Nuevo disco de Alejandro Escovedo, "The Crossing", y gira española de presentación

Por: Javier López Romo

Este 14 de septiembre es la fecha elegida por Alejandro Escovedo para lanzar al mercado su nuevo trabajo "The Crossing". Un disco tan austero como visceral. El álbum, cuyas diecisiete composiciones comparten un trasfondo conceptual, centrado en las experiencias de los inmigrantes en los actuales Estados Unidos; hace alarde de pasearse por las desesperaciones y celebraciones de la vida, con una profundidad emocional que trasciende fronteras y géneros. Mientras, la gira que lo traerá a nuestros escenarios transcurrirá de la siguiente manera por: Zaragoza (el 12 de octubre, sala por confirmar), Lleida (el 13, Café del Teatre), Valencia (el 14, Loco Club), Madrid (el 16, Tempo) y Bilbao (el 17, Kafe Antzokia).Tendrá de teloneros a los italianos Don Antonio, quienes también ejercerán como su grupo de acompañamiento.000 "The Crossing" marca un compromiso más amplio y valiente con su historia, expandiéndose en ese pasado para explorar cómo las fronteras crean fricción y desamor.El álbum es realmente la historia de dos jóvenes, uno Mexicano y el otro Italiano,como si en ellos, Escovedo intentase planificar su vida y su propia historia, aunque eso si, muy disimulada y ficticia, pero no por ello verdadera y real. En su voz puso: "Soy un estadounidense de primera generación, y por lo tanto, gran parte de este disco proviene de lo que sucedió mientras crecía en Texas..."

Los protagonistas del álbum -salvo de Italia y Diego de México -, encuentran trabajo en un restaurante de Texas mientras luchan con los sueños, la identidad, el racismo, las esperanzas y los temores de los fantasmas ancestrales. Escovedo compuso el disco con el escritor italiano Antonio Gramentieri para salir de su propia cabeza,de su propia vida; se inspiró en las historias que su padre le contó y que le ponía por televisión... Para llevar la historia al presente, él y Gramentieri, hablaron con niños de todo Texas sobre sus experiencias. "Escribiéndolo, pasamos mucho tiempo manejando a través de pequeños pueblos en Texas y hablando con gente joven, muchos Dreamers en Dallas", dijo Escovedo. "Queríamos que fuera una pieza atemporal. Inicialmente, la migración fue en busca de alimento y refugio, en busca de pastos más verdes. Luego se convirtió en inmigración cuando surgieron las fronteras. Pero todos venimos del mismo lugar, todos compartimos las mismas historias. Cuando la gente no comprende que todos somos uno, tememos a los demás. Quería que el álbum tuviera esa historia y no se tratara solo ahora ".

A pesar de ser un álbum americano por excelencia, Escovedo grabó todo en Italia. "Hubo algo de estar en Italia, tan lejos de todo, que me liberó y me dejó enloquecer con la historia", -dijo´-. A pesar de explorar el tema durante generaciones, hay gritos dirigidos directamente a la administración actual. Con la ayuda de algunas leyendas del punk (Wayne Kramer de MC5, James Williamson de los Stooges) en el álbum, Escovedo pone al máximo volumen los amplificadores y gruñe salvajemente en "Fury and Fire": “No puedo creer que quieran llevarse a mi padre, como tantas veces debe probar su inocencia...” Más tarde, en la larga y lenta canción que cierra el título, él canta, "Perdí mi inocencia al ICE". "Por un tiempo, parecía que estábamos dando algunos pasos adelante como país y como pueblo", -dijo-. "Cuando retrocedamos, necesito cantar al respecto, dejar que la gente sepa exactamente lo que eso significa". El primer single, "Sonica USA", es un tema donde aparece uno de los héroes musicales de Escovedo, Wayne Kramer, y en el que se citan a bandas como The Zeros, Public Enemy yMC5

¿Pero quién es Alejandro Escovedo? Al hablar de él lo estamos haciendo de una de las figuras más respetadas del mundo musical de su país. De esa turbulencia que engulle cada registro de voz, o como esa tormenta eléctrica que arrasa cada género musical, Rock alternativo, Country, Punk rock, Cowpunk, Heartland rock, Chicano rock, Folk, y Rock and Roll... Cuando la revista No Depression, medio seminal del rock de raíces estadounidense y de sus aledaños, le otorgó el título de "mejor artista de la década de los 90" corroboró esa impresión que ya muchos tenían. Y es que su carrera viene de lejos. Tan de lejos que hay que retroceder hasta los primeros días de los años 50. Es miembro de una saga familiar, los Escovedo, inmigrantes mexicanos que cruzaron desiertos de arena hasta alcanzar La Tierra Prometida de los Estados Unidos, San Antonio,Texas. Pero el viaje no fue gratis, y se paga un precio, no económico, porque cuando nada tienes, nada pueden quitarte, pero si moral… Y el primer balazo fue su dignidad, esa cualidad de la que se hace valer cada persona, con sus comportamientos y responsabilidades, con el respeto que se profesa a si mismo y hacia los demás. La ignominia de la pérdida de libertades, humillaciones y degradación continua. Las balas silbando sobre sus cabezas en la frontera, muerdes el polvo del desierto, y ves a los tuyos caer malheridos, o realmente heridos de muerte; sangre, sudor y arena en una fosa del desierto donde serás ceniza y polvo... Dentro de esa brutal maldad, siempre es mejor morir con algún mísero honor que caer en las manos de la mafia, donde la explotación, el caos, la sin razón, y el tráfico de drogas hace vender tu alma por un puñado de dólares. Estas redes en las que es fácil caer para no levantarte jamás. Lo difícil es salir de ellas y ser un hombre libre. Pero la libertad reside en la integridad de la persona, de su equilibrio, su honestidad, y ante todo ser defensor de las injusticias. Esto lo sabía bien la familia Escovedo, ese derecho fundamental consagraba el orden jurídico dentro de las constituciones democráticas vigentes si existían en México, o si debían de existir en México. No. La vida de los Escovedo era la de cualquier nativo expuesto a la corrupción, al cártel de la droga, la prostitución, los secuestros, la inequidad… Y sin embargo la familia tan sólo transportaba una guitarra a la que hacer hablar ante estas injusticias.

