Rosendo: “Vergüenza Torera”

Con pocos, muy pocos artistas de nuestro panorama, quizás apenas cinco, a lo sumo diez, uno puede confesar que lo primero que se le pasa por la cabeza a la hora de comenzar a escribir un intento de texto es solamente una palabra, una sola palabra con la que pretender expresar lo que se siente por el personaje en cuestión, que en éste caso no es lo siguiente: Respeto. 

Y es que claro el tipo que hoy nos ocupa no es ni más ni menos que Rosendo Mercado, probablemente el rockero más grande que jamás haya dado nuestro país, pero no solamente por su impresionante trayectoria, tanto al frente de Leño como en solitario, que también, sino por su cercanía y afabilidad, las cuales tantas y tantas veces nos han demostrado que sí, que los más grandes son siempre los más sencillos, tal y como ocurre con su caso. 

Vuelve, por enésima vez, bueno más bien volvió meses atrás, con su enésimo álbum presentado, tan franca y sencillamente como marca la costumbre, bajo la etiqueta de “Vergüenza Torera”, un título que no ni lo que ha sido su carrera a lo largo de tanto tiempo ni tampoco lo que exige hoy en día a los gestores y políticos, cada vez más decrépitos, inmorales y decadentes, de una sociedad que con sus malas artes y triquiñuelas se están encargando de asfixiar, protagonista principales ambos, tanto unos como otros, de las letras del álbum que desbordan crítica y que parecen invitar a una revolución aún más que pendiente. 

En lo puramente musical debemos celebrar que se siga tratando de un álbum que, como era de esperar, es continuista, apostando claramente por una forma de tocar la guitarra y facturar riffs marcadamente urbanos que ha calado hondo en el imaginario colectivo del rock estatal, siendo capaz de seducir a miles de personas de diversas edades y épocas, aderezado además con la particular forma de frasear de Rosendo, otra de las grandes marcas de fábrica que el maestro de Carabanchel nos ha legado para la posteridad, que tan bien le sientan a sus composiciones. 

Como suele ocurrir en éste tipo de discos, son las sucesivas escuchas las que nos muestran este “Vergüenza Torera” en toda su extensión, pero así a primera vista debemos destacar el afán combativo de canciones como “Venga Vueltas”, “Haciendo Cábalas” y “Muela la Muela”, tres cortes que solamente podría firmar Rosendo, la relativamente épica “Autócratas”, donde desde el respeto pone a caldo a “Autócratas henchidos de hiel y su corte clerical”; también la sorprendente y preciosista “A Remar”, donde entona un texto escrito por su hijo Rodrigo, y el optimismo vital de “Cuando” para despedirse con otra canción marca de la casa como es “Ni Fu, Ni Fa”. 

Con “Vergüenza Torera”, Rosendo nos deja bien a las claras que sigue siendo uno de los grandes francotiradores de nuestra música; demostrando que sigue siendo aquel tipo extremadamente normal que lleva más de tres décadas desenmascarando la realidad de la calle, sin edulcorantes ni miopías y sin aires de cultureta trasnochado, tan absolutamente necesario hoy en día como lo ha sido siempre. Al fin y al cabo, uno de los nuestros. Muy grande, sí señor. 

Por: Javier González/javi@elgiradiscos.com