Entrevista: Christina Rosenvinge


“Me gustaría que este disco lo disfrute todo el mundo, son textos que hablan del amor y el deseo, del aquí y ahora, algo que realmente no tiene sexo” 

Por: Javier González

Christina Rosenvinge es una guerrera, algo que lleva demostrando toda una vida; luchando contra los estereotipos, abriéndose camino casi a codazos y regando su discografía con trabajos siempre notables, donde la brillantez y el riesgo son más que patentes, siendo utilizados como una suerte de luces que le han servido como guía para llegar a destinos cálidos e interesantes. 

Vuelve a la carga con “Los Versos sáficos”, una obra donde responsabilidad, experimentación y juego se funden a las mil maravillas para musicar los versos de la poetisa Safo, una de las más respetadas escritoras de la Grecia arcaica, a la que rinde un sentido homenaje que transportará al oyente por sonoridades que van del rock a la electrónica, con un pie en el intimismo y paradas obligatorias en el folclore del Mediterráneo, a través de unos textos repletos de belleza, humanidad y sentimiento. 

Christina, como el buen vino, ha mejorado con los años, entregando proyectos redondos, ambiciosos y arriesgados, pues a priori muchas de sus últimas obras se encontraban fuera de su zona de confort. Descolgamos el teléfono, la encontramos tranquila, sabedora que está en un momento dulce, donde todo lo que toca suena, más que nunca, a pura poesía. 

Creo que es obligado mirar atrás, a la génesis de este nuevo disco, que se encuentra en el poema visual, musical y escénico “Safo”, en el que junto a Marta Pazos y María Folguera, os centrabais en los textos y figura de la gran poetisa de Lesbos. ¿Cómo arrancó todo? 

Christina: Arrancó con una llamada de una productora teatral, “Focus”, que me encargó un proyecto sobre Safo para el festival de Mérida. A partir de ahí, empecé a trabajar en paralelo sobre adaptar los poemas de Safo en forma de canción; fue lo que les ofrecí, para mí lo natural era devolver la música a sus poemas. Luego propuse a Marta Pazos y María Folguera para realizar el proyecto ya que era teatral, así que toda la música que compuse, siete temas con letra y otros siete instrumentales, estaban al servicio de la dramaturgia. Al acabar la gira, tenía el empeño de grabar los temas y darlos otra nueva vida, piensa que muchos nos los interpretaba personalmente, ya que lo hacían las musas, así que hice arreglos nuevos. De hecho, casi todos están muy cambiados y hay dos temas nuevos, inéditos, con los que grabé este disco al completo. 

Te has lanzado a la aventura de musicar unos textos que nacieron para ser música en la Grecia arcaica, referencia para poetas y filósofos posteriores del período clásico, un mundo dominado por la guerra y por los hombres, donde ella retumbó con fuerza. ¿Cuál es el grado de responsabilidad que se siente al afrontar y desarrollar una tarea digna de titánas?
 
Christina: La historia de Safo es bellísima, como tantas otras mujeres artistas, porque hubo otras poetas en la antigüedad, pero su nombre sonó mucho más fuerte durante más siglos que ningún otro. Además, fue influencia en la creación de un nuevo canon. Otra cosa excepcional es que muchos de sus cantos eran un canto al amor entre mujeres. Todo esto ocurrió porque la calidad de su poesía era tan alta, su destreza a la hora de utilizar la palabra tan sublime, que era algo innegable. Dejó una estela de artistas que fueron influenciados y que la veneraban, entre ellos estaba el propio Ovidio, que sin embargo le inventó una leyenda negra en uno de sus textos en las “Heroidas”, donde la convierte en personaje literario que se suicida desde una roca por amor a un hombre. 

Desde fuera parece que has debido tener una gran responsabilidad al trabajar unos versos tan antiguos y casi únicos. ¿Cómo fue el día de hacer llegar los textos a Aurora Luque -gran estudiosa y conocedora de la obra de Safo- y la espera hasta conocer su veredicto? 

