Antonio Corduba (Desencuentro Enemigo): "Es verdad que cada vez somos menos, pero los que estamos somos muy guerrilleros"


Por: J.J. Caballero 

Los eventos dotados de tanta autenticidad como este del que hablamos a continuación deberían ser prescritos periódicamente, aunque sólo fuera como antídoto contra el aburrimiento y la uniformidad imperantes en una ciudad que se mira al espejo y sólo se reconoce en el cambio no aceptado por unos cuantos espíritus que aún creen que la música, la de verdad, sigue teniendo el poder transformador de antaño. Al menos esa capacidad beligerante, tan cercana a la concordia como al afán unificador, nunca la perdieron quienes tuvieron la brillante idea de parir hace ya la friolera de veintitrés años una idea que lleva dando sus frutos desde entonces, y con visos de continuidad eterna. 

El Desencuentro Enemigo, que vuelve a celebrarse en Córdoba después de 16 años de idas y venidas a lo largo y ancho del territorio nacional, es más bien un encuentro, un anti festival que es a la vez todo lo que ello conlleva y una oportunidad única de sumergirse en los sonidos alternativos que habitualmente refulgen en un underground que por fin empieza a dejar de ser maltratado. De todo lo que concierne a la organización y gestión de esta bendita locura se encarga Antonio Corduba, un alma cándida de sonrisa cálida y oídos acogedores que dejó de frecuentar la arena del ruedo del rock and roll con la frecuencia que debiera y a quien sus múltiples menesteres familiares y laborales no le impiden seguir siendo el timón de una barcaza a menudo plagada de náufragos. Con él es un placer departir, alternar e incluso compartir alguna que otra libación como previa y cierre a una noche como las que se avecinan. Y no es poco lo que nos aguarda.

Edición vigésimo tercera del Desencuentro Enemigo, un evento largamente esperado por los fieles pero aún sorprendentemente ignorado por mucha gente que a estas alturas se sigue preguntando qué es esto, quién lo organiza y cuáles son las actividades y conciertos. Parece increíble, ¿no? 

Antonio Corduba: Bueno, el tema del Desencuentro hay gente a la que no le sonaba y otra a la que le pasa lo contrario. En “Maneras de Vivir”, por ejemplo, suele salir mucho y hay mucha gente ahí metida, y mucha gente por ejemplo en los foros del Azkena y otros sitios. Luego hemos sonado tanto porque hemos traído a gente buena: A Freedonia, a Julián Maeso… Hace un año llevamos hasta a Los Enemigos sin poner su nombre, entonces es verdad que también es un poco raro y entiendo que haya gente que no sepa de qué va el tema. 

Al final sigue siendo un proyecto que mueve a muchísima gente y en esta ocasión no solamente de Córdoba, sino de fuera también. Incluso creo que podría tener más aceptación, o al menos haber más información, fuera de la ciudad que aquí, que es justamente donde se va a celebrar esta edición. 

Antonio Corduba: Tú sabes que de Despeñaperros para arriba el tema musical es muy diferente, sobre todo en la zona del País Vasco o Galicia y claro, la parte de Madrid, que hay mucha gente que viene de esa zona. A lo mejor el tema pasa un poco desapercibido por aquí, pero cada vez se va juntando más gente y es lo más chulo. No sé si es también porque subimos el nivel, o porque hay un rollo muy guapo… Por ejemplo, aquí creo que estamos entre 83 y 85 personas apuntadas, y ha evolucionado mucho. Gente que viene con niños, o con los abuelos para que les cuiden a los niños, o gente que viene muy tarde y no puede a ir a algún concierto, como algunos que vienen de Lugo, trabajan y se vienen ese mismo día y pillan la entrada. Es un rollo que muchas veces parece un poco hasta secta. 

Es lo que tiene el underground, que todavía hay quien lo tilda de eso, de especie de secta. 

Antonio Corduba: También, pero la verdad es que traer a 80 personas a un sitio como Córdoba, pues la gente está muy encantada y mientras que no diluvie no hay problema. Estamos en el puente de diciembre y tampoco podemos pedir que haga una temperatura perfecta. 

