que recordaban al Jeff Buckley más íntimo, fraseos de cuerdas Tex Mex, susurros y romanticismo, momentos épicos... Todo ello para acabar con un tema de su alter ego Traveller traducida por Santi Campos que en palabras del protagonista "cerraban el círculo". Formidable  entremés de lo que se nos avecinaba. 

Con el quinteto ya a escena y con su líder al piano, "Cartas" daba el ceremonioso arranque al festín sonoro con un Santi haciendo callar los murmullos del respetable. Un sosiego que rompió con la dura "Ruido de fondo" dedicada a la suciedad del clero con toda la banda tocando a lo bestia. Eran los apasionantes comienzos de un concierto que fue secuenciado prácticamente como en los dos álbumes y sus 4 capítulos (cual ópera pero sin parón), clavando en directo la complejidad instrumental de las grabaciones, recreando sus ambientes y envolviendo la sala de esas emociones a veces crudas, pero también incómodas, celebrativas, reflexivas, amorosas o inconformistas del disco/s. Mérito en todo ello que recae en la gran capacidad interpretativa del cantautor, pero también en el de la ayuda de esa potente banda conocida como Herederos que son los Javier Extremera (guitarra), Joel García (guitarra), Juan Carlos Luque (bajo) y David Martínez (batería). 

Todos ellos nos regalaron grandes desarrollos rockeros, pasajes blues, difíciles fraseos de guitarra y otras maravillas que emergieron entre medio de bromas y complicidades con un público del que Santi dijo que conocía a cada uno de sus miembros y al que quiso presentar a su sobrino Elmo (partícipe en los coros de algunos temas), agradecer a la sala, al técnico de sonido y a la promotora Curtcircuit, y sobre todo a los mecenas que hicieron posible el disco. De este modo es como fueron surgiendo las nuevas gemas del ex "Amigos Imaginarios" como las preciosas aunque incómodas "Los Torpes" y "Tatuajes" (Capítulo 1, Una educación católica), "Barcelona", o la mejor recreación en tiempo de lo que se ha convertido Barna, "Sismo", inspirada en su paso por Méjico (Capítulo 2, el viaje), el baladón "Vino y Diazepán", la pegadiza "Dos mujeres" con su formidable letra, la ternura de "Casa de arena y niebla" (Capítulo 3, Polizones, sobre el amor) o la inquietante "Espejos" (Capítulo 4, Casi un milagro).

Un viaje que se rubricó con "La Alegría", una canción que es toda una conclusión o declaración de intenciones, pues como nos dice el propio Santi, tras las experiencias buenas y malas lo que queda en la vida es la celebración, la bondad y el optimismo. La traca final del show la pusieron dos de sus mejores temas del pasado como son " Arder" y "Flora y fauno", interpretadas a todo trapo con Campos cantando y bailando visceralmente entre el público cual telepredicador o el mismo Nick Cave. Sensacional.