Tanto rezo y canciones a la virgen de Guadalupe, con aquellas seis cuerdas como arma, hizo el efecto de atravesar la frontera y llegar a San Antonio, vivos, y con la fe puesta en que a veces los sueños se hacen realidad. Y el suyo se transformó en verdad. Pero una vez que consigues tu objetivo hay que sobrevivir, nada que llevarse a la boca, sin papeles, inmigrantes de mestizaje casi indio, pasaron las calamidades de cualquier extranjero en tierra hóstil. Pero sobrevivir es vencer, es seguir tu sueño allá a donde quiera que te lleve, con las oportunidades que te brinda la vida, una nueva vida dentro de un sueño, el Americano.

Alejandro Escovedo nace dentro de ese sueño un 10 de enero de 1951 (67años) en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Lo que le da un curriculum de músico de rock Estadounidense-Mexicano. Pertenece a una familia totalmente musical y de larga trayectoria. Su padre quitó la hambruna perteneciendo a un grupo que el mismo formó de Mariachis, en los que amenizaban fiestas con sus corrido mejicanos en el circuito que iba desde Texas a California, no había pueblo ni ciudad en la que las rancheras no tuviesen su espacio; bien, eran dólares que ganar al fin y al cabo, pero lo más importante es que su familia no pasase hambre. Mas la familia Escovedo resultó ser invencible. Todos sus miembros pernoctaron dentro de la industria musical, músicos profesionales con grandes tallas en la arquitectura sonora. Pete Escovedo (percusionista de Santana), Sheila Escovedo(batería de Prince),Mario Escovedo (miembro del grupo de hard rock The Dragons) y Javier Escovedo(del de punk-rock The Zeros). Así, Alejandro Escovedo luce un discurso musical con más de treinta años de solera que, como señala el músico e historiador Lenny Kaye, se pasea por las desesperaciones y celebraciones de la vida con una profundidad emocional que trasciende fronteras y géneros. 

En cada nuevo disco su sombra se va alargando y su influencia en el rock de raíces con parada y fonda en Texas California, y Austin, no para de crecer. Así desde hace cuatro lustros, con el parón obligado de una hepatitis C que marcó, además, un punto de inflexión en su obra. Incluso vio la guadaña de la muerte cerceñar su cuello. Surgieron homenajes como el tributo "Por vida" (2003), ya que Alejandro no tenía su seguro médico y no podía hacer frente ante este gasto. Llevaba ya dos años arrastrando esta maldita enfermedad y quedaba condenado y proscrito a una muerte cierta. Pero su estrella brillaba en un universo único, y se refulgió con luz propia en los corazones de amigos tan importantes, entre otros, como Calexico, The Jayhawks, Ian Hunter o Cowboy Junkies que le rindieron honores y colaboradores de la talla de Bruce Springsteen-llegaron a compartir management-, Chuck Prophet y John Cale, quien le produjo "Boxing Mirror"(2006). 

Desde entonces ha seguido tan prolífico como siempre, con cuatro discos de estudio -"Real Animal"(2008), "Street Songs Of Love"(2010),"Big Station"(2012) y "Burn Something Beautiful" (2016)- más uno en directo, "Live Animal".0000 Alejandro Escovedo colaboró en infinidad de ocasiones con Bruce Springsteen, se hizo muy amigo tras la publicación del álbum "Devils and Dust". Él estaba ya bastante restablecido de su hepatitis C, y en aquel 2005 era uno de su discos favoritos. Un disco que según dijo le hubiese gustado publicar: " Cuando alguien se pasea por los desiertos de Méjico, y sólo ve demonios y polvo, esta trabajando duro en este lado de la frontera..." Y lo estaba. Bruce acudía de lunes a viernes todas las tardes de 15pm a 17pm a Red Bank. Llevaba a su hija Jessica a clase y se pasaba esas dos horas en el restaurante Reno, ubicado en el 27 de Pinckney Rd, Red Bank, NJ. Se subía al segundo piso y mientras tomaba una cerveza con tequila, sacaba su bloc de notas y entrevistaba a los mejicanos del local. Bruce oía las historias y las reflejó en el disco. Doce años después, Alejandro Escovedo ha recogido el testigo y ha escrito las mismas historias para "The Crossing". En 2014, Escovedo apareció en la película y contribuyó en la banda sonora de "Veronica Mars" , cantando una versión acústica de "We Used to Be Friends". También ese año, fue coproductor y coanfitrión del SXSW Tribute to Lou Reed con Richard Barone. En 2016 fue mentor del cantautor Jeremy Nail y produjo su nuevo disco "My Mountain".Y seguiría contando infinidad de cosas, cierto; su larga trayectoria da para mucho y bien, excepto sus comienzos que fueron tan malos como olvidados, véase el caso de el grupo de Punk Rock The Nuns, al que abandonó rápidamente yéndose a "las monjas", grupo con el grabó un álbum para Posh Boy Records que no alcanzó ni éxito ni nada…

