Black Lips: "Satan's Graffiti or God's Art?"

Por: Artemio Payá 

 Ya están de vuelta nuestros queridos gamberros de Atlanta, unos tipos que gustan por igual modernos y a garajetas o bueno, no a todos porque tras su cambio con el “Good Bad Not Evil” en el que pasaron de removerse en el fango de las series Pebbles a modular su sonido hacía el Nuggets hizo que muchos de sus seguidores de la vieja escuela miraran hacía otro lado. Desde mi punto de vista nunca han bajado el nivel y sobre todo “Arabia Mountain” como “Underneath the Rainbow” demostraban con creces que estaban en forma. En este nuevo trabajo, “Satan's Graffiti...or is it God's Art” y ya con Ian St. Pé fuera de la banda recuperan en la manada a su viejo compinche Jack Hines y se ponen a las ordenes de Sean Lennon como productor. 

Si excluimos la obertura, nos encontramos de bruces con los Black Lips más descacharrados y desfasados, quizá recordándonos a la vieja tropa en una efectiva “Occidental Front”, una especie de desquiciada psicodelia cowboy en la que cuentan (¡Toma ya!) con la colaboración de la mismísima Yoko Ono. Tras ella aparecen dos de las mejores canciones del álbum (“Can't Hold On” y “The Last Cul de Sac”) que hacen honor a esa etiqueta llamada flower punk que ellos mismos acuñaron. Y es a partir de aquí dónde empiezan algunos problemas puesto que entre las siguientes cuatro canciones incluyen tres interludios, lo que supone una montaña rusa que hace no llegues del todo a conectar con “Satan's Graffiti...” y no es que las canciones no estén al nivel, ya que tanto la tontorrona “Crystal Night”, el pildorazo de “Squatting in Heaven” o el sixties punk de “Rebel Intuition” son bien refrescantes, pero los constantes parones lastran el resultado. 

Hacía el final vuelven a centrarse y a dejarse de conceptualidades y atacan seis cortes del tirón que si exceptuamos la efectiva “It won't be long” suponen un chapuzón de psicodelia bañada en absentha, estricnina y taberna oscura donde se atreven hasta con las acústicas en la borrachuza “Loser´s Lament”. En definitiva, sensación agridulce. Han querido ser más ambiciosos y aunque no estamos ante un mal disco ni mucho menos si que se nos hace bastante largo cosa que hasta la fecha no me había sucedido con ninguno de sus trabajos anteriores.