Antes de llegar a Madrid Rubén Pozo cumplía con una agenda de gira en la que iba alternando grandes bolos con algunos fiascos estrepitosos, en algunos casos le han obligado incluso a cancelar algunas fechas. Sin ir más lejos la parte de la gira que correspondía a Andalucía fue cancelada casi a última hora debido a la escasa venta anticipada, por lo que la maquinaria del artista decidió echarse atrás al no poder asegurar las condiciones para celebrar dichos conciertos. Sin embargo, y en contraste con esas anulaciones, recibía grandes halagos en ciudades donde sí celebró sus conciertos: Guadalajara y Barcelona son dos ejemplos, lugares en que demostró que donde toca, ¡Toca! Y es que el camino que ha escogido Rubén no es sencillo y él lo sabe.


Rubén invitó a Sara Iñiguez (Rubia) para juntos llevar a cabo uno de los instantes más destacables y emocionantes de la velada. Cantaron a dúo “Ozono”, su personal “Oh Sister” como reconoció Rubén en la pasada entrevista que nos concedió a El Giradiscos.
De ahí en adelante en la segunda parte de la actuación tuvieron más presencia sus canciones más antiguas, las de Pereza. Rescató las geniales “Madrid”, “Pirata” y “Margot” y el
singular y divertido blues “Pelos de Punta”. Mezcladas con las nuevas “Pegatina”, con baile incluido para la ocasión, y “Como Cualquiera”, encargada de cerrar el primer concierto de Rubén Pozo en Madrid.

Para despedirse este luchador del Rock se quitó la camiseta a ritmo de la banda sonora de Rocky colocándose un batín rojo de boxeador, similar al que lleva Balboa en la primera película de la saga.
Rubén Pozo es un peso ligero que ha sabido remontar tras baches importantes dentro de su carrera musical, como la disolución de su primer grupo Buenas Noches Rose, con quienes se quedó a las puertas de la gloria. Inmediatamente después formó Pereza para, junto a Leiva y tras mil batallas, alcanzar la cima del éxito. Ahora empieza un nuevo reto del que sin duda acabará obteniendo todo lo bueno que merece. A mí me enseñaron que el arte es saber hacer de lo ordinario algo extraordinario y Rubén no sabe hacer otra cosa.
Texto y Fotos: Iván González