Petit Mal: “Como que nada ocurrió”


Por: Javier González.

En un mundo en el que el algoritmo, las grandes corporaciones y los intereses creados se las apañan para mostrar el “camino correcto” a seguir, haciendo uso de oscuras tácticas con las que mantener adormecida a la mayoría de la población mundial que disfruta de una libertad vigilada en lo que parece ser un escenario de película con el Armagedón de fondo, solo queda espacio para, en la medida de lo posible, abandonar la senda más transitada, desviarse en el siguiente cruce y tratar de rebelarse capitaneando proyectos que conscientes de su escasa accesibilidad comercial, reconforten el alma y suspiren por la independencia creativa. 

En dichos márgenes lleva 15 años moviéndose Petit Mal, un proyecto cercano al folk, rock y otras sonoridades americanas, capitaneado con buen tino por Suso Giménez, cuya nueva obra, “Como que nada ocurrió”, presenta un acertado muestrario de canciones dinámicas perfectamente hilvanas y rematadas con unas letras basadas en la experiencia, donde mayormente se invita al oyente a mirar al pasado y presente, al éxito y fracaso con estoicismo, siguiendo casi al pie del cañón los preceptos que proponía Rudyard Kipling en su fenomenal poema “If”.

“Haré como que nada Ocurrió” arranca como una apisonadora, base marcial y una guitarra emitiendo un riff que es puro fuego, “Quizás sea mucho Pedir” se mueve entre ecos acústicos sin por ello renunciar a un solo imperial y limpio que corta el tema al estilo de un cuchillo atacando mantequilla; el country saltarín de “Mala Elección” y “Desde el Pedestal”, los aires reposados de “Me Conoces Bien” y “Water or Snow”, rescate de su primer disco, “Finlandia”, a la que ahora dan una nueva oportunidad en colaboración con Carolina Otero & the Someone Else; el interesante juego entre slide y saxofón que proponen en “El Ojo del Huracán”, donde sorprendentemente se acercan al arreglo del “What Goes On” de The Velvet Underground, y el ramalazo a rock sureño que desprende “Partimos de un Error”, y el fenomenal cierre que supone “Plain Steel”. 
 
Debemos calificar este “Como que nada ocurrió” de forma más que positiva, ya que sus canciones tienen la capacidad de susurrar interesantes mensajes al oído, invitándote a vivir sin prejuicios, relativizando las cosas buenas y malas de nuestra existencia, por si eso fuera poco, su sonoridad es tan rica como variada, transitando distintos paisajes del rock con acierto, sabiendo sonar delicado y poderoso mostrando un interesante equilibrio en el resultado final, elementos que siguen haciendo de Petit Mal un auténtico disfrute para los amantes de sendas poco transitadas donde residen proyectos tan bellos como un paraje campestre, alegre y colorido.