Gatoperro: "Cowboys"

Por: Sandra Sánchez 

Cuarto disco del pucelano David Llosa, más conocido como Gatoperro. 13 canciones bien amuebladas en las que es un gustazo entrar, de la primera a la última. Son temas pensados, trabajados, llenos de detalles y a la vez ligeros, sobrios, bonitos de escuchar. Las letras, a caballo entre la nostalgia y el incierto porvenir, muestran numerosos toques poéticos, intenciones contadas con gran belleza, como en "Poltergeist", cantada mano a mano con Patricia Lázaro: “y nos quedamos temblando como un perro en la cuneta, con promesas en las manos”. 

Todo el disco ofrece una atmósfera especial, de humo de tabaco en local nocturno, de carretera secundaria y de caminos secos y polvorientos. Es un álbum homogéneo, compacto, de un rock tirando a tranquilo en el que se nota la mano del productor, el fantástico guitarrista Josu García, con una enorme trayectoria a sus espaldas y con un gusto musical exquisito en el que no falta el mejor rock americano, muy presente en este trabajo. 

"Los buenos viejos tiempos" abre el disco, es también el primer sencillo y mira al pasado sin reprocharle nada, más bien agradeciéndole todo; le sigue "Demasiado bueno", un tema suave, muy dylaniano, y sube la intensidad con "20", que se acerca al folk fronterizo. "Cowboys" es una balada de huida y de búsqueda, íntima e Insatisfacción presenta un rock más potente e inconformista, en la tradición argentina de Ariel Rot o Alejo Stivel. También "Comitragedia" recuerda enormemente a Los Rodríguez

"Cowboys" está lleno de matices, de pequeños detalles instrumentales en los que predomina la guitarra (del propio Josu García), si bien destaca el trabajo de Alfonso Alcalá al bajo, Luca Frasca al piano, Íñigo Iribarne a la batería y Manu Clavijo al violín. Hay referencias musicales clarísimas. A las ya comentadas de Bob Dylan y de los rockeros argentinos hay que sumar sin duda las de Quique González, Lapido y Leiva. Tanto el sonido como las letras te lleva mentalmente en muchos momentos a ellos. Un trabajo en definitiva logrado, redondo e inspirado; una apuesta la de Gatoperro a caballo ganador.