Weezer: "Ok Human"



Por: Àlex Guimerà

Nadie a estas alturas podrá cuestionar que Rivers Cuomo y sus acólitos hacen siempre lo que les da la gana. Publicando discos a un buen ritmo – desde 2014 ya van seis más uno por llegar este 2021 – en los  que se han alejado con asiduidad de su sonido habitual, ya sea para ofrecernos versiones pop de toda la vida o bien discos de synth pop modernete.

Cuestionados a menudo por su falta de coherencia, lo cierto es que en sus ya 14 discos encontramos muchos momentos sublimes pero también ejercicios de incomprensible mediocridad. Aunque personalmente me olvido de sus errores y me quedo con su verdadera cara, la power popera. Con joyas como su debut “Blue Album” (1994) o su confirmación “Pinkerton” (1996) marcaron los noventa, recuperándolos con los más cercanos “ Everything Will Be Alright In The End” (2014) o el “White Album” (2016). Allí es cuando se han dedicado a redondear melodías pop para meterles guitarrazos a toda pastilla.

Para el nuevo trabajo cuyo título homenajean al elepé más famoso de Radiohead (“Ok Computer”) se nos viene otro nuevo desconcierto, aunque no podemos decir que sea de los malos. Inspirado en el legado de Brian Wilson del "Pet Sounds", los Beatles del "Elenor Rigby", en las bandas sonoras de Randy Newman o en el Harry Nilsson orquestral, Cuomo contrató a 38 músicos clásicos y se metió en los estudios Abbey Road para dar forma a este corto álbum en el que las guitarras desaparecen a favor de las cuerdas rasgadas. Y la verdad es que el experimento salió bastante bien, quizás porqué las composiciones son buenas de por sí o porque el resultado del cargamento instrumental utilizado no aparece ampuloso. Con unos pulcros violines que hacen las veces de las sucias guitarras habituales y unos pianos bien colocados que adornan como nunca,  los dinámicos vientos rematan la faena en unas pistas en las que la batería nos recuerda que estamos ante una banda de rock.  

El arranque con el single “All My Favorite Songs”, llega con la declaración de intenciones bajo el rezo de “todas mis canciones favoritas son lentas y tristes”, un divertido videoclip de promoción, un riff de violines a lo "Bitter Sweet Simphony"  y una melodía que podría haber compuesto y cantado  perfectamente Fran Healy (ojo el parecido vocal en todo el álbum con el solista de Travis). Le sigue “Aloo Gobi”, que hace referencia un plato vegano y cuyo cello da entrada a una luminosidad  y a unos pianos preciosos que contrastan con la enésima letra sobre anti-héroes del combo.

El baile lo pone “Grapes Of Wrath” con un ritmo muy logrado de las cuerdas, mientras que “Numbers” trae la épica de los diluidos Keane, quienes también los recordamos en la personal y emotiva “Playing My Piano”, donde las teclas blancas y negras lucen como lo hacían en el cine musical añejo. La breve “Mirror Image” es una especie de himno (amoroso) de bolsillo, aunque mucho más breve es la instrumental oriental “Everything Happens  For A Reason”.“Birth With A Broken Wing” es un ejercicio de romanticismo dulzón y “Here Comes The Rain” (¿velado homenaje a la soleada pieza de George Harrison?) nos trae en mente a los Shins antes de dar entrada al último ejercicio de power pop de cámara del lote, “La Brea Tar Pits”.   

Y para quienes no les haya satisfecho este álbum que esperen unos meses ya que este próximo mayo editan “Van  Weezer”, un disco que dedican a Eddie Van Halen y que estaba previsto para el año pasado para coincidir con una gira junto a Green Day pero que el Covid les hizo aplazar. Si bien muchos nos tememos que lo que sigue será un paso atrás respecto a este formidable “Ok Human”. Incombustibles, para lo bueno y para lo malo.