Por: Kepa Arbizu
Podría parecer que la cosa es tan sencilla como escoger de nombre artístico Elvis y esperar a que llegue el éxito. Pero la realidad pocas veces es tan sencilla, tal y como queda patente a lo largo de esta autobiografía escrita por Declan Patrick MacManus , más conocido para el gran público como Elvis Costello, que además de presentarse como todo un homenaje a la música, tanto en su esfera artística como en la vital, es también la radiografía de una esforzada carrera que abarca desde unos airados y dificultosos inicios hasta la consecución del reconocimiento y la admiración por un amplísimo y variado espectro de seguidores y compañeros.
A lo largo de las casi ochocientas páginas que forman "Música infiel y tinta invisible" , el autor de "Alison" relata con ese tipo de escritura que tantas veces se ha podido adivinar entre sus composiciones marcada por la ironía, realmente ácida en ocasiones, y un elegante desparpajo su periplo personal y profesional. Un recorrido, que abarca desde su nacimiento hasta la actualidad, plagado de reflexiones nada condescendientes ni con el entorno ni consigo mismo, saliendo en su propia defensa solo ante episodios puntuales que apuntaban hacia acusaciones de misoginia o racismo. La forma escogida para articular todo ello es una sucesión de acontecimientos que prescinden de cualquier orden cronológico, a pesar de lo cual su discografía sí mantiene una coherencia temporal, logrando así enfrentar diferentes épocas del músico, como atestigua por ejemplo que en un intervalo mínimo pasemos de una de sus precarias actuaciones durante sus comienzos a presentarse en un gala departiendo con Obama.
Una historia, la de su vida-carrera, que evidentemente echa el primer vistazo a sus orígenes, a medio camino entre Londres y Liverpool, en los que destaca la presencia de una familia en la que la música, representada de manera más patente, que no única, en la figura de su padre, Ross, cantante en la orquesta de Joe Loss, pero también la literatura, el cine e incluso la política, marca definitivamente la deriva de un joven al que vamos a acompañar en la construcción de una trayectoria donde se suceden episodios como la aparición del sello Stiff, la creación-separación-reconciliación de los Atractions, sus problemas con la fama, las innumerables colaboraciones o su matrimonio con Diana Krall, clave para el establecimiento de un espíritu más “apaciguado”.
Lo más destacado para aquellos seguidores de Costello, y en general para el lector con mayores inquietudes musicales , probablemente lo constituyan las muchas, y variadas, explicaciones y análisis acerca de la creación, tanto en el contexto artístico como emocional, de muchas de sus canciones, de las que conoceremos sus planteamientos pero también, y es algo que ayuda a ensalzar su no siempre considerada altísima aptitud para las letras, la naturaleza y origen de los textos que contienen. Otro elemento llamativo, aunque su reiteración a lo largo de un libro tan extenso le confiere un tono algo repetitivo, es lo que se podría definir como la recreación de un álbum de fotografías plagado de encuentros con compañeros que termina por presentarse como un reflejo de la historia de la música popular. Entre esos nombres algunos estarán más apegados a su carrera (Nick Lowe, Paul McCartney, Burt Bacharach, Allen Toussaint o T Bone Burnett) mientras otros significarán un encuentro de mayor o menor trascendencia (Bob Dylan, Joni Mitchell, Chet Baker…).
En definitiva "Música infiel y tinta invisible", como autobiografía que es, supone un repaso por el perfil personal y profesional de Elvis Costello, pero lo más importante que contiene es la plasmación de la imagen de un hombre que ama la música, que la ha convertido en motor de su vida y que con el paso de los años ha logrado integrar su nombre al de tantos de sus ídolos, llegando a convertirse en uno de ellos pero sin perder nunca la pasión ni la emoción.