Christina: Sí, efectivamente, lo que estaba haciendo para empezar era irreverente y arriesgado. Coger las traducciones de textos de Safo, que no los originales, y actualizarlos, aunque en ese sentido he necesitado poca ayuda porque es poesía sencilla y precisa. Solamente hay un poema completo y cuatro casi completos, el resto son fragmentos. He hecho un trabajo a base de retazos, casi en forma de collage. “El Himno de Afrodita” es una adaptación muy fiel al original, escrito en estrofa sáfica, pero el resto están hechas con total libertad y bajo mi criterio. No quise contactar con Aurora Luque hasta no tener terminado el trabajo, no quería que me condicionara demasiado. El encuentro fue una gran alegría para ambas. En su caso, que ante todo es sáfica, siempre quiere que todo el mundo lea y conozca a Safo, fue un paso más para devolver su figura a la cultura popular que es donde pertenece.

Musicalmente hablando es un álbum tremendamente rico, la fragilidad de algunos cortes contrasta con la crudeza de otros, ciertas melodías que retrotraen al folclore y al Mediterráneo, conviviendo con experimentación, ambientaciones y hasta techno. Me interesa mucho conocer los motivos de tal collage sonoro y la forma en qué has buscado las distintas sonoridades. 

Christina: Me he divertido, lo he pasado bien y me he dedicado a hacer experimentos. A la hora de componer no podía hacer algo monocorde y monótono. Tuve muchas dudas si llevar todo al mundo electrónico, al rock o quizás a algo más tradicional. Cada texto me pedía algo distinto. Por otro lado, lo sáfico ha ido cambiando de significado, existe una comunidad sáfica a través de la historia, mujeres artistas, apoyándose entre ellas. Todo se traduce en un activismo de bandera lésbica. Tuve mucha responsabilidad en ese sentido. Hice cosas muy deliberadamente, por ejemplo, para mí debía haber un tema techno, era importante que si estaba hablando de lo lésbico hacer algo bailable y festivo que se pudiera bailar. No es mi palo natural, pero que me divierte mucho hacerlo. Hice una canción de dormitorio, “Ligera como el Aire”, me parecía importante tener un tema muy sexy e intimista. Sin embargo, “Canción de Boda” me pedía lo tradicional y mediterráneo, una canción de corrillo que todo el mundo puede cantar. 

¿En “Pajarita” haces un guiño a Aterciopelados y su “Bolero Falaz? ¿A qué se debe?

Christina: Ahí está, claro. Son cosas que pasan mientras una compone. En medio de todo el proceso del disco fui al festival “Rock al Parque”, al estar en Bogotá, salió naturalmente. No es una letra directamente inspirada en Safo, quizás es la más original mía. En realidad, la canción habla de cuando te falta la musa. La pajarita es la musa. 

“Ligera como el aire” y “Contra la Épica”, ¿pueden ser interpretadas como las dos caras de la moneda, emparentadas por ser ambas una charla entre maestra y alumna? 

Christina: El estribillo de “Ligera como el aire” es totalmente mío, lo aporté, aunque muchas expresiones son de Safo. El tono de diálogo amoroso sí está presente en Safo. Y “Contra la Épica” es muy mía también, no sale de ningún poema, pero sí que tiene su mundo e intención. Lo que he hecho es mencionar “estrofa sáfica” en el estribillo y escribirla en dicha estrofa, que son tres endecasílabos y un pentasílabo con acento en ciertas sílabas pares y acabada en palabra llana. Me lo he pasado muy bien con esto que apreciarán los filólogos. Quería hacer una metacanción, una canción que dice estrofa sáfica y está escrita de esa forma.

“Me apetece la permeabilidad, reinventarme con ideas de otras personas y ponerme en otras pieles” 

El trabajo gráfico y todo lo que rodea a “Los versos sáficos” es una auténtica delicia. ¿Teníais claro el concepto antes de desarrollarlo?

