Entrevista: La Trinidad


Sentimos un gran orgullo por las canciones compuestas” 

Por: Javier González 
Fotografía: Marta Porto

Son buenos y tienen pegada, suenan rotundos y sus letras son claras, directas, además de dotadas de algo poético, elementos que hacen de La Trinidad otro de los exponentes de la calidad y categoría que ostenta el punk-pop malagueño, donde comparten militancia y peso con bandas muy del gusto de esta web como Biznaga y los eternos Airbag

Su primer disco lleva por título “Los Edificios que se Derrumban”, viene editado por la siempre recomendable escudería Sonido Muchacho, donde siguen empeñados en dotar al pop-rock español de una segunda edad de oro, donde a buen seguro La Trinidad ocuparán un lugar primordial. 

Con objeto de conocer su propuesta más de cerca, nos pusimos en contacto con Sixto Martín, guitarrista, letrista y voz de la banda, para darnos cuenta de que estos tíos son gente de lo más interesante a la que conviene seguir muy de cerca la pista. 

Vamos a empezar por lo primero, sobre todo en estos tiempos locos que nos ha tocado vivir. ¿Qué tal va todo chicos? 

Sixto: Como banda me encantaría decirte que estamos genial, pero no es nuestro mejor momento ni anímicamente ni profesionalmente. Seguimos siendo un grupo y estamos ensayando, pero algo desanimados, aunque tenemos ganas de seguir adelante. Íbamos a sacar nuestro primer disco con una discográfica que andaba poniendo todas las facilidades del mundo para que saliera como es debido y con una gran promoción. Teníamos una gira genial con festivales y salas. Hace unos meses dimos el primer concierto tras haber sacado el disco en Octubre y hemos dado alguno que otro más, pero no lo esperado. Estamos tratando de componer nuevos temas y pensando en lo que venga más delante. No nos sentimos solos, es el consuelo que tenemos. En el fondo estamos todos igual. Mal de muchos, consuelo de tontos. 

Ha habido que esperar mucho tiempo para poder escuchar vuestro primer larga duración. ¿A qué se ha debido esta circunstancia? 

Sixto: Ha sido cosa del virus, evidentemente. Teníamos intención de sacar el disco en Mayo de 2020, más o menos, pero se retrasó. Luego pensamos sacarlo al final del verano. Todo se fue retrasando, por eso acabó haciendo en Octubre. Se barajó la idea de sacarlo en 2021, pero el disco lleva grabado desde Enero de 2020. Llevaba mucho en el cajón, así que había que sacarlo en 2020. Fue un poco como decir “que pase lo que tenga que pasar”, ya que tenerlo en el cajón era más frustrante. Tocaremos cuando sea, cuando nos dejen, pero la vida tiene que seguir. 

Da la sensación que os habéis quedado muy a gusto facturando un debut como “Los Edificios que se Derrumban”. ¿Estamos en lo cierto? 

Sixto: Muy a gusto, sí. Uno de los motivos por tener prisas por sacarlo es el orgullo que tenemos por las canciones compuestas. También por cómo se ha grabado y por la forma de producirlo. Es una obra completa en ese sentido. Había que darle salida en el mejor sentido. También estamos muy respaldados por nuestro sello, Sonido Muchacho, que no han parado de sacar cosas interesantes. De Carolina Durante han sacado un Ep, siguen editando a Cariño y a Sen Senra, pensamos: “¿por qué nosotros no?” 

Las canciones del disco transmiten un descreimiento acerca del mundo adulto. ¿Tenéis esa misma sensación? 

Sixto: El concepto del disco se suele ver al final del mismo. De manera consciente al escribir las letras tenía claro que había que escribir sobre una circunstancia personal. Me apetecía abordar el fallecimiento de una amiga y hablar de mi viaje de estudios a la República Checa, donde estuve seis meses. En definitiva, quería hablar de mis experiencias. En general habla del descreimiento del mundo y de la vida en general. No me considero pesimista, pero sí creo que hace falta realismo, ya que no estamos en el mejor de los momentos. La gente ha entendido el disco como producto de la pandemia, pero no es así, aunque hay detalles que lo hacen muy actual. Es un disco adaptable a la situación tan rocambolesca que nos ha tocado vivir. 

