El mundo está triste: Fats Domino ha muerto

Por: Oky Aguirre 

La sonrisa y los deditos del rock. Fats Domino. Nueva Orleans. Ese amigable gordito y negrito, que según él mismo “medía tanto de ancho como de alto”, nos dejó el pasado miércoles 25 de octubre de 2017 con 89 años. 50 discos publicados y 65 millones vendidos; primero de los miembros del Hall of Fame, junto a Berry, James Brown, Sam Cooke y Buddy Holly. Y qué demonios, al igual que a Chuck o a Elvis, se le puede poner el mismo calificativo de creador, pionero, padre o putoamo del rock´n´roll. 

Se nos van muriendo las glorias y lo sentimos como si fueran nuestros primos hermanos. Nos ha pasado con Petty, y nos pasará con Fats, a unos más que a otros. Seguramente la prensa no le dará la trascendencia ni el alcance que significa perder a una joya de las artes –se me ocurre un Rubens-. Por lo menos tenemos las redes sociales para dar rienda suelta y aprender cosas nuevas cada día; donde podemos compartir el respeto y admiración con los que de verdad saben de esto de la música: los creadores y artistas, entre ellos Tom Petty, que forma parte de una lista de admiradores, que tienen a Fats como uno de sus artistas más influyentes, que no cabe ni en la portada del Sgt. Pepper's

Es buen momento para volver a aquel precioso disco homenaje, "Goin' Home: A Tribute to Fats Domino", en donde solo ver la lista de invitados te puede crear una idea de la influencia que ha tenido en todos ellos, a los que algunos no conocía: Randy Newman, Elton John, Allen Toussaint, Neil Young, Robert Plant, Lucinda Williams, Robbie Robertson, Art Neville, Ben Harper, Buddy Guy… y también Toots & The Maytals, ya que no hay que olvidar que Bob Marley volvió de los USA con 15 años con un solo soniquete en su cabeza: Fats Domino, precursor también de las "positive vibrations". 

Fats Domino fue uno de los responsables de la histórica transición del rhythm and blues al rock´n´roll. Ese es el dato que hay que destacar por encima de todo; es uno de los artífices de que todo lo que ocurrió allá por los años 50 haya sido trascendente, porque gracias a él y a su piano boogie-woogie revolucionó la música contemporánea. El primero en reconocerlo fue el mismo Elvis Presley en 1957, en la revista Jet, donde nos dejaba esta perla: “Mucha gente parece pensar que yo inicié este negocio. Pero el rock 'n' roll estuvo aquí mucho tiempo antes de que yo apareciera. Nadie puede cantar esa música como gente de color. Reconozcámoslo: no puedo cantar como Fats Domino. Yo sé eso." (New York Times 25 octubre 2017). 

También los Beatles cayeron rendidos a la sensibilidad de Antoine Dominique Domino, con “Lady Madonna”, que McCartney compuso bajo los efectos de ese piano inigualable o el “Ain´t that a shame” que a Lennon volvía loco.Durante la década de los 50 vendió más discos que Chuck Berry, Little Richard y Buddy Holly juntos. Su primer single “The Fat Man” lo compraron un millón de personas, siendo considerado una pieza clave para el cambio que estaba por venir. “Goin´Home”, “Please don´t leave me” o “Going to the river” son solo tres de los 40 éxitos de su carrera, que alcanzó su mayor gloria en 1956 con “Blueberry Hill”, canción ya interpretada por Glenn Miller, Gene Autry y Louis Armstrong pero que en esas manitas negras, con sus anillos inseparables, está en el top ten de cualquiera. 

“Todo el mundo comenzó a llamar a mi música rock´n´roll”, decía Fats a la revista Downbeat. en 1956. “Pero no era nada más que el mismo ritmo y el blues que había estado tocando en Nueva Orleans”. Lo demás ya es historia.