Arizona Baby: “Secret Fires”

Javier Vielba pertenece a esa estirpe de músicos que da la sensación de no poder, ni querer, establecerse en un punto fijo, y su vocación por experimentar y salirse de una zona de confort les lleva a estar en continuo movimiento. A su papel principal en Arizona Baby hay que añadirle en los últimos tiempos su participación en el proyecto Corizonas, junto a los “surferos” Los Coronas, y la creación recientemente de su proyecto personal El Meister. Ahora es el momento del nuevo disco de los vallisoletanos, del que además es productor. 

Parece lógico pensar que precisamente ese paso por variados ambientes ha terminado por ser uno de los detonantes para que este Secret Fires contenga en su interior un cambio bastante significativo con respecto a lo realizado hasta la fecha por la banda. Si a lo largo de su discografía, éste sería su tercer trabajo, obviando el EP The Truth, the Whote Truth and Nothing Bt the Truth, se habían significado por representar el sonido americano en una vertiente sobria, acústica y profunda, en esta nueva grabación esas características, aun formando todavía parte, han sido sometidas a un incremento de matices considerable. El resultado es un disco que manteniendo esas raíces están presentadas de una manera mucho más diversificada y condimentada a base de multitud de tonalidades.

A la hora de mencionar los aspectos concretos que diferencian este álbum sería sobre todo uno, que a la larga termina por estar interconectado con otro. Se trata de la determinación por añadir a esa mencionada forma de esculpir su sonido un trabajo instrumental más complejo, aportando muchos más detalles. Un hecho que guarda relación, y se complementa, con la visible evolución a la hora de cantar del propio Vielba, algo patente en cada nuevo paso dado, que amplía el rango a la hora de interpretar. 

El disco tiene truco en su inicio, porque si después de presentarlo como poseedor de un cambio de rumbo uno se fija en sus dos primeras canciones, puede que esa sensación no termine de manifestarse. Ambas toman el sonido americano puro, la primera, Real Lies, por medio de un casi hard rock muy rítmico, mientras que It Helps If You Sing apostando por un sonido más folk-country, que podría encajar en cualquiera de sus pasados álbumes. Pero a partir de ahí vamos a asistir a una heterodoxia y variabilidad a la hora de afrontar el género, a pesar de que sigue habiendo acercamientos a la metodología clásica. Por ejemplo el muy dinámico tono campestre, en tono rock, de Owners of the World, o la sombra de Johnny Cash que se asoma en Here Today, Gone Tomorrow, aunque poniendo énfasis en su parte pop. Melódicos y melancólicos, con cierta querencia hacia The Jayhawks, se van a mostrar en Don't Look Back (On Yesterday), mientras que visitarán el blues sureño setentero en Time to Go

Esa mayor apertura musical que contiene el disco se observará sobre todo en canciones como Wooden Nickles, donde el pop-rock que guarda puede llegar incluso a recordar a REM. La psicodelia dejará sus sello en varios composiciones, de manera difusa como en Gather Round the Fire, poseedora de una genial melodía, o de forma más evidente en New Road o My Love, las que parecen embebidas por The Beatles cuando se acercan a este género o por bandas como Country Joe and the Fish o The Doors. Word After Word pondrá un colofón magistral a base de épica y profundidad.

Secret Fires se mueve, en cuanto a sus letras, en varios planos: en el más íntimo o personal, en el de acercarse al momento actual de caos en el que vivimos e incluso en la mezcla de ambos, expresando las diferentes formas en las que enfrentarse al contexto; ya sea con indignación, con optimismo e incluso desde perspectivas escapistas. Si a esto le añadimos lo ya comentado, su apuesta musical por ampliar los márgenes en el que se mueve Arizona Baby, tenemos su disco más personal, completo y mejor acabado. Palabras mayores.

 Por: Kepa Arbizu