A mi gusto, su disco "Street Songs Of Love", resultó impactante.Producido por Visconti con nuevo sello y nueva banda, Sensitive Boys. Y es que, después de escribir las canciones sobre nada en particular, terminó siendo un álbum cargado de amor y esa búsqueda de un puro sentimiento que siempre es tan esquivo como buscado, o tan misterioso como adictivo. Una crítica del New York Times, afirmaba que: "En otra era pop menos fragmentada, este sería el álbum de canciones de amor reflexivas, pero listas para la radio para finalmente lograr la excelencia del Sr. Escovedo. Y por fin tener el público nacional que se merece". Pero los programas de radio distribuidos a nivel nacional no se fijan demasiado en los olvidados con solera. Tan sólo el nuevo programa de radio de Little Steven Van Zandt le prestó gran atención, haciendo sonar la canción "Silver Cloud". 

Y no es lo que a mi me guste o no, sino el proceso de cómo se graba un disco y a quién llega; cuál es su contenido y qué me dice; todos tenemos en nuestra hemeroteca musical favoritos y discos diez. Y para mi el mejor disco de Alejandro Escovedo es "Big Station", en el que se mezcla Folk, Country, y el Rock and Roll, con alto contenido emocional del Méjico más destructurado y fantasmagórico. En él se habla de un mundo desolado y destruido, un mundo donde las relaciones humanas están marcadas por la supervivencia cotidiana. Personajes anónimos que se hallan en la soledad de la noche como en "Too many tears"; que se lamentan por un amor desesperado como en "San Antonio rain"; luchan contra la triste rutina ("Never stood a chance"), o sufren diariamente la violencia de los narcos y la corrupción política ("Sally was a cop"). “"que Estados Unidos debería involucrarse más en la lucha contra el narcotráfico. No es solo un problema de México sino también de EE UU, especialmente en las áreas cerca de la frontera", -afirma-. Lejos de ser un homenaje sonoro al país de las rancheras, aunque asegure que en este trabajo "la narración de los hechos y los sentimientos se corresponden al estilo del corrido mexicano", "Big station" es un variado y acertado muestrario de sonidos de raíces estadounidenses entre folk,country rock’n’roll. Incluso se atreve a cantar en español por primera vez en "Sabor a mí". "Es una canción muy personal para mi familia", -comentó.

Visto como una de las voces más autorizadas, desarrolló su carrera en solitario a la estela de Wilco o The Jaywaks, llegando a colaborar con los exquisitos Whiskeytown de Ryan Adams. Pero no se considera un cantautor folk o cowboy alternativo, tal y como le etiquetan algunos medios, y se reivindica en su condición eléctrica. "Me considero un compositor de rock’n’roll. Como todos sabemos, el rock’n’roll surgió del blues, gospel y música de los Apalaches que transformó el country", -señala-. Siempre ha dejado claro quienes son sus referentes: Bob Dylan, Elvis Presley, Bruce Springsteen, Tom Petty o David Bowie. "Más que ser mi principal inspiración, te diría que forman parte de lo más grande de mi inspiración", -reconoce-. No sería osado decir que su categoría artística se halla muy cerca de estos ídolos, y que esperamos que "The Crossing" sea la vía conductora de la explosión terrenal y divina de lo que este estadounidense-mexicano sabe hacer. Ese tipo de humanidad a la que canta en "Big station", y que ahora siguiendo la trayectoria 13 años después del "Devils and Dust", de Bruce, preconiza para que los demonios se conviertan en polvo, y que del polvo renazca nuevamente el amor, condición indispensable para ser un músico de verdad, si clamas por la libertad de tu pueblo. "Mi amigo me puso en la parrilla de salida en un camino que debía de andar, recorrer con mis propios medios, la voz y unos acordes, a día de hoy, sigo andando en ese mismo sendero sin haber llegado a la meta; pero el esfuerzo merece la pena, y quién sabe, cada día la veo más cercana si todos ponemos de nuestra parte, lo que tengamos que ser..." Señor Escovedo, volveremos a encontrarnos, y volveremos a contarnos cosas.Salud, suerte y música como la suya…Gracias. Fuerte abrazo.