Por: Javier González
El rock es militancia, respeto y agradecimiento a nuestros mayores, a los que defendieron la causa mucho antes de que nosotros viniéramos al mundo; a todos aquellos que nos legaron canciones y actitud, caminando en la oscuridad hasta prender una mecha que en muchos casos convirtieron en fuego eterno.
La música de los años sesenta de nuestro país tiene unos cuantos conjuntos que se ajustan al paradigma defendido anteriormente; bandas seminales, cuyas composiciones y versiones siguen reluciendo a mayor gloria de uno los pasajes más brillantes de la historia musical española. Y una de esas formaciones mayúsculas son Los Salvajes, mucho más que los Stones españoles; rockeros, chuletas y valientes, cuyos himnos siguen sonando frescos y directos más de sesenta años después de su aparición en nuestra escena.
Nos pusimos en contacto con Delfín Fernández, mítico batería de la banda, para repasar la extensa historia de Los Salvajes, quienes el próximo martes 14 de noviembre estarán celebrando seis décadas de música con nueva formación y algunas sorpresas, demostrando que tal y como profetizaron muchos años atrás ellos “no se dan por satisfechos” con lo hecho hasta ahora y que seguirán armando gresca sobre las tablas durante más tiempo.
En primer lugar, Delfín, muchas gracias por darnos la oportunidad de entrevistarte. ¿Qué se siente al seguir paseando el nombre de Los Salvajes más de 60 años después?
Delfín: Orgullo y responsabilidad.
Los Salvajes son uno de los nombres míticos que alumbraron nuestros fenomenales años 60. ¿Cómo se le ocurre a unos chicos de barrio de Barcelona montar una banda de rock? ¿De qué forma pudisteis adquirir los primeros instrumentos?
Delfín: A comienzos de los 60 la juventud teníamos la ilusión de formar parte de lo que entonces se denominaba como conjunto, casi en cada calle de Barcelona había uno, en principio no teníamos muy claro si seríamos un grupo de rock, el caso era tocar. Los instrumentos nos los fueron sufragando nuestros padres con muchos esfuerzos.
Más allá de la situación política de aquel tiempo. ¿Cuáles eran los problemas reales para poder acceder en tiempo real a las novedades del mercado anglosajón?
Delfín: Evidentemente no contábamos con las redes sociales de hoy, en principio por la radio, comprando discos en Andorra, pero no todos teníamos acceso a eso; también llegaba algo con cuenta gotas a nuestras tiendas, ya cuando empezamos a grabar a través de la compañía discográfica.
Los Salvajes son considerados los Rolling Stones nacionales, hecho motivado por vuestras adaptaciones al castellano de muchos de sus temas. ¿Cómo entráis en contacto con sus canciones? ¿En qué momento surge el flechazo con ellos y por qué?
¿De qué manera os enfrentabais a la traducción de sus textos y a la hora de realizar los arreglos para no alejarlo demasiado del original?
Delfín: Los textos básicamente se consensuaban con nuestra editorial y guardaban en ocasiones poca relación con el original en inglés ya que sus traducciones literales no tenían mucho sentido en nuestro idioma.
De lo que no hay duda es que os gustaban la facción cañera del sonido sajón con referencias claras a The Rolling Stones, The Who y los geniales The Troggs. ¿Qué tenían precisamente esas formaciones para que fueran las elegidas para muchas de vuestras versiones?
Delfín: Bueno nuestra línea filosófica tanto musical como estética se adaptaba más a esas formaciones que citas y de ello se aprovechaba nuestra compañía discográfica, no todo lo que grabamos era de nuestro gusto, algunos temas nos fueron impuestos.
“Satisfacción”, “La Neurastenia”, “Todo Negro”, la brutal, “Una chica igual que tú”. De entre tanta versión. ¿Cuál es su favorita? ¿Por qué?
Delfín: “Todo negro”. Nuestra versión en español fue un bombazo, la gente pensaba que era una composición nuestra y que un grupo inglés llamado los Rolling nos la habían copiado y traducido al inglés. No es broma lo que digo.
¿Cuántas llegaron a ser más éxito en la adaptación que en el original?
Delfín: Pues una es la que cito anteriormente, “Todo negro” y otra, “Satisfacción”, aunque para nosotros es “Satisfecho”.
Pero no todo eran versiones, también maravillosas y subversivas composiciones como “Mi Bigote” y la colosal “Soy Así”. ¿Os trajeron problemas aquellas canciones? ¿De verdad erais tan chulos y arrogantes? ¿Qué pensaban vuestros padres de aquella actitud tan irreverente?
DelfÏn: Las versiones que citas, nuestras composiciones “Soy así”, “Mi bigote” y yo añadiría “Es la edad”, “Las ovejitas” y “Los platillos volantes”, tenían un grado de subversión como tú dices, pero muy controlado y nunca nos dieron problemas de censura, eran unas letras protestonas en un contexto del día a día al que nos enfrentábamos la juventud y la sociedad de aquel tiempo, pero sin entrar política. Sobre nuestra chulería y arrogancia, pues si, algo de eso teníamos. Con nuestros padres ningún problema, siempre contamos con su comprensión y apoyo.
Otra de mis favoritas es “Al Capone”. ¿De dónde surge un tema tan macarra y rotundo?
En Barcelona estaban Los Mustang, Los Sirex y Los Salvajes. ¿Qué tal era la relación entre las bandas?
