Dick Porter: “Viaje al centro de los Cramps”


Por: Javier González 

El 4 de febrero de 2009 fallecía en el Glendale Memorial Hospital de California Erick Lee Purkisher, conocido mundialmente como Lux Interior, vocalista de The Cramps; su deceso conmocionó a miles de seguidores en todo el mundo pues suponía el final de la icónica banda, marcando el epitafio de una de las aventuras más apasionantes de la historia musical, aquella que le unía terrenalmente Ivy Poison, con la que compartió el amor por el rock and roll más primigenio hasta convertirlo en un estilo de vida capaz de generar un incendio que solamente la muerte pudo sofocar. 

Sobre todo ello versa “Viaje al centro de los Cramps”, escrito por Dick Porter, que llega ahora de la mano de los amigos de Liburuak en la amena traducción de Javier H. Ayensa, para acercar al gran público a la historia de una banda que muchos tenemos en el radar sonoro y estético, pero cuya trayectoria merecía esta revisión al mundo de dos “freaks” apasionados que, ajenos a modas, estereotipos y críticas, supieron crear un universo propio, plagado de referencias culturales en las que mostraban una profunda melomanía, su amor incondicional por el cine de terror, el vudú, la sexualidad y la estética “kitcsh”, con las que lograron rescatar el legado de la década de los cincuenta para amplificar su eco siendo auténticos, independientes y únicos. 

Estas páginas son un paseo que va desde la influencia marcada por la perversión de Little Richard en el rock and roll, muchísimos años antes de la formación The Cramps, pasando por las influencias adolescentes en forma de televisión y cómics que tanto marcaron a Lux, a la adoración de Ivy por figuras capitales que le influenciaron a la hora de atacar las seis cuerdas como Jack Nitzsche y Link Wray; hasta el momento en que la pareja se conoció en la universidad de Sacramento, cayendo enamorados casi a las primeras de cambio, hecho que desembocó en la creación de la banda y la sensación de que en la costa Oeste su discurso no encajaba teniendo que buscar destinos más acordes a su actitud. 

Hicieron las maletas, trasladando su bártulos a Nueva York, para conquistar no sin mucho esfuerzo mecas como el CBGB, donde conocerían profundamente a sus amados Ramones y New York Dolls -así como a otras bandas mayúsculas del estilo de Talking Heads y Blondie, cuyas sonoridades fueron domesticadas tras firmar con compañías discográficas tal y como comentan en el libro nuestros protagonistas- y el Max -ojalá haber estado en aquella maravillosa noche del 15 de enero de 1977 donde compartieron escenario con nombres mayúsculos como los de Suicide y Mink Deville-, antes de emprender aventuras europeas donde consiguieron ser unos mitos en lugares como Francia e Inglaterra, en este último lugar tuvieron parte de culpa en el surgimiento del revival rockabilly y en la aparición de un género propio, el psychobilly, dejando su impronta en bandas amigas como The Meteors

No falta el habitual repaso a los vaivenes en el seno de la formación, donde las drogas y los finales de ciclo fueron una constante -aquí brilla con luz propia la aparición de Kid Congo Powers, quien se nota que ha participado de buen grado en la elaboración del libro-, ni tampoco faltan las habituales traiciones y pleitos con las compañías que tuvieron en más de una ocasión a la banda en barbecho, sin poder grabar nuevo material y viviendo exclusivamente de unos directos que siempre mostraron el espíritu festivo y la algarabía con que concebían sus actuaciones en directo, donde mostraban el particular credo de The Cramps en celebraciones paganas repletas de rabia, sexualidad y violencia, donde Lux era la cara reconocible y el faro sobre el escenario, cuyo sustento sonoro y arquitectura musical pasaban por la cabeza y manos de Ivy

Cuarenta y cuatro años después de la edición de “Songs The Lord Taught Us” su sonoridad troglodita y visceral sigue apabullando, las canciones rezuman autenticidad y honestidad; magnificadas si la escucha se aderezada con la lectura de “Viaje al Centro de los Cramps”; una obra que ayuda a entender muchas cosas de su trayectoria. El discurso de The Cramps nunca fue bien ponderado ni necesariamente entendido, desde aquí pensamos que todo fue debido a una simple explicación; no todo el mundo está preparado para entender lo que late en un par de corazones que aman el rock and roll. Pues bien, esta historia, la de Lux Interior e Ivy Poison, la de The Cramps, es un guion repleto de amor, el de una pareja que supo mirarse a los ojos y crear un universo sonoro e iconográfico propio que solo unos cuantos iniciados podrían ser capaces de comprender y adorar con locura.