El melomanía de hoy es un auténtico gustazo para que vamos a negarlo. Por esta sección han pasado ya un montón de artistas a los que admiramos y con los que tenemos una relación, en muchos casos, bastante cercana, pero el articulo que nos ocupa ahora tiene un punto que le hace más especial que el resto.
La verdad es que la persona que nos lo ha hecho llegar es parte de la historia de la música de nuestro país. No es otro que Edi Clavo, el que fuera batería de los míticos Gabinete Caligari. Ese simple hecho ya hace que nuestro respeto por su figura y por todo lo bueno que ha dado al rock de este país esté más que presente. No en vano no es la primera vez que aparece en nuestro sitio. Ojala lo hiciera más a menudo. El hecho de que lo haga periódicamente, no responde más que a nuestro particular tributo a uno de esos grupos que aún desaparecido de la escena, no podemos dejar de reivindicar con orgullo.
Las canciones del trío madrileño forman parte de la banda sonora que nos ha acompañado a lo largo de nuestras vidas, hasta el punto de convertirse en una de nuestras bandas fetiches. Muchos de los lectores de esta página ya conocen nuestra devoción por el grupo. No es nada nuevo. No creemos en los advenedizos. Gabinetista se nace, no se hace.
Ejemplo de la perfecta combinación entre actitud, ética y estética. Dotaron de letras rockeras al espíritu castellano, que en su día nos mostraron los textos de Becquer o Machado, adecuando los mismos al siglo XX.
Entraron en nuestra vida con mirada altiva y pose chuleta, pero a la vez provistos de una cercanía y sinceridad que hizo que muchos logramos reconocernos en ellos, siendo pieza clave a la hora de forjar nuestra identidad y honestidad, a base de canciones como “Camino Soria”, “Al Calor del Amor en un Bar” o “Cuatro Rosas”, por citar alguna de las más conocidas, o bien de momentos únicos vividos mientras de fondo sonaban temazos del calado de “Sólo se Vive una Vez” o “Más Dura será la Caída”.
Un buen día se esfumaron. A gran parte del público y de la crítica les dio igual. Para ellos simplemente su momento había pasado. Ya no eran necesarios. No así para otros que a día de hoy seguimos añorándoles.
En este país hecho de remiendos cutres y casposos de telebasura, el respeto es un mal aliado, de ahí que el mundo de los caballeros hiciera mutis por el foro cuando éste se perdió. Desaparecieron sin más. Para entonces la tendencia al olvido se había convertido en obligación. La única alternativa, medianamente digna, eran los indies. No en todos los casos, pero sí en algunos, que coinciden a grosso modo con los que han perdurado en el tiempo.
La otra solución que se proponía era mucho peor. Desconectar el cerebro. Mejor no pensar. “Creemos ídolos con pies de barro, será más divertido”, apuntó algún iluminado desde el fondo de la habitación, “Serán más fáciles de manejar”. Dicho y hecho. De la pequeña pantalla comenzaron a salir bufones que se convirtieron en legión. Hasta copar cadenas televisivas enteras.
En esas seguimos. Rodeados de personajes vacíos de continente y contenido. ¡Vivan la Esteban y el Bisbal de turno!, ¡Muera la inteligencia!. Señores esto es España. El lugar donde se prohíben los toros y el fumar donde quieras, haciendo uso de tu libertad. ¿Qué será lo próximo? Quizás sea el sexo. No faltará a quien le moleste que esto también se haga. No sé para que doy ideas…
Fue en el comienzo de toda esta decadencias que nos azota, cuando los Gabinete dijeron adiós, eso sí, dejaron tras de si un legado único que considero jamás será reivindicado con la justicia que merece. Y es que es difícil hacer nada que esté a su altura.
Siempre he pensado que los Caligari eran más que un grupo. Quizás representen un estilo de vida. Ese que va de las tierras del norte de León hasta el sur de Ciudad Real, pasando por el centro neurálgico que es la villa de Madrid. La cuna de sus canciones. Ellos cantaron a Castilla como nadie lo ha hecho. En un país de regionalismo y fracturas convendría mirar más allá al glorioso pasado del pueblo castellano.
Conocer la historia de ese pedazo de tierra que cruza la península ibérica es necesario para entender su verdadera dimensión. También la nuestra. Tierra de mirada hostil, recia y dura, pero a la vez cargada de bondad en sus pueblos y gentes. Lo cierto es que es único el gen castellano, como también lo son Gabinete Caligari, probablemente ahí nazca el principal nexo de unión.
Cuando todas esas ideas ya estaban en mi cabeza. Conocí a Edi. Fue entonces, al ver su forma de actuar, su pose y cercanía, cuando entendí que Gabinete eran reales. No había trampa, ni cartón. Suenan como son. Viven como sienten. Nos abrió las puertas de su casa. Nos brindó su amistad. Se sentó en nuestra mesa y pudimos sentir el placer de tener a nuestro lado a un ídolo convertido en amigo.
Hace semanas le pedimos que nos mandara su melomanía a lo que por supuesto accedió. Unos días más tarde Edi me lo hizo llegar a través de la red.
