Luis Brea y el miedo

Por: María Ballesteros 

El don de relatar con elocuencia los sentimientos está al alcance de unos pocos. Luis Brea es uno de esos artistas capaces de hacerlo. Lo ha demostrado, de nuevo, en su segundo disco Luis Brea y el miedo

Narrar con maestría el costumbrismo es una liga en la que sólo juegan quienes observan con atención e ingenio lo que pasa en su entorno. Sentirse un perdedor, afrontar la resaca con dignidad, recordar los buenos momentos vividos en festivales de música, divertirse con los amigos y entusiasmarse con las canciones que han ilustrado momentos clave en la vida son algunas de las temáticas que se abordan en uno de los mejores discos nacionales que, probablemente, nos dé el presente año. 
El álbum, autoeditado y financiado con crowdfunding, contiene 10 historias en forma de canción en las que se identificarán todos aquellos a los que les guste vivir la vida sin demasiadas reservas. El LP ha sido grabado en los estudios Reno de Madrid bajo la batuta de Luca Petricca. Lo cual ha hecho que las bases rítmicas crecieran y fueran más contundentes que en su disco anterior, Hipotenusa; las guitarras han proporcionado atmósferas en las que reconstruir las historias de las canciones y los coros han contribuido a dotar de carga dramática las estrofas. Sólo cuando la sucesión de acordes es la correcta los pellizcos en el estómago se encadenan a velocidad de crucero. Es el ejemplo de Mil razones o de Hada roja

Para este segundo disco, Brea ha renovado a gran parte de sus músicos aunque sigue contando con su fiel Jorge Martí (guitarra y sintes). Las nuevas incorporaciones son Lázaro Fernández (batería) y Nacho Mora (bajo y coros). 

Se esperaba un salto para este segundo trabajo de Brea y así ha sido. Ha crecido en sonido y ha evolucionado en su manera de contar las cosas. Lo único que cabe esperar es que si decide hacer alguna colaboración en un futuro no se alíe de nuevo con alguien tan mediocre como Eme Dj tal y como pasó en canciones como Dicen por ahí o Automáticamente.