Godsmack, las leyendas ascienden de nuevo

Por: Javier López Romo 

Godsmack reestructuró su gira europea después de haberla cancelado a finales de otoño de 2018, cuando ya todo estaba listo y cerrado, pero lamentablemente siempre surgen improvistos y causas ajenas que tiran por tierra lo ya pactado y firmado. Pero la banda, fiel a sus fans, cumple lo que prometió y añadió fechas por Europa, aunque lamentándolo mucho siempre alguien pierde, y esta vez le tocó a España, concretamente a Barcelona, la única ciudad que iba a acoger un show que debería de haberse ejecutado el 16 de Noviembre en la sala Razzmatazz 2. Aún así, seguimos siendo optimistas y a la espera de que puedan reubicarlo más pronto que tarde, dada la demanda causada por dicha actuación prevista… 

Todo se debió a la triste y repentina muerte del hijo del guitarrista Tony Rombola, viéndose en la obligación de posponer su gira; malas noticias para el grupo y sus seguidores, pero lo primero es lo primero y Godsmack publicó un comunicado oficial a través de sus redes sociales y discográfica, informando de la triste noticia:

“Con mis más profundo pesar, y en nombre de nuestro guitarrista Tony y su esposa Sue, escribo personalmente,este mensaje a todos nuestros fans de todo el mundo, para informarles que Tony y su familia han sufrido una pérdida que ningún padre debería tener que soportar. Tony y el hijo de Sue, Joe Fay, falleció inesperadamente la semana pasada, a la temprana edad de 34 años. Era uno de los tipos más amables y humildes que jamás había conocido. Lo más importante, él era un fan, al igual que todos vosotros. Literalmente, vivió el éxito de Godsmack a través de su papá. Siempre estuvo muy emocionado y orgulloso de estar cerca de todos nosotros, y todos lo echaremos de menos profundamente.Mientras esperamos más información sobre cómo sucedió esto, le pedimos humildemente que respeten la privacidad de Tony y su familia, ya que tienen que tomarse el tiempo necesario para procesar esto. Agradecemos toda su paciencia, rezos y apoyo en este momento tan difícil. Les prometo que volveremos más grandes y más fuertes a principios de 2019 y lo daremos todos en estas fechas de giras en Europa y en todo el mundo. ¡Así que prepárate…!".

Después de su exitoso periplo en verano por el territorio americano decidieron cruzar el charco a Europa a finales de otoño, pero sucedió lo inesperado, y como ya hemos contado , pospusieron sus conciertos por causas mayores. Actualmente, durante el cálido mes de marzo, han girado por nuestro continente, empezando el 27 de febrero en Londres, y concluyendo el 31 de marzo en Rumanía. Todo comenzaba un 27 de abril de 2018 cuando Godsmack lanzaban al mercado su nuevo y esperado trabajo: “"When Legends Rise", y ya se sabe, cuando las leyendas se levantan supone un excelso renacimiento de la banda. Y lo fue. Un gran disco que si bien sigue los senderos de antaño, ese rock alternativo que nada tiene que envidiar a otros más duros, en él hasta se atreven con una balada, cosa nunca hecha en esta banda de duro metal. Si buscaban como decían ellos mismos un sonido mucho más nuevo, mucho más fresco, mucho más divertido, pero sobre todo mucho más maduro; pues bien, si buscaban ese efecto en el disco, lo han conseguido y con creces. 

No tardarían mucho en salir de gira en ese verano por los Estados Unidos de América. No es una banda que llene estadios de béisbol, pero tampoco cabían todos en canchas de basketball; lo suyo está entre lo grandioso y lo empequeñecido, “fifty fifty”. Sin embargo saltaría la polémica en estos shows cuando Sully Erna, cantante de Godsmack, se posiciona igualmente que toda la banda en contra del uso de los teléfonos móviles en sus conciertos. No serán los primeros, ni seguramente los últimos en tomar estas medidas, pero el vocalista advierte: "No sucede algo mágico cuando estás viendo el concierto a través de una pequeña pantalla de cuatro pulgadas..." Quizás tenga razón, y los que lo suelen hacer se distraen, aunque haya para todo. El disco duro del cerebro nos sirve nada más que para guardar los momentos, imágenes, sensaciones, vivencias, en fin, todo aquello que se disfruta como se debe en un concierto. A veces registrar el acontecimiento se justifica afirmando que luego se quiere volver a vivir un poco lo visto y vivido, y quizás esas imágenes sirvan; no será tan mágico y real, de acuerdo, pero volverás días más tarde a sentir en cuerpo y alma el recuerdo. Aún así Erna argumenta en contra: "Que incluso cuando llegas a casa y lo ves dos días más tarde, no se siente ni se vive de la misma forma e intensidad..." Cualquiera que sea su opinión, buena o mala, cada uno hace de su capa un sayo, pero lo cierto es que Godsmack prohíben la entrada de teléfonos móviles a sus conciertos, de momento, porque a veces pienso que las leyes también están hechas para incumplirlas...