Sentí mucha emoción, como siempre cuando llega uno de estos correos, al leer lo que nos había escrito. Por un momento pensé, “Algún día alguien meterá una de tus canciones en esta lista”. Eso me agradaría mucho. Sentiría que no sólo unos pocos hacemos justicia con todo lo que nos habéis dado. Tampoco dudaría del buen gusto de aquel que os pudiera incluir en su listado. Hasta el punto de hacer brotar un cariño especial. Vaya, eso suena muy directo. Sí, de nosotros también dicen “Que somos arrogantes”. Antes lo dijeron de vosotros. Puede que sea cierto. No en vano lo aprendimos de los mejores. Ya sabéis a quién me refiero…
Amigos disfrutad de este Melomanía y después regad vuestro paladar con una buena copa de whisky. Sentid que sois arrogantes, porque sólo se vive una vez.
5 DISCOS:
BEACH BOYS. Pet Sounds (1966).
La mayoría de edad de la música pop. La demostración palpable del genio de Brian Wilson en la composición, interpretación y producción de una obra maestra. Paul McCartney lo cita como inspiración para Sgt. Peppers. En mi opinión es la cima del pop como género.
JETHRO TULL. Stand Up (1969).Tengo un cariño especial por Jethro Tull desde aquellos conciertos adolescentes en el Pabellón del Real Madrid (hoy demolido) a mediados de los setenta. Pero este LP rondaba por mi casa desde un poco antes demostrando que era posible la vida en el rock después de los Beatles. Es blues progresivo inglés, con toques de folk siniestro y mucho rock dentro. Con un batería fuera de serie -Clive Bunker-, y con la incendiaria flauta de Ian Anderson soplando y escupiendo notas, palabras y gorgojos.
MAHAVISHNU ORCHESTRA. Apocalypse (1974).
Música difícil de un disco grandioso. Cinco temas (que no canciones) que beben directamente del rock pero con ingredientes jazzisticos y estructuras clásicas donde la polisemia rítmica y la atonalidad avant garde conforman un trallazo de jazz-rock-sinfónico no apto para oídos silvestres.
RAMONES. Ramones (1976).
La deconstrucción gamberra del surf californiano desde las playas de Long Island. Nueva York siempre ha sido una ciudad punk, desde los Beatniks de Greenwich Village (Dylan incluido) hasta Moldy Peaches pasando por el art-punk de The Velvet Underground. La primera vez que oí este disco, en casa de Lars Mertanen (Ella & Los Neumáticos) se resquebrajaron mis estructuras precedentes.
BURNING. Madrid (1978).
Los conocimos (Rigor Mortis) en 1977 y fuimos a algunos ensayos suyos en Papi (en Barajas) cuando estaban gestando las canciones de su primer LP. Me gustaba sobremanera cómo hacía sonar Pepe Risi su Gibson Les Paul Custom negra y el atronador bajo de Quique Langstrum. Burning demostraron la viabilidad del rock en castellano; difícil, pero heroico.
5 CANCIONES:
My Generation (1965) THE WHO.
Recuerdo el viejo e.p. que rondaba por casa de mis primos, el de la portada con la chaqueta de la Union Jack (que por cierto llevaba el bajista, John Entwistle). La conjunción bajo/batería en el principio de la canción es brutal. Cuando nos quedábamos solos la poníamos a tal volumen que vibraban los cristales de las ventanas. Muy grande Keith Moon.
Child in time (1970) DEEP PURPLE.En los años ochenta era un pecado mortal afirmar que te gustaban los Purple; pero estamos en otro siglo y ¡qué coño! esta canción contiene todos los ingredientes del buen rock: crescendo instrumental, emoción melódica y exceso vocal. El juego entre la guitarra de Blackmore y la voz de Gillan tras el climax de la primera parte es un hito en la historia del rock.
C´mon Everybody (1972) HUMBLE PIE.
De Steve Marriott me gustaba todo, desde los Small Faces hasta Packet of Three (llegué a saludarlo en un pub de Londres en 1990 meses antes de que muriera en el incendio de su casa). Esta canción es una muestra del poderío como cantante y guitarrista del pequeño Steve. Un medio tiempo arrastrado con el sonido espeso de las Gibson Les Paul y una base rítmica contundente, sin alharacas.
London Calling (1979) THE CLASH.
Del punk, el post punk y la New Wave, The Clash fueron mi grupo favorito, por sus canciones, por su actitud y por su imagen viril sin concesiones. Sus tres primeros LPs siguen sonando potentes y sin chirridos diacrónicos. Esta canción siempre me pareció una cumbre en su carrera y aquel video nocturno en la ribera del Támesis entre la lluvia y la neblina, una gran definición de la imagen visual del grupo.
Over and Over (1990) NEIL YOUNG.Podría haber seleccionado otras veinte o treinta canciones de Neil Young. Ahora mismo me gusta especialmente ésta, incluida en el disco Ragged Glory (1990), que estoy tocando con mi grupo de versiones Shocking Beards. La presencia y el sonido saturado de la guitarra eléctrica de Neil lleva todo el peso (melódico y rítmico) de la canción, con el apoyo de una banda engrasadísima y muy particular (Crazy Horse). Y este disco lo grabó cuando tenía 45 años.
Fotos: Tomás Mora
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*Texto y fotografías: Javier Capapé.*
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