También tiene ese componente de hacer turismo. Turismo musical, claro, porque es una buena ocasión de escuchar rock and roll en directo y de visitar salas que de otra manera muchos tampoco visitarían. 

Antonio Corduba: Sí que es verdad que el cartel, si te das cuenta, incluye a locales que han destinado su tiempo a esto (y es una de las cosas que yo tengo claras). No todos los locales pueden disponer de eso, tenlo por seguro, pero yo no quería que un local se quede la pasta de un grupo que viniera aquí con 80 personas más la gente que pueda venir, cuando no invierte durante todo el año en temas de rock, con sinceridad, o de música alternativa o como lo queramos llamar. Yo quería que la gente que esté aquí disfrute de los sitios, porque están chulísimos (Amapola, Cuatro Gatos, Jazz Café). En Automático no hemos hecho nada al final, no ha podido ser, pero la gente del Limbo o el Ambigú, por poner más ejemplos, son quienes dedican su tiempo a ello y eso lo llevamos como premisa clara, y sé que van a disfrutar. 

¿Podemos decir que esto no es exactamente un festival, sino más bien un ciclo que transcurre en un fin de semana? 

Antonio Corduba: Bueno, puedes elegir la terminología que quieras. Yo lo llamo evento, pero es verdad que lo del festival es hasta cierto punto, tiene trazas de lo que es un festival. Más recortado, porque tiene otra finalidad y también es un evento privado a fin de cuentas que luego se abre para la gente, no es un evento abierto al que te apunta y tal, hay cosas que sí y otras que no. Lo bueno es que reúne tanto visitas turísticas, el tema de jam sessions y conciertos, que además es otra de las premisas, favorecer la música local del sitio al que vas. En este caso puede ser Paul Barham pero podría haber sido cualquier otro grupo de los muchos que trae El Colectivo (Hot Jivers, Little Joe…), junto con otros grupos más fuertes, en este caso Guadalupe Plata, que es como si fuesen cordobeses, o los MFC Chicken, que la gente está deseando verlos. Es una unión de cosas y es un poco raro. 

Paralelamente a los eventos, es una excusa perfecta para reunirse en los bares de referencia, como previa y como epílogo también a los conciertos. A fin de cuentas, la música es un bien compartido, y así hay que vivirla. 

Antonio Corduba: La verdad es que si te pones a ver el contenido del Desencuentro si vienes de fuera, no conoces a la gente y eso igual es algo que te echa un poquito para atrás de primeras, pero luego ya te digo yo que la gente es super abierta y no hay ningún problema, además hasta se sorprende en ese sentido para bien. También por la media de edad sabes que buscamos un tipo de ocio cada vez más parecido a esto y la gente lo aprovecha. Es como le he dicho yo a muchos, tú te vas fuera de vacaciones y te vas a ver conciertos en salas chulas, y ¿cómo vas? Pues vas flipando, vas con un hype total y estás subidito. Además, si te vienes al sur mucho más, porque a mucha gente lo del sur les hace vivirlo mejor. Esto es lo mismo pero con 80 personas, la gente va super contenta y solamente transmiten buen rollo. Parece una secta, pero en un sentido positivo. 

En 23 años se han vivido muchísimas cosas, han tocado muchos grupos y seguro que hay muchas anécdotas, muchos momentos cumbre que tú recuerdes, ¿o algo realmente especial que quieras contar? 

Antonio Corduba: Hay uno sumamente especial, y eso no se va a repetir de hecho porque uno de los componentes de Los Enemigos ya no está con ellos, que es Manolo Benítez. En el año 2015 en Guadalajara tuvo los santos cojones el que lo organizaba, que viene aquí a pinchar en el Jazz Café el último día, DJ pDTK , gran amigo de allí que tiene muchísimos contactos, de traerse a Los Enemigos para un concierto privado solamente para nosotros. Lógicamente al final no éramos solamente nosotros. Salieron a las tres de la tarde mientras estábamos comiendo arroz y ahí se formó el expolio, al final ellos se agacharon, hicieron una reverencia, y yo creo que ese es un poco el momento culmen de todos los Desencuentros, por resumirte una de las muchas anécdotas que puede haber. 

