Billy Gibbons: “Hardware”




Por: Albert Barrios

A la tercera va la vencida. Después del experimento caribeño de “Perfectamundo” (2015) y el retorno a sus orígenes blues en “The Big Bad Blues”, Billy Gibbons por fin entrega un trabajo totalmente disfrutable. No esperemos que llegue a las cotas de maestría de la mayoría de álbumes de la banda madre (en hibernación discográfica desde 2012), pero este “Hardware” vuelve a poner en primera línea a uno de los mejores guitarristas de la historia del rock (aunque no lo tengan en cuenta varias  sonrojantes listas de presuntos “expertos musicales” ).

Para recuperar el primitivo sonido boogie rock que tantas alegrías nos ha dado Gibbons se aisló en el desierto californiano junto a  Mike Fiorentino al bajo y el sorprendente Matt Sorum a la batería para trabajar en conjunto empapándose  del paisaje lunar, cantinas y sonidos nocturnos.

“My Lucky Card” abre con duros y añejos riffs de la vieja escuela, suena a ZZ Top, y esa es  una muy buena noticia. En “She's On Fire” (con unos coros vía  “Eliminator” que dinamiza todo el conjunto)  encontramos uno de los mejores solos en mucho tiempo del barbudo de Houston, y en “More-More-More” es la slide la que otorga contundencia a la canción. “Shuffle, Stop & Slide” es toda una delicatesen, rock tejano denominación de origen que podría haber sido firmado por los hermanos Vaughan.

“Vagabond Man” es una balada que baja el tempo del LP pero no desentona, “Spanish Fly” comienza blues para mutar en un rock más moderno, y “West Coast Junkie” adopta inicialmente la forma de un rock and roll fronterizo de los cincuenta hasta que Billy le mete una marcha de más. En “Stacking Bones” las hermanas  Lovell de Larkin Poe le ayudan a salir de su zona de confort consiguiendo un gran resultado. “I Was A Highway” y “S-G-L-M-B-B-R” basculan entre el boogie y un rock más contemporáneo, “Hey Baby, Que Paso” es un divertimiento (y homenaje a la vez a los Texas Tornados) y acaba casi recitando con “Desert High”, citando a Joshua Tree, serpientes de cascabel y otros clásicos de la imaginería desértica. 

Un álbum que rompe el techo del trabajo digno (algo a que nos tienen demasiado acostumbrados muchos de nuestros iconos musicales) para reclamar más atención de nuestra parte : “Hardware” no figurará simplemente como un trabajo para fans completistas, sino que tendrá que ser colocado en tu estantería al lado de “La Futura” o ”El Loco”…. Let’s Boogie…!!!