Antonio Vega

Obras Completas (Emi Universal) + Presentación de “Mis Cuatro Estaciones” por Juan Bosco, (Lunwerg). Madrid, sala Clamores 2/12/2009

Hace ya unos cuantos meses desde que nos enteráramos de la triste noticia de la pérdida de Antonio Vega Tallés (1957/2009). Cuando todavía no nos hemos recuperado y seguimos acordándonos día si y día también, poco a poco se van sucediendo homenajes en distintas zonas de nuestra geografía, sea bien en garitos a los que el Maestro dejó su impronta y paseó su leyenda, como en el caso de El náutico (en O Grove, Galicia) o la sala Bumerang (en Guadalajara). La sala Clamores de Madrid también celebró el pasado octubre su particular homenaje –recordando a Antonio Vega, se llamó–, contando con la banda que le acompañaba a Antonio ­(el maestro Basilio Martí a la cabeza) y con la presencia de numerosos artistas y amigos como Álvaro Urquijo, Quique González o su propio hermano, Carlos Vega, descubriéndose una placa conmemorativa en la sala.

Siguen todavía eventos pendientes, (y los que quedarán), como la plaza que llevará su nombre y que el Ayuntamiento de Madrid le otorgó en pleno barrio de Malasaña, o el concierto previsto en el Palacio de Deportes de Madrid donde se congregará una buena representación de lo mejor de este país, y que ya tiene fecha para el sábado 10 de abril de 2010.

Ahora toca el turno a dos lanzamientos editoriales, por una parte la compañía EMI Universal puso a la venta el pasado 24 de noviembre, una caja de edición limitada y numerada a 5.000 ejemplares en la que se recopila todos los discos en solitario de Antonio Vega, además de sus composiciones con Nacha pop (38 canciones). También se incluye el álbum “Escapadas” añadiéndole siete canciones más que no aparecían en su edición original como “Ay pena penita pena” (del álbum Tatuaje), “Una décima de segundo” En directo con Cómplices, o “Para tocar el cielo” con Tontxu. También incluye el polémico e importunista álbum “Ese chico triste y solitario”. En total 11 CDS + 1 DVD que contiene una actuación en directo de Nacha Pop, un concierto básico de Antonio Vega (con 13 canciones), tres videoclips (Océano de sol, Mi hogar en cualquier sitio y San Antonio) y los documentales Básico Antonio Vega y Nacha Pop 80-88. También incluye un libro de 120 páginas con letras de canciones, fotos, y la biografía de Jesús Ordovás.

Buen documento, sobre todo para los que se acerquen de nuevas a la obra de Antonio, pero para los fans más veteranos no hay mucha novedad, musicalmente hablando, ni tampoco con las imágenes y actuaciones en vídeo. Una pena no poder haber rescatado la última canción que compuso, titulada “Antes de haber nacido”, que iba destinada a ser publicada dentro de un disco en directo que provenía de las actuaciones en directo de su última gira por teatros. Al parecer la última composición, se borró del disco duro y ahí se quedo todo. Esperemos que pronto se pueda rescatar el resto del material grabado de esa gira, que sería una grata alegría para los que esperamos algo más que volver a escuchar el material conocido.

Por otra parte, la editorial Lunwerg, publicó “Mis cuatro estaciones” escrita por Bosco Ussía, con el que así da por finalizado el proyecto por el que llevaba trabajando junto al artista desde enero de 2005 y que se complico mucho en la última etapa debido como es obvio a la pérdida de Antonio. Muchísimas horas grabadas de conversación y material gráfico inédito que han facilitado familia y amigos, arman está biografía o memorias que Juan Bosco nos muestra relatándonos el día a día con el Maestro, en su casa, en los conciertos, mostrándonos toda su humanidad y su forma de vida, por lo menos la de los últimos años. También se recuerda los inicios musicales o sus días junto a Nacho G. Vega en Nacha Pop y otros pasajes o desvaríos que no aportan demasiado y que dan un poco la sensación de relleno. Por otra parte, es curioso como el autor no deja de citar a A. Vega como genio, o ser especial o elegido, cuando el propio artista en su último texto relataba “Cuando vivir no era privilegio restringido yo podía ser feliz sin ser el elegido”.

Como bien dice Bosco nada más comenzar el libro, que nadie espere que las memorias sigan una pauta cronológica, ordenadas por fechas etc. Está claro que según el estilo de vida del protagonista no podía ser de otra manera, pero si se podría haber facilitado al lector un orden un poco menos “caos” que lo que nos encontramos, como el “cansado” detalle de encontrarnos todos los pies de foto aglutinados en las últimas páginas. Pero el contenido del libro, –aunque un servidor opine– que la intensa vida de el maestro diera para escribir varios volúmenes, es lo bastante poderosa en su conjunto y consiga de cierta manera hacer olvidar los demás detalles comentados.

La presentación del libro se llevó a cabo en la sala Clamores, con actuación incluida de la banda que acompañaba a Antonio, y que volvieron a ponernos los pelos de punta interpretando sus temas, como “Caminos infinitos”, “Elixir de juventud”, o “La última montaña”, canción con la que abrieron y que cantó con el alma, uno de los guitarristas más prometedores y con más futuro de éste país, José Barragán, a Basilio Martí también se le veía afectado, pero con ilusión de continuar con Yuri Gagarin, su proyecto actual. Mención especial también para el resto de “los chicos”, con un Jorge D’amico inconmensurable como siempre, Luismi Baladrón al bajo y atreviéndose a cantar algún tema y el gran Tony Jurado a la batería.

Antes de la actuación hubo unas palabras del autor de las memorias, el cual estaba acompañado en el escenario por Carlos Vega, Basilio Martí, Germán (de la sala Clamores), y el editor de Lunwerg. Todos ellos tuvieron palabras de recuerdo a la figura de Antonio. Especialmente emotivas las de su hermano Carlos, en las que además quiso dejar claro su apoyo a Nacho García Vega, –que no sale demasiado bien parado en las memorias, y según nos explicó–, en el momento de sus charlas con Bosco la relación no pasaba por sus mejores momentos y así queda reflejado en las páginas, pero que no dudaría, de que si hubiera habido oportunidad de corregir el libro, serían otras palabras más afectivas las que se hubieran impreso. Puesto que el los últimos tiempos volvieron a retomar una buena relación, tanto en lo profesional como en lo personal. Por su parte Juan Bosco, agradeció a familia y amigos toda su colaboración, comentando lo difícil que había resultado terminar la obra, explicando que “el libro, no es una auto-biografía; es un retrato lírico”. Y palabras para el protagonista ausente como “todo lo que el tocaba lo convertía en especial, y que muy poca gente transmite tanta emoción al cantar”, su estilo de vida; “ordenar la vida de AV no es fácil, el vivía en un caos ordenado, viviendo la vida que el quiso; sabía lo que le gustaba y no miraba atrás”, que “nunca había conocido a nadie tan libre, sin apego a los bienes materiales”.

Quedó claro, después de ver la sala abarrotada y la emoción contenida, como en cualquiera de sus conciertos, que la gente, su público, le sigue echando mucho de menos.

Texto y fotos: Alberto Vicente