Entrevista: Freedonia

“Somos gente que lo que quiere es vivir dignamente haciendo lo que le gusta” 

Por: Sergio Iglesias 

“Shenobi” es el sugerente título del nuevo disco de Freedonia. Un título que, inevitablemente, nos retrotrae a aquellas abarrotadas salas de máquinas recreativas de los años 80 en las que, con una moneda de 25 pesetas, y dependiendo de lo hábil que fueras, podías tirarte un buen rato entretenido emulando a un luchador ninja. Pues con este disco pasa algo parecido, ya que “Shenobi” son 68 minutos de puro entretenimiento en los que la combativa banda madrileña no da un segundo de tregua y, tomando como base el famoso juego, van tejiendo una historia sonora protagonizada por una valiente mujer, centrada en los típicos sonidos soul de Freedonia pero aderezados en esta ocasión con ritmos japoneses, africanos o, incluso, música de videojuegos. Pero para contarnos todo lo que es “Shenobi”, nada mejor que hablar con uno de los muchos miembros de la banda, en este caso, con Israel Checa, el encargado de la percusión.

Tercer disco de Freedonia, ¿qué diferencias ha habido entre “Shenobi” y vuestros anteriores trabajos? 

Israel Checa: Como ya sabes, nosotros aparte de un grupo somos una asociación y lo trabajamos todo, tanto lo musical como lo extramusical. En lo extramusical las cosas van muy bien porque ya llevamos diez años en los que hemos tenido que aprender un montón de cosas que no tienen que ver con la música, sino con la gestión; respecto a nuestro público,con este disco también hemos tenido la oportunidad de comprobar una vez más el crowdfunding y pensamos que la gente ha respondido muy bien. Y musicalmente, quizás, hemos salpimentado ese concepto de soul con otros ritmos como música japonesa de videojuegos, música de cine, literatura…al final somos tantos en la banda y componemos tantos que cada uno bebe de diferentes cosas. La gran diferencia es que, en esta ocasión, hemos querido hacer una historieta en un doble disco que se divide en cuatro rounds y hay un personaje que es una mujer fuerte que se llama Shenobi que, de algún modo, va conociendo todas esas pantallas del videojuego. 

Un guiño a los que pasamos los 80 metidos en los salones recreativos ¿no? 

Israel Checa:Sí, yo también fui uno de ellos y, desde pequeño, estaba enamorado de esa música y hacer un homenaje a todo eso ha sido muy chulo. Shinobi, realmente, es una palabra ninja pero nosotros lo cambiamos por “Shenobi” para darle ese significado de mujer en crecimiento. 

Me hablabas de la inclusión de nuevos ritmos como esos sonidos africanos que aparecen en temas como “Nekope”, ¿de dónde os viene ese rollo? 

Israel Checa: Al final Maika es de Guinea y, gracias a toda la música que lleva dentro, nos ha hecho volcarnos en el afrobeat y esa música africana que nos gusta tanto y darle ese punto de vista nuestro. Hay varios temas en los que aparecen esos toques, al igual que todos esos otros matices especiales que tiene el disco. 

“Shenobi” también tiene mucho de música de banda sonora, como se puede comprobar en la canción que da título al disco… 

Israel Checa: La verdad es que el juego de Shinobi tenía también unos rounds y cada uno de ellos tenía su propia música. Nosotros lo que hicimos fue una especie de variación del orden y generamos, como bien dices, una especie de música global o de “mejores momentos”, un poema sinfónico, por llamarlo de alguna manera porque es un tema bastante largo. 

Al ser un disco conceptual, en el sentido de que, como decías, cuenta una historia a lo largo de diferentes capítulos, ¿es complicado encajar las canciones dentro del setlist de los conciertos? 

