Veintiuno “Aprendiendo a respirar” (EP)


Veintiuno es una nueva propuesta de acercamiento al pop-rock nacional, que surgida en Toledo y desarrollada en Madrid, trata de ofrecer un punto de vista diferente en la escena independiente.

Para conseguir este complicado objetivo, tienen claras cuáles son sus herramientas: Estructuras pop (esquemas, duración, temática), guitarras rockeras (que pasan de potentes rifts a punteos melódicos), presencia de capas atmosféricas (de tendencias oscuras y apagadas unas veces y claras y optimistas en otras), importancia de los teclados (convertidos en bases musicales o elementos de armonía) y un apartado vocal que se transforma en un instrumento más (se mantiene siempre dinámico, se funde con coros, busca transmitir la fuerza del directo y trata de expresar un mensaje claro).

Estamos ante una banda que aborda con un sonido de los 90, lo que otros hacen partiendo de los 80. Sin embargo, su música es contemporánea, al igual que su espíritu y sus influencias, pues podemos destacar el rock anglosajón y el indie nacional más actual cómo elementos referenciales; así como afinando un poco más, podemos percibir unos teclados nacidos de Muse y Coldplay en “Aprendiendo a respirar” o ligeras influencias de un pop patrio con Vetusta Morla como punto de partida en “Desde la Azotea” o Love of Lesbian en “Funeral”. Todo ello magnetizado por una voz pop que canta temas de rock. 

En definitiva, algo original, a lo que se suman ganas de crear una nueva vía que les separe de las continuas hornadas de grupos noveles. De hecho, para ello, tratan de mostrar diferentes facetas en un EP que con sólo 6 canciones, contiene: rock de sentido acompasado y sinfónico (“Aprendiendo a respirar”), rock espídico, agitado y bailable (“Funeral” y “Cronopatía”), pop-rock de connotaciones nacionales (“Susurros” y “Desde la azotea”) y una balada de vertiente íntima y lírica con un teclado como base (“Incandescente”).

En definitiva, estamos ante un grupo que trata de añadir nuevos ingredientes a una receta común, con el fin de que nos sorprenda al llevárnoslo a la boca (algo que posiblemente se haga más evidente en directo, pues el peso dado a la voz, la inclusión de los teclados y las potentes baterías son elementos que ganan en directo y deben ser juzgados allí).

Estamos por tanto ante un grito en la multitud que merece ser escuchado y valorado, pues posee la calidad y las ganas necesarias para seguir creciendo y alcanzar nuevas cotas.


Por: Rubén López