Entrevista: Igor Paskual

“Siento que estoy en mi mejor momento, en ese punto entre serenidad y energía del que estoy disfrutando mucho”

Por: Sergio Iglesias

Igor Paskual se encuentra en plena gira de presentación de su segundo trabajo en solitario. “Tierra firme” es un variado catálogo de temas en el que el músico vasco-asturiano navega por el punk, el rockabilly e incluso el pop para acabar siempre en ese espacio de seguridad en el que se encuentra tan cómodo: el rock, su verdadera “tierra firme”. 


En muchas entrevistas y artículos te muestras un tanto pesimista y crítico con el rock español actual. ¿Presentas “Tierra firme” como una solución posible a estos males? 

Igor Paskual:  Bueno... yo no soy pesimista exactamente con el estado del rock español. En lo que sí insisto, y es lo que quiero matizar, es que no creo que el rock en España se haga mal, todo lo contrario. Se hace muy bien, pero se hace siempre igual, se utilizan siempre las mismas fórmulas y parece que estamos haciendo siempre el mismo disco. Eso entra, además, en contradicción con lo que, por definición, debería ser el rock: un estilo poco conservador y, a veces, en España lo es demasiado. En ese sentido, “Tierra firme” intenta abrir un camino diferente y la gente es la que debe juzgar si lo ha conseguido. Sí que busco hacer una forma de rock distinta, pero sin que deje de ser rock, por supuesto. No intento crear una vanguardia ni nada parecido, es un intento de abrir puertas en un estilo que creo que huele demasiado a cerrado. Pero con eso no quiero decir que mis compañeros lo hagan mal... lo hacen siempre igual pero no mal. 

¿Crees que también puede haber un problema de promoción desde los medios que siempre apoyan esas mismas fórmulas de las que hablas? 

Igor Paskual: Por supuesto. Además yo sé que hay un montón de gente haciendo cosas distintas en un ámbito muy cerrado, pero es verdad que cuesta un mundo hacerse oír y, por eso, los grupos, cuando encuentran una fórmula para hacerse oír, se agarran a ello porque saben lo difícil que es que te hagan caso. Es un problema que afecta no sólo a los músicos de rock, sino a todos los músicos y que es la dificultad de difundir tu música y, de hecho, es más fácil leer una entrevista mía en algún sitio que oír una canción de mi disco. Se ha perdido el efecto sorpresa de los 80 y los 90 de que, de repente, te sorprendiera una canción. 

Y dentro de esas cosas distintas que se están haciendo, ¿hay alguna banda o artista que aconsejarías? 

Igor Paskual: Me gusta mucho Cabezafuego, me parece muy divertido lo que hace, también me gusta El Columpio asesino, aunque no es el tipo de rock al que yo pertenezco, y dentro de términos más estándar, unos chicos de Huesca que se llaman Amorica. Y luego, no suelo escuchar mucha música española en inglés, pero tienen cierta gracia las Hinds, por su descaro y porque creo que lo hacen muy bien. Pero sí pienso que hay gente que hace cosas interesantes. 

Dices que El columpio asesino no es el tipo de rock al que perteneces pero, con tanta variedad de sonidos, es difícil definir en este disco cuál es ese tipo de rock al que dices pertenecer... 

 Igor Paskual: Se trataba de eso. Cuando tienes mi edad y has sacado tantos discos como yo, no sólo en solitario, sino con Babylon, con el Loco..., lo lógico es que, como consumidor de música, vayas abriendo una paleta estilística con lo que quieres reflejar. Eso también nos da idea de que el rock and roll es un género muy permeable y que se puede mezclar fácilmente con muchos estilos: se puede coquetear con el pop, se puede exagerar y llevarlo al punk, se puede combinar muy bien con electrónica, se pueden realizar arreglos orquestales con cierta facilidad, se puede estar cerca del country o incluso llevártelo a terrenos como el rockabilly en temas como Casanova, que es un rockabilly contemporáneo. El rock es un género que nace en los 50 de una mezcla de estilos y es lo que se debe seguir haciendo para que no caiga en esa especie de “incesto” de juntarse sólo con cosas afines, el rock no puede ser incestuoso, tiene que mezclarse con cosas distintas, las razas siempre mejoran con la mezcla. 

De hecho, a lo largo del disco no das tregua con medios tiempos como “Tierra firme”, temas mucho más cañeros como “El cielo es poco acogedor II” o “Nuevo cine español”, pasando por el glam más Babylon de “Alborada” y el cabaret de “Poemas”, para llegar a un sosegado final con “Tú y yo” y “Sin miedo”... 