Israel Checa: La verdad es que los temas están encajando muy bien; cuando hicimos el show de presentación en Joy Eslava, repartimos un poco el repertorio con canciones de los tres discos y nos gustó mucho como quedó. La verdad es que nuestro segundo disco, “Dignity and freedom” es un poco el padre de todo esto, es de donde veníamos y, como prácticamente no hemos parado de tocar entre composición, grabación y demás, ha salido todo como una especie de hilo que viene de atrás y los temas enganchan muy bien. De todas formas, el concierto lo vemos desde otro punto de vista, no como un disco que lo escuchas y es importante el orden, sino que en los directos lo principal son las personas que están ahí y que se lo quieren pasar bien en todos los sentidos… y nosotros con ellos. Esa energía es lo que buscamos y no que sea algo cerrado, en los bolos hay momentos para todo: para reflexionar, para bailar mucho, e incluso para sobrecogerse con alguna canción. 

En “Shenobi” nos encontramos con un proyecto muy ambicioso en el que habéis cuidado todos los detalles, no sólo en el aspecto musical, sino también en lo visual, como se puede comprobar en la presentación y en el diseño… 

Israel Checa: Sí, así es. Nosotros, al no tener una compañía detrás, siempre hemos intentado, dentro de nuestras posibilidades, sacar un trabajo de calidad, y esto ha sido posible gracias a los más de 750 mecenas que nos han apoyado y nos han dado la posibilidad de sacar adelante este proyecto que, de otra manera, no habría sido posible. Por eso, a la hora de decidir la encuadernación o el gramaje del vinilo, hemos decidido ir a por lo mejor. 

Lo que no cambiáis es la forma de grabar, siempre en analógico y en formato de vinilo… 

Israel Checa: Es que a nosotros la música nos gusta más como suena en vinilo. En este caso, además, al grabar en Estudio Uno, hemos tenido la posibilidad de tocar todos a la vez. Evidentemente, también ha habido cosas de postproducción, pero esa impronta de grabar de este modo se nota en que lo hace más directo y más real y, a la hora de pasarlo al vinilo es como que todo encaja, independientemente de que todos estamos muy contentos con el mastering para CD y para plataformas digitales. 

En cuanto a la temática de las letras siempre habéis sido un grupo combativo y, en este caso, parece que hacéis especial hincapié en el mensaje de la necesidad de ser valiente para poder cambiar las cosas… 

Israel Checa: Sí, es lo que te decía antes de “Dignity and freedom”, que básicamente de lo que habla es un poco de que debemos ser valientes y de que eso depende de nosotros mismos. Nosotros como banda llevamos ya diez años y, desde el principio, decidimos luchar por sostener el proyecto, que sea sostenible… no pretendemos llegar más allá. Pero sí es verdad que estamos pasando un momento ahora mismo en la sociedad en que parece que todo se ha vuelto loco y que el ser humano en general no vale nada, que el dinero ha tomado el poder absoluto y en todo lo que se cuestiona siempre hay dinero por medio como, por ejemplo, en el tema de los refugiados que estamos viviendo, que es algo terrible. Nosotros somos muy sensibles, hablamos mucho y, a la hora de hacer las letras, hemos querido pensar en todo lo que nos rodea. De hecho, si escuchas el disco y ves la portada, vas entendiendo cómo va entrando el personaje, cómo va conociendo cada cosa y de lo que habla cada canción; en definitiva se trata de ir contando historias que tienen que ver, básicamente, con el ser humano. 

¿Crees que, hoy en día, se ha perdido un poco ese aspecto contestatario en la música? 

Israel Checa: El problema es que las grandes compañías, o la industria en general, pasan una crisis de identidad y quizás está todo muy economizado y las bandas no tienen tanta libertad para hacer tantas cosas como antes. Por otra parte, también se ha abierto otro gran mercado gracias a la autoproducción, a las redes sociales, al crowdfunding y hay un montón de bandas que están haciendo cosas. No solamente los mainstream existen, hay mucha gente que está haciendo cosas alucinantes, no solamente en España, sino en todo el mundo. Ahora se trata de intentar mostrar tu producto con todo lo que hay, pero en este sentido estamos tranquilos porque vemos que la conexión con la gente hace que se vaya generando una gran familia, la gente después de venir a un concierto se lo cuenta a otros y ese boca a boca es la esencia para que esto funcione. 