Y parece que ahora en Córdoba se está, no sé si resurgiendo, pero al menos creando un buen caldo de cultivo para que ese espíritu underground renazca en un circuito de salas cada vez más implicadas en la causa, ¿no crees? 

Antonio Corduba: Te puedo asegurar que una de las competencias que tenemos los que nos llamamos “alcaldes” en plan cachondeo, los que lo organizamos cada año, es decidir cuál va a ser la sede el año siguiente. No obligar, porque no se puede obligar, pero ir tirando la caña a ver qué sale, y te puedo asegurar que no en todos los sitios hay el momento que hay ahora aquí. De hecho, por ejemplo, en Segovia tienen el WIC Festival, donde estuvieron MFC Chicken hace unos días, pero ni hay capacidad de salas o te cuestan una pasta, el tema de alojamiento es muy complicado… Se ha hecho otros años y no había problema, pero ahora mismo como tú bien sabes y escribes muchas veces en tus crónicas, estamos en un momento dulce aquí. Lo que está haciendo El Colectivo me parece una pasada y es para ponerles un monumento, y a Rafa ‘El Chino’ por otro lado, e incluso a ti como cronista no oficial de la movida cordobesa por el gran apoyo y el gran trabajo que haces. Ahora no nos podemos quejar porque es verdad que la edad también influye y cada vez somos menos, pero los que estamos somos muy guerrilleros y si no tuviéramos este circuito no sé lo que haríamos. 

Se trata de poner cada uno nuestro granito de arena y hacernos más fuertes cada día para preservar todo esto, que no es tarea fácil. Además, comentándolo con algunos de los citados, solemos coincidir en el hecho de que no parece haber quien recoja el testigo. Falta una herencia, una generación de sucesores para que cuando los que estamos aquí ahora ya no podamos estar o estemos a otros menesteres. ¿Es posible que quizás ahora, como dices, se vea un poco de luz en ese sentido? 

Antonio Corduba: Hombre, mientras siga yendo gente a los sitios… El tema es que luego el ambiente que se cree sea tan sano como el que hay ahora. Si va alguien a quien le da igual que le pongas ese tipo de música o cualquier otra que no tiene nada que ver y que está hecha para sacar pasta, pues ya es otra cosa, pero ahora mismo es para poneros una plaza a todos. Si no existiera todo esto nos pegaríamos golpes contra la pared. 

Hablando ya de lo que importa, que es la edición de este año, ¿cómo ha ido el proceso de gestión para completar el cartel y agendar todas las actividades paralelas? 

Antonio Corduba: Guadalupe Plata en concreto ya vinieron a un Desencuentro, porque esto lo estamos haciendo la gente del grupo que somos asociación desde el año 2012 o 2013, y ya estamos repitiendo sitios porque es normal y porque no todo el mundo quiere hacerlo. Esto es un embolao potente y no todo el mundo tiene la capacidad ni las ganas. Lo hemos hecho en Córdoba, el momento era bueno y había varios apoyos. El tema es que Guadalupe Plata vinieron en 2009, y la casualidad es que en el famoso Freaktown, y yo no lo sabía pero me lo dijeron, fue su primer concierto. Yo pensaba que habían tocado en Úbeda o algo así pero el primero fue allí, yo estuve y creo que tú también, éramos cinco o diez personas y ya cogimos amistad. En ese momento Carlos y Perico eran super cortados, no tenían nada que ver con ahora, y lo tuve muy fácil con ellos. Cuando tocaron en enero yo tenía claro que mis dos grupos de cabecera iban a ser esos dos si económicamente se podía. Contacté con Toni Anguiano, el manager, y salió muy fácil, y en marzo a través de uno de los que vienen que es Artemio Pérez, el primer batería de Los Enemigos, contacté con Gerardo Urchaga de FOLC Records y también uno de los guitarristas de Los Chicos. Fue de puta madre, un tío genial y lo cerramos rapidísimo. Yo quería el viernes a Guadalupe Plata y a los MFC Chicken el sábado porque normalmente el grupo más fiestero es un poco el colofón. 