Delfín: Sana rivalidad, pero excelentes relaciones entre nosotros que perduran hoy día.
¿Cómo eran aquellos conciertos de los años 60? ¿De qué maneras se apañaban con los pocos medios técnicos? ¿Cuál era la reacción del público?
Delfín: Algunos conciertos técnicamente eran un caos, vistos desde la perspectiva de hoy, pero como no conocíamos otra cosa nos parecían fenomenales. Disfrutábamos como locos, locura que transmitíamos al público que en esos eventos encontraban parcelas de libertad.
La banda ha tenido varios parones a lo largo de su trayectoria, quizás el más doloroso debió ser el que acontece a partir de 1970. ¿A qué se debió? ¿Hacia dónde dirigisteis vuestros pasos?
Delfín: Ciertamente el parón o disolución de 1970 fue la más traumática, no fuimos el único grupo puntero de la época que se disolvió en ese año. Una de las causas tal vez fue la saturación causada por unos años muy intensos de bolos, grabaciones, viajes. También al ponerse de moda las discotecas restaron actividad a las bandas, muchas salas dejaron de contratar.
La siguiente etapa abarca desde 1978 hasta 2005. ¿Qué valoración haces de aquel período?
Delfín: En ese periodo tuvimos distintas formaciones y lo positivo es que a finales de los 90 volvimos a reunirnos durante un par de años aproximadamente la formación original excepto Andy. El estar activos durante este tiempo ayudó a que el personal no se olvidase a Los Salvajes. Hicimos bastantes conciertos y volvimos a viajar.
La última vuelta tuvo lugar hace 10 años. ¿Cómo han sido estos últimos años? ¿Qué tal está funcionando esta nueva formación de la banda?
Delfín: Estos 10 años que citas han sido muy provechosos, enfocamos desde un principio como meta reivindicar a la banda en sus orígenes con la recuperación de un repertorio que habíamos abandonado un poco. Tratamos de tocar temas que, aunque no los habíamos grabado, formaban parte de nuestro periplo por Alemania y por supuesto mantener los clásicos con la ejecución garajera y la técnica actual. Por lo que respecta a los nuevos “salvajes” se han acoplado perfectamente y han aportado matices muy interesantes.
Debemos comentar que eres el único miembro original de la banda, pues lamentablemente Andy González y Sebastián Sospedra fallecieron. ¿Qué opinan Gaby Alegret y Francisco Miralles de que continuéis con la banda en activo?
Delfín: La marcha a la Banda del Paraíso de Andy y Sebas fue muy traumática para mí, en lo musical perdí a dos elementos clave, pero en lo personal perdí algo más que a dos amigos. Julián Moreno decidió también tomarse un tiempo de asueto, colabora en algunos conciertos especiales, es el fijo discontinuo. Francesc Miralles fundador nato de la banda nos ha apoyado desde un principio y con Gaby no tenemos relación.
“Conocer a Charlie Watts fue una gran alegría”
Delfín: Una de las mayores alegrías en mi carrera como baterista fue el conocer a Charlie Watts. Me trató con mucha cortesía y amabilidad, corroboró la opinión que me había formado de él de que era todo un señor. Él no conocía a Los Salvajes, pero su manager, sí. Los Stones llevan un riguroso control de las bandas que tocan sus temas. Su fallecimiento lo sentí profundamente, recibí muchas condolencias de la gente que me conoce y que sabe de mi gran admiración. Como baterista he perdido mi referente.
Eres un rockero de la vieja escuela. A día de hoy hay una buena cantidad de bandas de rock a lo largo de todas España, pero da la sensación que el rock and roll ya no es mayoritario, sobre todo si se compara con otros géneros. ¿Qué opinión tienes al respecto? De las nuevas propuestas, ¿cuáles te llaman la atención?
Delfín: Tienes razón sobre lo que comentas del rock and roll, no es mayoritario y menos aún el tipo de rock en el que crecí y me mantengo; una de las metas de la banda hoy en día es seguir llevando a las nuevas generaciones ese rock que es la base de todo lo que ha venido después. Escucho mucha música de la actual, pero no sabría decirte cual me llama más la atención, a veces depende de mi estado de ánimo, un día me puede dar por Coldplay tal vez influenciado por mi nieta mayor, como otro día por Marc Anthony.
¿Cuánta cuerda le queda a Los Salvajes? ¿Quién ganará la batalla por ser más longevos sobre las tablas, Los Salvajes o The Rolling Stones?
Delfín: Creo que tanto Rolling Stones como Salvajes intentaremos estirar la cuerda todo lo que podamos, pero en definitiva solo Dios sabe quién será el más longevo.
El próximo día 14 estaréis tocando en la madrileña Galileo Galilei, donde os acompañarán por primera y única vez en la historia miembros de Los Brincos y de Los Gatos Negros. ¿Qué pueden esperar las personas que se acerque a comprobar el sabor añejo de un buen rock and roll?
Delfín: Pues van a disfrutar de un gran concierto con un sabor añejo pero puesto al corriente. En un momento dado habrá compartiendo escenario miembros de esas tres bandas que has citado, algo que no se da todos los días y además guardo otra sorpresa con otro legendario invitado que no puedo desvelar, para mí representa un gran privilegio y honor poder tenerle ese día conmigo.