Me hablabas antes de la presentación en Joy Eslava en dos fechas con todo vendido con meses de antelación. ¿Cómo vivisteis esa experiencia? 

Israel Checa: Pues la verdad es que llegamos agotados a la Joy porque habíamos estado sometidos al proceso de producción y no habíamos parado. Pero llegar a esos conciertos ha sido un subidón, como llegar al final de una etapa y poder presentar el resultado final del disco a la gente y, sobre todo, a toda la cantidad de mecenas que pudieron venir; además fue muy bonito todo el calor y el cariño que recibimos. Tampoco es tan importante el hecho de que se haya llenado los dos días, porque puede ser que se llene y la gente no salga satisfecha pero, en este caso, la verdad es que el feed back que hemos recibido ha sido muy bueno. 

¿Y ahora a seguir presentando el disco durante el verano? 

Israel Checa: Así es, cerrando conciertos sobre la marcha y la verdad es que están saliendo cositas y estamos muy contentos. Tenemos la suerte de poder ir por primera vez a Portugal, volver a Francia y ahora estamos pensando en cruzar el charco o volver a lugares como Lituania o Marruecos y seguir compartiendo esto que, al final, es lo que tiene el soul de Freedonia, que da igual de dónde sea la gente porque a todos les gusta, y esto creo que es un valor a cuidar. 

Hablando de tocar fuera de aquí, ¿se nota mucha diferencia de tocar en España a tocar en el extranjero? 

Israel Checa: Dependiendo del sitio, sí. En algunos países ves que se cuida mucho la cultura y el trato al músico es mucho mejor normalmente. Aquí tenemos una crisis de identidad cultural en general, de hecho sólo tenemos una entidad que gestione los derechos de autor como es la SGAE que es un monopolio. Al músico aquí no se le valora y quizá es un poco culpa de todo lo que hablábamos antes: de la industria, de lo que se ha convertido el mainstream, de las modas…es algo muy complicado para las bandas, porque no puedes pensar en sacar el típico pelotazo para que luego se olvide, hoy en día hay que trabajar mucho y, sobre todo, estar sobre los escenarios tocando y eso aquí en España es complicado. 


¿Y en esta situación, la mejor opción es tomar el camino de la autogestión, como habéis hecho vosotros? 

Israel Checa: Nosotros siempre decimos que no hemos estado en compañías discográficas porque tampoco nos ha llamado nadie, y supongo que será por lo que dice nuestro guitarrista Ángel Pastor de que incumplimos todas las reglas de la industria: ser nueve personas, grabar en analógico y, encima, cantar en inglés… Pero bueno, si hubiéramos estado esperando a una compañía nunca habríamos sacado el grupo adelante. Yo recuerdo al principio, antes de sacar el primer disco, que tocábamos por Madrid y cada vez venían menos amigos, y nos decían “a ver cuándo sacáis el disco”. Y, como estábamos pelados pero veíamos que la gente lo pedía, decidimos hacer el crowdfunding y así es como salió el primer disco y la respuesta fue muy buena. De eso ya hace unos seis años y, si no hubiera sido por eso, Freedonia se habría quedado en lo que era cuando empezó: un grupo de amigos que querían ir a tocar a la playa para pasar el verano y tomarse unas cañas. 

Supongo que, después de diez años y visto lo visto, si ahora os llamara una compañía sería difícil convenceros para trabajar con ellos…

Israel Checa: Claro, ahora es muy difícil. Nosotros estamos abiertos a todo y somos personas muy dialogantes, pero la verdad es que ahora todo lo hacemos nosotros y hemos conseguido hacer un proyecto que funciona y que, de momento, se sostiene que es lo difícil; ahora lo que tenemos que hacer es dar ese pasito más para poder seguir invirtiendo y haciendo cosas, eso te da la tranquilidad de que tú eres el que controla todo… para bien o para mal, pero ya con tanto “ensayo - error” durante estos años, las cosas ya salen cada vez más rectas y eso da mucha fe en el proyecto. Lo ideal sería que Freedonia se hiciera grande para poder contratar gente que nos ayudara y tener nuestro equipo de trabajo, pero ahora mismo nos tenemos que centrar, como te decía, en sostener esto. 