También destacaría la faceta lírica, sencilla pero punzante… 

Sixto: Es una cosa muy trabajada, además pienso que es esencial decir las cosas así. Hay que tener un discurso. En nuestras letras hay compromiso, se nota nuestra postura acerca de ciertos temas. Tenemos una creencia estética sobre las letras. A lo mejor en un futuro cambia o se esfuma, pero es nuestra forma de hacer las letras y si tú nos destacas por eso, es positivo. 

Vuestro sonido deambula entre el punk y un preciosismo pop de quilates, de alta escuela. ¿Cómo definirías vosotros el sonido de La Trinidad? 

Sixto: Estoy de acuerdo en lo que acabas de decir, además te lo agradezco. Para mí La Trinidad es una banda de pop. Hace tiempo lo hablaba con Diego, el cantante de Carolina Durante, y medio se mosqueó conmigo al decirle que hacíamos pop porque me decía que este era un disco de rock. Lo es, lo es, es guitarrero, con influencias punk, pero me reafirmo en que creo que es muy pop. Somos unos “beatlemaniacos” de manual, también amamos el pop de los ochenta. Nos gusta ese preciosismo pop de The Smiths y bandas similares. Pienso que somos muy poperos para los punkis y muy punkis para los poperos. En definitiva, difíciles de definir. 

Hablábamos antes de un lenguaje sencillo, pero bien hilvanado con referencias profundas como “La España Invertebrada” o a Pruitt-Igoe de “Ruinas”, y muchas otras que nos devuelven a una determinada España que suena muy profunda, algo llamativo en chavales jóvenes. ¿De dónde surge utilizar ese imaginario? 

Sixto: Soy bastante noventayochista en ese sentido… El disco habla de mi experiencia en Praga como te comentaba, soy filólogo, por lo que aquella generación afectada por la cuestión de España: Baroja, Valle Inclán, Azorín… están muy presentes en mí. Ese tema lo tenga muy interiorizado. Tengo una sensibilidad política muy marcada, en las letras muestro cosas que de verdad me preocupan de mi día a día. Son palabras claras, pero hay algo más poético y literaria detrás. 

Filólogo, hablando de España y seducido por el punk…en ese aspecto me recordáis a los más grandes, a los Gabinete Caligari de la primera etapa. ¿Os sentís cercanos a esos postulados suyos? 

Sixto: Me gustan mucho Gabinete Caligari, sí puede ser que te recordemos a ellos. Me interesan un montón. Hay una cosa que me marcó hace años, estuve en una charla a la que vino Jaime Urrutia, al que no tengo muy presente, pero me mola mucho. Dijo que pasaron de una primera etapa más siniestra a otra más influencia por el folclore español. Al hacer la mili, se dio cuenta de que quería hacer música para que sus amigos de la mili la comprendieran, con un lenguaje popular y accesible. En Málaga deben tener tirón porque también están los Biznaga con quienes les han comparado alguna vez. Quizás de aquella época tenga más presente a Santiago Auserón. 

Bueno, yo apostaría por más conexiones con Germán Coppini. 

Sixto: Nuestro local de ensayo fue el último donde Germán estuvo con vida ensayando junto a Néctar, tocábamos en ese local después de que él falleciera. Me gusta pensar que el espíritu de Coppini flotaba por allí. Creo que de cara a las referencias has estado muy certero. (Risas) 

“Las Flores de Mateo”, me parece una dolorosa declaración repleta de poesía. 

Sixto: Qué bien, muchas gracias. Siempre se descubren cosas nuevas hablando de los discos. Me gusta que la gente lo escuche bien y me diga qué piensan de él. 

E incluso canciones como “Miel y Sangre” suenan a power-pop y nueva ola. 

Sixto: Es una mezcla The Who y The Jam. En el sentido de canciones quizás esté emparentada con The Clash, sobre todo con temas que son chantajes emocionales, tipo las más blanditas, “Train in Vain” o “Spanish Bombs”. Se hizo pensando en eso. Líricamente cuento un viaje que hice por los Balcanes, por países de la antigua Yugoslavia, fue una forma bonita de recordar como intentamos curarnos tras el fallecimiento de nuestra amiga. 