Igor Paskual: Sí, hay varios estilos pero enfocados todos desde el prisma del rock y esto es lo que hace interesante el disco. Relacionado con esto, a mí me llamaba poderosamente la atención el primer disco de Ilegales donde podías encontrar canciones como “Caramelos podridos” mezcladas con otras como “La casa del misterio”. O en el segundo que te encuentras “Soy un macarra” y, a la vez, temas tan tiernos como “Para siempre” o “La chica del club de golf”. Eso es lo que me gusta del rock, que dentro de un mismo disco se puedan expresar cosas casi contrarias, porque así es como somos las personas, tenemos muchas caras que hay que reflejar y los estilos nos ayudan a conseguirlo. 

En cuanto a las letras, también encontramos una variedad en la temática de las canciones pero sin alejarse de un cierto lirismo casi literario, que demuestra tu extraordinario manejo del lenguaje. Después de compaginar la música con otros trabajos escritos, ¿te sientes más escritor o músico? 

Igor Paskual:  Me siento más músico y ese es mi oficio. Lo que pasa es que la música te obliga a girar, a estar en el estudio y también a escribir. Lo que me aporta la escritura es cierta calma para no obsesionarme con la música que, sobre todo cuando estás de gira, consume mucho de ti emocionalmente. Las giras te exigen mucho y creo que la escritura me devuelve cierta reflexión que a veces pierdo cuando estoy por ahí. Pero definitivamente me siento más músico, aunque, como te digo, la escritura me da mucho. Si sólo fuera escritor me aburriría terriblemente, pero también te digo que, si sólo estuviera de gira todo el año, no me aburriría porque es imposible pero, como persona, me volvería más gris, porque hay un momento que te acabas anulando y la escritura te aporta esa reflexión. 

Centrándonos ya en temas concretos del disco, en “Napalm” cantas “Todo lo que sabes lo aprendiste de Perón hasta que descubriste que la revolución, la verdad universal y la hiperinflación dependían del camino que tomara aquel balón”. ¿Crees que el fútbol ha adquirido una dimensión tan importante en esta sociedad? 

Igor Paskual: Absolutamente. Sobre todo en países de Sudamérica, donde han cogido un deporte inventado por ingleses y lo han reconvertido en patrimonio nacional. De hecho, yo mismo cuando estuve en Buenos Aires, el primer museo al que fui era el de Boca Juniors, por ponerte un ejemplo. Sí pienso que el fútbol es un gran articulador de la sociedad y las comunidades que, a falta de un sistema educativo sólido, crean su identidad alrededor de los equipos de fútbol, a veces en el buen sentido y otras no tanto. Date cuenta que los mitos en Argentina son Eva Perón, Gardel, el Che Guevara... y Maradona, el único mito viviente que hay en el mundo. En España estamos llegando a eso pero de una manera muy cutre, ya que el mundo del balón lo domina todo y la tertulia deportiva se ha convertido en una especie de “Sálvame” para hombres, donde la reflexión brilla por su ausencia y se ve la escasa sintaxis, los escasos valores que transmite... Estas tertulias me parece que ocupan mucho espacio, que están contaminando todo y que todos los planes educativos que tú hagas, todas las inversiones que realices en cultura se van al garete cuando un programa de esos dura cuatro horas. A mí me parece que el fútbol es muy bueno como creador de esperanzas pero, hablando de lo negativo, a veces condiciona mucho nuestro estado de ánimo el hecho de que una pelota entre o no en la portería y nos hace olvidarnos de problemas que son más importantes... Y lo digo siendo un auténtico fanático del fútbol. 

En “Opulencia” abordas el tema del egoísmo y la avaricia. ¿Es este el verdadero problema? 

Igor Paskual: “Opulencia” estuvo a punto de quedarse fuera porque tiene una letra bastante vulgar, habla mucho de nuestros instintos más básicos. Pero precisamente se quedó por eso mismo, porque me apetecía que ese lado vulgar que todos tenemos estuviera patente. Aunque pretendamos ser exquisitos no siempre hay por qué serlo. En cuanto al tema, constantemente estamos viendo la opulencia de los hombres poderosos de la política o del mundo de las finanzas que lo tienen todo al alcance de su mano y que pueden comprar todo lo que quieran... hasta el deseo. El rock a veces te permite este tipo de venganzas simbólicas frente a todo eso y decir que nosotros, los que no pertenecemos a esa clase, gracias al rock a veces también podemos tenerlo todo. Estamos bombardeados constantemente de imágenes que estimulan el querer tenerlo todo aunque sepamos que eso es imposible. En ese sentido, “Opulencia” es una manera de superar esas frustraciones creadas por este mundo moderno. 

En “Poemas” nombras a Pessoa, Kavafis, Bukowski, Safo...¿Hay alguno de estos que te inspira más que el resto? 