MFC Chicken también son como de la familia, han tocado ya varias veces por aquí. 

Antonio Corduba: Sí, y además me dijo Gerardo que estaban encantados con el salmorejo, y esta es otra anécdota. Hay dos de ellos que son vegetarianos y no me lo decía de broma, lo hablamos por whatsapp. Tenemos aquí unos peroletes y tal en Amapola el sábado e igual puede que hasta vengan a comer, así que genial. MFC Chicken creo que no vienen desde 2022 y este disco no sé si lo has escuchado pero me parece espectacular, mejor que el otro que sacaron con FOLC Records. Hay una cosa muy chula que siempre me ha gustado del Ambigú, que es que como tiene un escenario con una tarima un poco más elevada, están pegados al público. En el WIC Festival, pero sobre todo hace unos días en Santiago, había un escenario más como de teatro grande aunque la gente estaba de pie, pero este grupo es para disfrutarlo en una sala como el Ambigú. Si vienen 80 personas más los que puedan venir, la fiesta que se puede montar allí no te quiero ni contar. Es el penúltimo concierto de la gira, después van a Planta Baja en Granada, que los lleva Serpiente Negra, y ya acaban la gira. 

Además tienen una presencia brutal, en directo creo que son de las pocas bandas en la que la estética importa tanto o más que la propia música. 

Antonio Corduba: Sí, y además Spencer, el saxo y vocalista, me lo había dicho gente pero me lo confirmó Gerardo, es un tío de puta madre y ellos se prestan a todo. De hecho hicieron un vídeo invitando al Desencuentro expresamente el día 6 de diciembre, con Spencer haciendo sus coñas y sus tonterías. En eso consiste el rock también, en ese punto de cachondeo. 

Esto es ya un ejercicio de resistencia en toda regla, porque mantener un evento de estas características contra viento y marea y durante más de dos décadas suena casi a hazaña. 

Antonio Corduba: Pasa una cosa. El 80 por ciento de los que vienen no tienen hijos, y yo los tengo, así que soy de ese 20 por ciento que es más complicado, pero bueno, teniendo claras las cosas y planteándolo con tiempo yo te puedo asegurar que hay gente que tiene todo tipo de trabajos y con nivel económico de todo tipo y llega enero o febrero, tienen que hacer el listado de vacaciones, y el puente de diciembre se lo cierra. Así te lo digo, un mínimo de 50 o 60 personas, y hombre, el tema del alojamiento es cada vez más caro, la gente lo quiere con más tiempo, y a un Desencuentro a una pareja le puede costar un buen dinerito para venir directamente a un sitio que en este caso es muy bonito, pero luego a lo mejor hay otros sitios que no tienen ese poso cultural para aprovechar fuera de lo que son los conciertos y tal. La gente es lo que hace en Córdoba desde hace mucho tiempo, y ya comentaba que el sur es un poco el paradigma para gente de la cornisa de Despeñaperros para arriba. Venir aquí les va a gustar mucho. Yo muchas veces en los conciertos hago fotos y las mando para que la gente luego vea a los grupos en directo, y en las salas va a haber una sinergia que no se cree hasta que se ve. 

Sin duda, va a ser una forma maravillosa de acabar el año, y así debemos formalizar la invitación a todo aquel que se quiera acercar a compartir y a vivir desde dentro este nuevo Desencuentro Enemigo en Córdoba. 

Antonio Corduba: Por supuesto. Es verdad que es un evento privado en algunos aspectos pero en otros es público. Las “bienviandas”, por ejemplo, es una cosa que hace unos años empezamos a hacer y consiste en que la gente cuando viene de su localidad de origen se trae comida típica de allí. Se traen por ejemplo un lacón de Galicia hecho la noche de antes, pero no es solamente para nosotros, sino para los camareros y todo el mundo, y si te integras con la gente luego traes a amigos y conocidos, que no es que no puedan participar quienes no son del grupo sino todo lo contrario. Dulces, mandarinas de Villarreal… Todo al final lo compartimos y la gente se queda sorprendida del buen rollo.