“Te Espero en el Moldava” parece una particular forma de cantar a un amor imposible y “Sensación Extraña” es su lado opuesto con un toque y enfoque que habla de la España cainíta que se nos está quedando. 

Sixto: El Moldava quedó ahí por ser el río que atraviesa Praga. Al componer las canciones vi que estaba exorcizando mi propio trauma, me apetecía escribir sobre ello, acerca de cómo me sentía. Era una canción sobre un amor imposible, creo que al final ha funcionado la cortina que quise poner. “Sensación Extraña” es una visión de España desde lejos, pero también está dedicada a mi relación con mi pareja. 

“La Clase Media” me parece un brutal reflejo de esa gente que pretende ser revolucionaria, cuando en realidad siguen siendo putas de la clase media y del sistema, por cierto, es brutal la referencia a El Jaro. 

Sixto: Pues fíjate es una canción más evidente, de menos explicaciones. Dice lo que dice y va a la yugular. Hablo de la sensación de creer que todos somos clase media por tener un teléfono en la mano. A veces somos muy pobres moralmente. No hay conciencia de clase, es todo artificial y artificioso. Es lo que veo en las calles de mi ciudad, Málaga, que cada vez más un parque de atracciones para guiris. Es lo que veo en la juventud. Es muy difícil ver bares de toda la vida que sobrevivan. Es un poco hablar de la falsa rebeldía y de gente que solo sube fotos a redes sociales, creyéndose transgresores. He querido ridiculizarlo y retratarlo. Es hacer una foto de mi ciudad en un día cualquiera. No es aleccionadora, ni brusca porque quizás hasta mis amigos y yo formemos parte de eso. 

¿Qué tal ha sido el proceso de grabar con Paco Loco? ¿Alguna anécdota divertida que contar? 

Sixto: Paco sale a anécdota por minuto. Hubo conexión casi al momento. Es alguien impresionante. Todo fue genial. Recalcaba que esto iba a ser un buen disco, sentía que éramos trabajadores y que no buscábamos solo lo técnico, ni la artesanía. Veía discurso y propuesta. Fue uno más del grupo en todo momento. De las anécdotas hay una que me gusta mucho. Un día empezamos a las ocho de la mañana a grabar y estuvimos hasta las doce haciéndolo. Una noche se le metió en la cabeza que había que grabar todos los teclados, cuando ni tan siquiera habíamos empezado a meterlos, pues nos tuvo hasta las tres o cuatro de la mañana para acabarlos. Le decíamos “Paco, déjanos ir a la cama”. Fue imposible hacerle parar. 

Venís de una provincia preciosa como Málaga, donde siguen reinando nuestros amados Airbag y donde reluce el sonido de unos cada vez más fundamentales Biznaga. ¿Se va creando una escena por aquellas tierras? 

Sixto: La cuestión de la escena es relativa. Está en la juventud, en una serie de bares y en unas pocas salas de conciertos. No hay muchos. La juventud está ya con un montón de años. Gente con la que convivimos a diario, para nosotros no es una cuestión de edad, colaboramos con ellos y son nuestros amigos, pero no vemos un relevo claro. La cuestión de la escena es relativa y hay un apoyo relativo. Con Airbag tenemos gran relación, he trabajado de roadie con ellos, cargando amplis en su última gira. Tenemos una relación especial. En un mundo justo venderían millones de discos.

¿Qué planes manejáis para los próximos meses? 

Sixto: Nos gustaría poder tocar mucho, la verdad. Debería haber mayor libertad para tener conciertos. Es obsceno y violento lo que se hace contra el mundo de la cultura. Es una campaña fea. No se es permisivo, aunque está demostrando que no debería haber problemas. Podemos tocar en la calle, no es necesario tocar en sitios cerrados, esto no es el Polo Norte. Andamos componiendo, el plan quizás sea sacar un Ep y canciones para el verano. Tenemos ganas de seguir adelante y que la gente escuche cosas nuevas. Hay un compromiso con la gente, ya que no nos dejan tocar todo lo que querríamos, queremos sacar canciones. Quizás es precipitado, pero tenemos nuevas composiciones. Nunca sobran. La mayoría de mis grupos son bastante prolíficos y productivos. Beatles y The Smiths facturaron canciones, discos, Eps, singles. Queremos probar con diferentes sonidos.