Dropkick: "The Scenic Route"

Por Àlex Guimerà 

Curioso como desde las heladas tierras escocesas hayan surgido tantas y tantas bandas pop de voces y guitarras folk de sonido americano. Bandas que han sonado como si hubieran surgido de la América más profunda. Tenemos en mente muchos nombres, desde los Travis a los Belle And Sebastian, y especialmente reivindicables otros como Cosmic Rought Riders, los más recientes Attic Lights y por encima de todos los seminales Teenage Fanclub, claros herederos del legado de los Byrds y padres del Power Pop. Precisamente bajo ese mismo cielo navegan nuestros protagonistas: Dropkick, una veterana banda "scotish", liderada por un genial Andrew Taylor, que acaba de publicar "The Scenic Route", el que hace su decimosexto álbum. Sí, dieciséis llevan ya...

De nuevo repiten autoría en su portada con el artista plástico Alan Lennon, aportando una imagen que luce melancólica como nunca y tras la cual descubrimos unos diez nuevos cortes deliciosos que serán del agrado de los paladares más exigentes. Canciones que fueron grabadas entre Mayo y Julio del año pasado en Edinburgo en directo y bajo una mínima producción con la finalidad de transmitir en los surcos del vinilo la espontaneidad y el disfrute de una veterana banda de amigos tocando juntos.

Y a buena fe que lo logran con un resultado que vuelve a dar en la diana gracias a los ingredientes marca de la casa, con esos que elaboran platos de pop poderoso como "Feeling Never Goes Away", que en sus menos de dos minutos de duración llegan nuevamente aliñados con unas guitarras fornidas y unas preciosas voces. Pero también nos encontramos con órganos letales enmarañados con guitarrazos ("Dissapearing" y "For Too Long") y mucha esencia de sus compadres Teenage FanClub ("I' m Over You Goodbye"). Aunque en "A Matter Of Time" nos vengan los primeros REM en mente y en "Home Early", y en la balada "Broken", los Jayhawks más dulces. Especial atención merecen "Catching On", con su estribillo perfecto y coros finales, las voces perfectas de "Tomorrow" y la sensibilidad minimalista de "You' ll Always Be There".

No sabemos lo que tiene la vieja Escocia, pero sus bandas de rock suelen sonar melancólicas, muy cercanas, y siempre con esa facilidad para las melodías pegadizas y sinceras. Hablamos de un cierto pop atemporal, como el de los Dropkick, que siempre logra atraparnos en una calidez que solo el refugio del frío es capaz de lograr.