Madrid, 27 noviembre 2009.
Después de llenar los teatros del Canal dos noches consecutivas hace un mes aproximadamente, ahora tocaba conquistar el circo Price. Las entradas volaron literalmente, casi el mismo día de salir a la venta se agotaron. La primera batalla era para los Pereza. En Madrid tienen su fortín.
Comenzaron 84, los chicos del sello MoviStar fueron caldeando el ambiente de manera efectiva con su frescura, canciones como Flor de primavera o El burdel de las sirenas hicieron que el publico cantara, bailara y se divirtiera, pero esa noche el protagonismo era para otros. Al final el trío prometió volver al escenario circense para tocar y ser ellos los que llenen la sala.
Llegaba el momento de los protagonistas. La hora de Pereza.
A las 22:00 con el circo a oscuras, Rubén y Leiva tiraron de la cuerda que enciende la gran lámpara que iluminó toda la sala, y allí estaban ellos, con una de sus habituales poses chuletas haciendo su primera aparición en escena de la noche. Todo estaba listo, los músicos en sus puestos y la gente enloquecida con la aparición.
Comenzaron con Leones de su último disco, a este tema le siguieron Como lo tienes tú, Animales, Conjunto y Estrella polar de sus trabajos anteriores. El comienzo fue vibrante, el publico ya estaba entregado para la causa de los Pereza.
Ya con las masas en el bolsillo se arrancaron para hacer un repaso a temas de Aviones, Voy a comerte, 4:26, Amelie, Windsor. Tras esta, Rubén tomó el micro para declarar que -Cuando era pequeño tenía un disco que se llama A por ellos que son pocos y cobardes-, -Estar en una banda de rock es como estar en un puto barco pirata- Llegó el momento de una de las canciones preferidas por la gente, Pirata.
Llegados a este punto Rubén y Leiva se colocaron en el centro del escenario con sus guitarras y comenzaron a tocar y cantar a dúo unos breves acordes de We can work it out. Es divertido, hasta cierto punto, ver como la masa de jóvenes que abarrotaban la sala se miraban sin saber de que se trataba hasta que evidentemente Leiva gritó eso de -Beatleeeeeeeees- la canción de los Fab Four hizo de introducción al tema que lleva por titulo el nombre de la banda británica.
Hay que echar un vistazo a la historia de la música contemporánea chavales.
Uno de los momentos con más emoción de la noche fue cuando sonó Llévame al baile, la gente aunque en ningún momento dejó de cantar, en este tema dejaron de hacerlo con tanta fuerza para escuchar con más atención. Una canción realmente bella. Después Violento amor.
Estábamos en Madrid y tocaba hacer homenaje a la ciudad, Madrid canción que hizo la locura de la gente. Recuerdo para míticos lugares de la capital. Después, Lady Madrid. Tras esta honra a la ciudad, la sala se tiñó de rojo intenso, comenzó a sonar la guitarra de Rubén de manera obsesiva, mientras, el publico con los brazos en alto daba palmas, un momento digno de ver, las luces, las manos de absolutamente toda la sala en alto. Impresionante. Ruben se preguntaba ¿Dónde estarás esta noche? Margot. Con un final de canción de locura, con los flashes y los dos perezosos bailando por el escenario con sus habituales poses.
Seguimos con canciones de aquel aproximaciones de 2007, era el turno de la que le dio el titulo, Aproximación, seguida de Por mi tripa que Leiva aprovechó para dedicar a su amigo Jesús Fornier. No estábamos solos pero llegó la magia de Todo, todos lo queríamos todo pero ya se empezaba hacer muy tarde y tocaba empezar a encarar el final.
En la última recta del espectáculo nos regalaron Que parezca un accidente, Grupis, Está lloviendo y una inesperada y sorprendente versión del Stand by me popularizada por Ben E. King, para después hacernos temer que todo se había terminado con Pienso en aquella tarde, pero no fue más que un espejismo, aún nos guardaban dos balas.
La vuelta fue sorprendente, Tuli apareció solo con una media tapándole el rostro y con una pistola en la mano soltando disparos al aire, acto seguido salieron el resto de la banda con pañuelos y gafas tapándoles la cara, iban a atracar a alguien, al Señor kioskero. Superjonkies cerró la noche. Al final Leiva recordando palabras que utiliza Bruce Springsteen, dijo que su labor es hacer que el precio por el que se ha pagado la entrada resulte impagable.
Una noche fantástica de diversión y buena música. Después de dos horas y cuarto, la gente no se quería marchar del recinto, se quedó con ganas de más.
Cuando sales del recinto después del espectáculo, lo que llama la atención es la cantidad de canciones que Pereza ha conseguido meter en la cabeza de la gente, canciones que hasta los retractores de la banda, los que no les gusta el rock o la gente que no consume música serían capaces de reconocer y cantar.
Bravo por ellos, y por pasear el nombre del Rock and Roll por lugares insospechados.
Texto Iván González.
Fotos AlixFlash.
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