Christina: No que va. En la parte gráfica dejo que intervengan mucho los demás. Ha sido idea de Pablo Zamora, mi gran amigo y fotógrafo de cabecera. Me ha hecho muchas portadas y es la persona que mejor me conoce dentro de este mundo. A él se le ocurrió que lo hiciéramos con ropa de Carlota Barrera, a la que conozco desde hace poco tiempo. A ella también le apetecía hacerlo. Fue improvisado. Nos juntamos la noche anterior en el estudio de Carlota, llevé un par de trapos que tenía por casa y nos lo inventamos sobre la marcha, haciendo la sesión en la casa de campo de Pablo que está a medio terminar. No hubo producción ni maquillaje. Teníamos a dos genios, pero fue como un fin de semana entre amigos. No había nada pensado al milímetro. 

Sin pretender excluir a nadie de este maravilloso viaje. ¿Podemos hablar de que “Los versos sáficos” es un disco dedicado a una mujer, escrito e interpretado por mujeres y para un público eminentemente femenino? 

Christina: No, es para todo el mundo. Esa pregunta la has hecho para provocar (Risas). Además, es importante puntualizarlo y me encanta que estemos en este punto de la charla. Las cosas hechas por mujeres son para todo el mundo, igual que la música hecha por un grupo masculino, producida por un hombre y con fotografías de un hombre, son para hombres y mujeres. Lo que hacemos las mujeres es para todo el mundo, evidentemente. Me gustaría que este disco lo disfrute todo el mundo, son textos que hablan del amor y el deseo, del aquí y ahora, algo que realmente no tiene sexo. 

¿Crees que este proyecto tiene cosas en común con “Amadora” el discazo de Tulsa? 

Christina: Es impresionante, lo vi hace unas semanas. Creo que no tiene cosas en común, Miren se ha metido en un terreno muy femenino y doméstico, el de las madres entregadas. Ha hecho un discazo impresionante. Es un disco distinto. En Safo no se menciona la maternidad, aunque creo que ella tuvo una hija, aparece en un relato. No habla del amor con fines de procreación, habla del sexo porque sí, celebra el cuerpo y el deseo instantáneo. No habla de la perdurabilidad del amor. Es algo anterior a la era cristiana, por lo que resulta muy revolucionario. 

“Como buena nórdica llegaré al “Valhalla”, porque creo que he sido guerrera”

Viendo las actuales condiciones del directo. ¿Cuál sería el escenario ideal para presentar este proyecto en vivo? 

Christina: Todavía no hemos hecho el primer concierto, lo vamos a hacer en un teatro. En realidad, es un concierto que se podría hacer en un club con gente de pie, hay muchas canciones rock y arriba. Creo que en los teatros a la gente le va a quemar el asiento en los teatros. 

Eres una veterana de nuestra escena, pero confiesa. ¿Cómo sufre la poeta si no viene la musa? ¿Le entra la rabieta? 

Christina: (Risas) Ese final del tema en el que las musas se ríen de mí, es algo muy personal. Se sufre mucho cuando aparece la crisis creativa, pero por fortuna suele durar muy poco. 

Christina, tú que eres nuestra madrileña más nórdica, eres consciente que si sigues firmando discos como los últimos, acabarás llegando, si es que no has llegado ya con toda tu trayectoria al “Valhalla”. 

Christina: Ya, ya. Como buena nórdica llegaré al “Valhalla”, porque creo que he sido guerrera. Iré con los otros guerreros de la historia. 

Después de tantos años. ¿Qué te queda por hacer en tu carrera? 

Christina: Fíjate qué cosa más curiosa, estos últimos años, después de recibir el premio de la música, me he dedicado a hacer otras cosas. He escrito un libro, un ejercicio literario, una película, “Karen”, donde era actriz y además escribí la música; ahora he hecho la obra de teatro, donde he vuelto a hacer doblete. Y lo último que he preparado es la BSO instrumental para una película mexicana. Últimamente me apetecía salir de la estructura de hacer discos personales que hablan de la experiencia propia, uno tras otro. Me apetece la permeabilidad, reinventarme con ideas de otras personas y ponerme en otras pieles. Es lo que he estado haciendo y me enriquece muchísimo. 

Muchas gracias por este rato de charla y por extensión por toda tu obra. 

Christina: Muchísimas gracias a ti.