Igor Paskual: Mi poeta favorito es Kavafis, que mezcla muy bien ese mundo helenísitico que a él le gustaba tanto, un mundo con un gran gusto por el refinamiento pero a la vez en decadencia. También transmite muy bien el mundo sensual de las relaciones nocturnas, el gusto por el vino... es un autor muy mediterráneo que estuvo reescribiendo constantemente sus poemas y creo que cada frase suya era un lujo. Mi otro poeta favorito es Yevgueni Yevtushenko , un tipo que en la Rusia comunista llenaba estadios, algo que ahora nos parece increíble. Hacía una poesía muy optimista y humana. De todos modos, “Poemas”, aparte de un homenaje a estos poetas, también es un canto al mundo de la gastronomía. Con todo el tiempo que pasamos comiendo en este país, le hemos dedicado muy pocas canciones. Entiendo que los ingleses no lo hagan porque tienen una comida de mierda pero nosotros hablamos muy poco de comida en las canciones y me parece un tema muy atractivo. 

¿Qué tal está yendo la presentación del disco en directo? 

Igor Paskual: Está yendo muy bien. Sobre todo porque llevo una banda de excepción, potente, enérgica y muy versátil para poder afrontar los cambios que hay en los discos que estamos tocando. Cuenta lo mismo que “Tierra firme” pero de otra manera porque un directo no deja de ser eso... contar el disco pero con otra narrativa. Tengo 40 recién cumplidos y siento que estoy en mi mejor momento, en ese punto entre serenidad y energía del que estoy disfrutando mucho. 

¿Quiénes forman la banda en directo? 

 En la guitarra, mandolina y coros llevo a Ángel Miguel, en la batería y coros está Alejandro Blanco, Antón Ceballos al bajo y el productor de mis discos Carlos Stro a los teclados y sintetizadores. Me parecía muy importante llevar a Carlos, que es uno de los productores más interesantes del país, para trasladar de la mejor manera lo que hicimos en el estudio. Con esta banda te aseguro que nadie se va a arrepentir de haber pagado la entrada, cosa que además agradezco mucho. 

Estando con el principal representante del glam en España es inevitable hablar sobre David Bowie y lo que supone su pérdida para el mundo de la música... 

Igor Paskual: Yo pienso que, desde el 10 de Enero vivimos en un mundo post bowie, un mundo sin él, sin un tipo que nos marcaba constantemente nuevos caminos y formas de hacer música. Yo me siento un poco huérfano y eso sé que le pasa a otra gente. Es un tipo que yo conocí cuando era adolescente pero, a diferencia de otros ídolos, Bowie permaneció y mi admiración por él creció a lo largo de los años. Lo curioso es que la gente se acerca a mí y me da el pésame como si fuera un pariente mío. Me da mucha pena su muerte pero me hace ilusión que, aunque sea por mi admiración manifiesta hacia él, la gente se acuerde de mí cuando se habla de él. En todos los conciertos estamos tocando “Camaleón”, un tema de Babylon Chat que le dedicamos en “Bailando con Brando”. 

En breve comenzarás con la promoción del nuevo disco de Loquillo. ¿Cómo compaginas los diferentes proyectos? 

Igor Paskual:  Yo termino la primera parte de la gira el 1 de Abril en Barcelona y el 8 de abril ya sale el nuevo disco del Loco, antes saldrá el single y el video que ya hemos grabado y estaremos todo el año de gira con él. Posteriormente volveré con la segunda parte de mi gira y sacaré un par de canciones que se quedaron fuera del disco porque no me encajaban. A nivel de agendas es mas fácil compaginar las dos cosas ahora porque tenemos la misma agencia de management, pero a nivel de trabajo es algo muy intenso y casi me he quedado ya sin vida social. En el plano musical sí que diferencio muy bien lo que es el proyecto de Loquillo que es él, con su voz, con una personalidad muy marcada, con sus gustos y sus registros, de mi proyecto. Pero a la vez aprendo mucho de él y luego me sirve para mi carrera en solitario, y al revés, todo lo que aprendo yo solo también lo aplico a la banda. Es un camino de ida y vuelta muy interesante en el que lo que cambia es la manera de plasmar esa música. Es lo que me parece más atractivo de la música, estar siempre aprendiendo. 

¿En qué faceta te sientes más cómodo? ¿Como líder de tu banda o como secundario de Loquillo? 

Igor Paskual: Las dos. Ahora que estoy con mi gira te digo que me encanta la sensación de estar en medio de ese gran mundo sonoro interpretando mis canciones. Pero reconozco el estímulo que es estar tocando al lado de Loquillo, que tiene una energía descomunal, con una banda impresionante y con la retroalimentación que hay con el público. Ese es uno de mis problemas, que me gustan las dos facetas y que me niego a elegir. Es un poco como decía Liam Gallagher cuando le preguntaron qué equipo le gustaba más, él dijo que el Barcelona y el Madrid. Cuando le dijeron que eso no podía ser dijo: “soy una estrella del rock y me gusta lo que me sale de los cojones”. Pues esto es así, me gusta mucho escribir, me gusta mucho tocar y me encanta estar con el Loco y espero compatibilizarlo durante mucho tiempo porque es un lujazo.