Pero regresemos al quinteto liderado por el gigante cantante y letrista de origen polaco-alemán, Dominic Massó. Junto al batería de origen filipino Tino Lucena dieron forma los primeros pasos de la banda. Les unió su pasión por el skate. Y parece que les gusta el riesgo como demuestran en este actual disco que puede gustar mucho a fans de Foals, Two Door Cinema Club, Artic Monkeys o Bombay Bicycle Club. En 2011 ya fueron finalistas del Proyecto Demo de 2011 (era aún su primera maqueta). En 2013 ya llenaron Razzmatazz y dieron espléndidos conciertos en algunos renombrados festivales veraniegos.
Rafa Rigo (L.A., Sunflowers) se ha encargado de la grabación del disco. Un disco que comienza excepcionalmente con la genial The place que suena como unos Talking Heads del nuevo milenio pero con efluvios africanos a lo Vampire Weekend. En Rotten meat nos presentan unos buenos cambios de ritmo y pueden recordar algo a los mejores Simple Minds. The hills cuenta con un coqueto vídeo ya, al igual que The place, y en ella vuelven a sonar tribales, inquietos y chisposos, añadiendo muy buenos punteos con la guitarra eléctrica. Sí, para fans de Foals. Last call es un precioso y emocionante lento que recuerda bastante en su ritmo, y para bien, a los Joy Division. También con esos ochenteros teclados finales que son otro de sus puntos característicos. Hay bastantes temas más para destacar, pero citamos otro triste y dolorosamente lento tema como es Pain train, muy bien dirigido por guitarras acústicas.
Como habrás
comprobado por alguno de sus títulos también, te diremos que sus letras están más que conseguidas y vienen impresas, por cierto, en el currado libreto interior. Además en directo son un torbellino que ya han brillado de lo lindo junto a bandas como We Are Scientists, Niños Mutantes o Kaiser Chiefs. ¡Apunta su nombre que pueden ser una de las revelaciones de este 2014!
Txema Mañeru.
