Mat Whitecross: "Oasis: Supersonic"

Por: Txema Mañeru 

Los “supersónicos” Oasis de los hermanos Gallagher fueron, sin duda algunas y por merecimientos propios, uno de los grupos británicos más importantes de los 90. Sus disputas con los Blur por ser el grupo más grande del brit-pop fueron sonadas, pero lo fueron aún mayores las disputas y peleas (en ocasiones hasta llegando a las manos) entre los propios Liam y Noel. Sus elevados egos o, porque no decirlo, su altiva chulería, les llevó a proclamarse como la banda más grande de todos los tiempos junto a los Beatles. No había para tanto, aunque dejaron 2 o 3 discos de pop auténticamente imprescindibles. Luego, sus declaraciones y sus comportamientos caprichosos dieron lugar a mil y un titulares y escándalos.

Lógicamente daban para una gran película, ya fuera ésta, un documental o un buen biopic, que yo creo acabará cayendo en un futuro no muy lejano. El controvertido, pero divertido y ameno documental ya está aquí, y lleva la firma de un experto como Mat Whitecross, autor de otras películas como “Camino a Guantánamo” o “Spike Island”. Los productores son los de la galardonada “Amy”, sobre la gran Amy Winehouse. Viene con el lógico subtítulo de “La increíble historia de la banda que definió una era” y es casi tan pomposo como lo fueron ellos en muchas ocasiones, pero merece la pena verlo, tanto si te encanta la bada como si solo disfrutas de los trabajos clave, como es mi caso. Vamos, que no hace falta, en absoluto, ser un acérrimo de ellos para sumergirte en su “supersónica” historia. 

Lógicamente un artefacto así nos lo tenía que traer la gente de Cameo, lugar en el que podemos disfrutar de unos años a esta parte de todo el mejor cine musical que se está haciendo en los últimos tiempos aquí y fuera. Me vienen a bote pronto las películas sobre Jaime Urrutia (Gabinete Caligari), Janis Joplin, Peret, Joe Strummer (The Clash), Nick Cave, Loquillo, “Searching For Sugar Man” o The Stooges, de las cuales muchos trailers están en los jugosos extras. Cualquier seguidor de los mismos debiera visionarlos, los tienes, y algunos más, en www.cameo.es. Por encima de todas ellas, la magia de “Control”, un biopic real que supone la primera película del magistral fotógrafo y mago de la imagen Anton Corjbin. Capturó en impecable blanco y negro la magia y la tortura interior del líder de Joy Division, Ian Curtis, y es una cinta que emociona y cautiva a cualquiera con algo de sensibilidad, independientemente de ser fan o no de una de los grupos más influyentes de todos los tiempos con tan solo dos discos; basta con citar todo el rock gótico o todas las bandas de post-punk de los últimos 20 años. 

Regresando al tema, y concretamente al capítulo de extras, decir que es especialmente jugoso. Tenemos una amplia y esclarecedora entrevista de casi media hora con el director del film, que se declara fan absoluto de la banda y de su música. Para él era un desafío y ha salido triunfador de él con una historia que engancha realmente. Además nos cuenta cómo utiliza las canciones más emblemáticas para contar la historia y describir la década de los 90. También nos encontramos con locuciones inéditas de más de un cuarto de hora con episodios como “La pelea de Rockfield”, “El concierto vacío de Leeds”, “Liam robando navajas” y hasta fantasiosas historias con fantasmas. Las críticas recibidas han sido unánimemente elogiosas y en Q Magazine por ejemplo la califican como “Una obra maestra de documental” y otros prestigiosos medios lo tildan de “bíblico”. 

En cualquier caso es un placer ver las gigantescas trifulcas entre hermanos, como lo es verles en pleno y concentrado proceso narrativo. Noel es el trabajador y Liam es el bocazas, pero cargado de genio creativo. Ambos hicieron grandes a Oasis, pero ninguno de ellos ha podido demostrar en solitario esa clase que les hizo vender más de 80 millones de discos como banda. Casualmente, casi a un tiempo ha salido al mercado un documental sobre sus eternos rivales, Blur, y todas las comparaciones se ponen del lado de la peli de los Gallagher, aunque artísticamente igual hayan sido más importante, sobre todo la trayectoria posterior, Damon Albarn y los suyos, las andanzas de los Gallagher eran mucho más cinematográficas, como podemos comprobar en muchos episodios del film. 

Comienzan con su explosión total en Knebworth en el 96 y ante 300.000 personas y definiéndose como un Ferrari, con su modestia habitual. Rápidos y elegantes, pero derrapando de vez en cuando. Luego pasan a hablar de su formación y de la infancia de los hermanos. Vacilan sobre ello refiriéndose a la Biblia y a la historia de Caín y Abel. Parte fundamental en el comienzo de la película es la madre de los Gallagher que sufrió lo suyo para sacar a delante a sus tres hijos y define a Noel como tranquilo y emocionado con su guitarra y a Liam como un auténtico diablo. Al parecer éste era el rey del colegio hasta que le atizaron con un martillo y algo en su cerebro hizo clic. Las confesiones con miga se suceden. Así nos enteramos como Bonehead es considerado por los hermanos como el alma de Oasis y la repercusión de "Live forever" que no creían que la hubiera podido componer él. Alan McGee cuenta como fue por sorpresa a su primer concierto a Glasgow y como los fichó entonces con tan solo 4 canciones para su legendario sello Creation

Son muy importantes y trascendentales las muchas declaraciones de la progenitora de los Gallagher. Ella nos dice que todo lo de su éxito fue demasiado rápido. Se veía contento por verlos juntos en una banda pero admite que sus muchas confrontaciones venían desde que eran niños. Claro que son más golosas las de los propios hermanos. Se declaraban adictos al fútbol, las chicas y las drogas y a destrozar habitaciones de hotel. En el aparatado de drogas destaca la situación caótica vivida por músicos y equipo a raíz del masivo consumo de metanfetamina, que en un principio ellos creían que era cocaína. Se ganaron a pulso su reputación de hooligans y un buen ejemplo fue la famosa pelea en un barco. También, durante una larga época para ellos, la gente iba a sus conciertos con ganas de montarla. Todo esto les convirtió en los niños malos del rock'n'roll, cosa que se acrecentaba con su reconocido comportamiento como el perro y el gato. Otro momento clave de su trayectoria es la huida de Noel a San Francisco y cómo su posterior regreso lo cambió todo. Tampoco se esconden a la hora de afrontar los traumáticos cambios de la sección de ritmo, hecho como todo en ellos, de manera totalmente impulsiva. 

Muy interesante fueron las movidas que tuvieron con su padre, que se acercó a ellos exclusivamente por la pasta y que no salió demasiado bien parado. Al final regresan al punto de partida con ese helicóptero que les lleva al multitudinario concierto de Knebworth y que fue la cumbre de su triunfo absoluto. En ese momento eran totalmente "supersónicos". En fin, mil y un anécdotas y detalles que fueron marcando la historia y evolución del grupo británico clave de los 90 con ventas y reconocimiento popular mayoritario. ¡Un gran documental musical!