Vetusta Morla, el punto de encuentro de 38.000 almas

Caja Mágica, Madrid. Sábado, 23 de junio del 2018 

Por: María Solano 
Fotografías: María Macías 

Lo repitieron en numerosas ocasiones: "lo más importante es la música, por eso estamos aquí". Así quiso abrir Vetusta Morla una de las noches más importantes de su vida. Mientras se ponía el sol y los asistentes iban llegando, Jacobo Serra ejerció de telonero con una emocionante aunque breve actuación. Reinaron los temas de su trabajo más reciente, "Fuego artificial", pero también pudimos disfrutar de las melodías de "On & on" e "Icebergs". 

Los madrileños, por su parte, comenzaron un poco antes de que anocheciera esta velada más corta del año. Acudieron a "Mismo sitio, distinto lugar", que da título a su cuarto disco, para abrir su concierto. Así, la fiesta se inició por todo lo alto y los selfies empezaron a florecer al ritmo de los cánticos de los asistentes. Se suceden temas nuevos, como "Deséame suerte" o "Palmeras en La Mancha", que los seguidores del grupo ya se saben perfectamente, con otras viejas conocidas como "Maldita Dulzura" o "Copenhague", convertidas en himnos. 

Hacia la mitad del concierto, Pucho, vocalista y ‘frontman’, quiso evocar los inicios del grupo, hace ya veinte años, aunque con la misma ilusión que siguen renovando en cada escenario al que se suben. En su discurso no faltaron las reivindicaciones sociales de las que la banda siempre ha participado, para acabar invitando a los asistentes a "quemar lo que no nos guste": era el momento de "Fuego". Volvieron a visitar su cuarto trabajo con temas como "Guerra Civil" o "La vieja escuela", homenaje a sus referentes musicales, para llegar a la esperada "23 de junio", dada la fecha. La energía y la fuerza de esa noche de San Juan se intensificaron en "Te lo digo a ti", momento de absoluta comunión con las casi cuarenta mil personas allí reunidas. "Fiesta mayor" ponía fin a una primera parte del concierto, del que aún quedaban los bises, que se materializaron con la épica "Consejo de sabios", "El hombre del saco" y "Los días raros". 

Quizá "rara" no es la palabra, pero desde luego una noche como aquella es de todo menos habitual. Los nueve temas elegidos por Jacobo y los veinticinco de los "vetustos" nos dejaron con ganas de más, pero su triunfo resulta incontestable. Esta "hoguera musical", en palabras de Pucho, nunca estuvo tan viva.