¿Cuesta tomar decisiones siendo tanta gente en la banda o trabajáis de forma asamblearia?

Israel Checa: Sobre todo, lo que intentamos es aplicar un el juego de “la mejor idea”, lo que importa es que el camino sea recto y, en ese sentido, aquí no hay egos y no se hace lo que uno quiera, sino lo que pensamos que es mejor y lo que nos parece que es más sensato; eso también se aprende con los años en los que hemos forjado nuestras relaciones para intentar que el proyecto salga adelante.

¿Y para cuadrar las agendas para los ensayos y los conciertos, tampoco tenéis problemas? 

Israel Checa: Desde hace tiempo tenemos un ensayo el martes y, depende del trabajo, ya vamos viendo días. Por otro lado, la sección de vientos hace su ensayo y luego buscamos otro día para ensayar todos juntos. La verdad es que nos organizamos bien y, en este momento, tampoco es necesario dedicarle demasiado tiempo a los ensayos porque ya lo hemos hecho y ahora mismo con tener un par de días a la semana es suficiente; hoy en día, además, estamos constantemente comunicados con las nuevas tecnologías, tanto por whatsapp como por correo electrónico, por si hay que hacer algo. 

Hablando de esto, por mucho que seáis una banda tradicional a la hora de trabajar el aspecto musical, como decías antes, siempre grabando en analógico y en formato vinilo… qué bien vienen estas nuevas tecnologías ¿eh?

Israel Checa: Por supuesto. Seguramente, si no fuera por las redes sociales, nosotros no hubiéramos llegado ni a la mitad de donde hemos llegado, eso está claro. Tu imagínate lo complicado que es que suene tu música en la radio o lo que hay que pagar para que pongan un video tuyo…ahora tenemos la suerte de que ya hay medios importantes que nos apoyan, pero los primeros que nos apoyaron fue Fernando Berlín en “La cafetera” de Radio Cable, o Javier de “Carne Cruda”…Si te das cuenta es porque estamos en el mismo negocio, ellos también han montado sus radios independientes con sus mecenas, y hacen las cosas de una manera libre. Gracias a eso y a todas las redes sociales tenemos la suerte de que podemos poner nuestra música. Hoy en día tenemos un escaparate en el que cualquiera puede mostrar lo que hace y creo que es el principio de lo que está por venir porque, aunque cambie la industria o el mercado, las personas necesitan arte para vivir, necesitan música y ahora hay mucha más gente que se enchufa a Youtube que gente que escucha música en los 40 principales. Por supuesto que hay de todo, pero no goza de la misma salud que hace 30 años y, si quieres enterarte de cosas nuevas, igual tienes que irte a otro tipo de prensa especializada o tienes que indagar, pero teniendo esta herramienta, encontrar lo que quieras ya es cuestión de lo perezoso que seas porque todo está ahí. 

¿El problema que estamos viviendo hoy en día es que, tal vez, cuesta demasiado promocionarse en los medios estatales? 

Israel Checa: Aquí no se cuida nada lo nuestro y sólo nos preocupa el fútbol y estar todo el día olé olé; y da rabia porque hay gente haciendo cosas de puta madre pero creo que, tarde o temprano, van a salir…mira por ejemplo el festival de Cultura Inquieta que empezó de una manera humilde y hoy en día es uno de los mejores festivales a los que puedes ir en España porque hay tanta variedad, lo hacen tan bien y está tan bien montado…De hecho, nosotros, la promoción la hemos hecho con ellos y nos hemos partido el pecho por salir en todos los medios posibles, sobre todo para agradecérselo a la gente que nos ha ayudado con el disco, pero también para demostrar que es posible otra forma de llevar este negocio y que aquí no estamos para ser estrellas del rock and roll ni para tener yates ni nada de eso…sino que somos gente que lo que quiere es vivir dignamente haciendo lo que le gusta.