Pero vayamos al disco. De este séptimo de su carrera alguien se burlará de mí si digo que es como el resurgir del ave fénix, porque no es lo adecuado. Es cierto que desde el 2014 Godsmack no sacaban nuevo álbum y vivían de sus rentas, pero nunca se apagó el fuego, ni se consumieron sus ascuas, ni se volatizaron sus cenizas. Simplemente vuelven y ascienden su leyenda. Esa que comenzaron en Lawrence, Massachusetts, USA, en 1995; aunque empezaran en un principio llamaándose Scam , cambiando en su primer demo por el original y actual Godsmack. ¿Por qué? La razón es que a veces quedas con tus amigos en un bar cualquiera, de cualquier ciudad, tomas unas cervezas, y algún que otro trago, y sonríes a la vida. Esto sucedía a menudo con los chicos de The Scam cuando empezaron a tocar por pequeños locales en sus ciudades natales, Lawrence y Salem. Ellos hacían covers de bandas como, por ejemplo la que más impacto les causó, Alice In Chaims. Les iba bien, muy bien, hasta que decidieron probar y apostar con sus propios temas. Canciones como "Keep Away" y "Whatever" salieron exitosas en la zona de Boston/Nueva Inglaterra. Luego esa sonrisa de bar, ese descojone burlesco y rural se convirtió en el nombre actual de la banda. Según Erna en 1999, se burlaban en un bar de alguien que tenía un herpes labial, pues bien, dos días después, era el propio Erna quien tenía una herida igual en el labio semejante al mismo destrozo de su anónimo personaje. Sus colegas se rieron de él como si fuese un castigo por sus burlas... -¿It´s a godsmack? -Es un castigo divino-.

Y el nombre se quedó gracias a una canción de Alice in Chains, con su debida formación, el polifacético Sully Erna (voz, guitarra, batería, teclados), Tony Rombola, (guitarra solista y coros), Robbie Merrill (bajo) y Shannon Larkin (bateria). Y si el lector no conoce todavía a los estadounidenses, o no ha escuchado todavía a la banda, puede que sea interesante hacerlo debido a su gran variedad de influencias que incluye la devoción a Alice in Chaims, Metallica, Led Zeppelin, Judas Priest, por tan solo poner unos pocos... Ellos alcanzaron el alto status que tanto les costó conseguir. A día de hoy, llevan más de 30 millones de álbumes vendidos a nivel mundial desde que empezaron a ser teloneros de Black Sabbath, Metallica, Limp Bizkit, Aerosmith, etc. Pero vayamos al álbum...

"When Legends Rise" sale con el sello discográfico Spinefarm Records. No es un gran sello, pero sí tiene las virtudes de apostar, y fuerte, por estos sonidos alternativos, genéricos, de dureza, que otras discográficas desechan por mediocre, ellos saben mejor que nadie que los fracasos o los éxitos están en los sueños que cada uno persigue, lo mediocre nunca está reñido con lo excelente; la música, las canciones, hablan y se escuchan, se divierten en un juego para dos, uno para sus creadores, el otro para sus oyentes, y el siguiente para sus críticos, y estos últimos valoraron con un sobresaliente el magnífico trabajo de Godsmack. Ellos que llevan ya la friolera cantidad de 23 años en liza, con sus aciertos y sus fracasos, pero un largo tiempo que llevan a sus espaldas, con siete álbumes de estudio, un EP acústico, cuatro DVDs y un álbum recopilatorio; además de cuatro nominaciones a los Grammy y logrando escalar puestos muy poderosos en la listas de éxito, como por ejemplo en la  Billboard 200. Ellos son los causantes de tan buen hacer dentro de un panorama musical tan efectivo como real, tan verdadero como práctico. Aquí no hay falsedades, sino una lucha de titanes por mantenerse vivos y en una forma impresionante. Es el puto y duro trabajo de los que creen en su honestidad y sacrificio, en los sueños y quimeras de una vida atormentada por el rock, el duro y fiero rock and roll...

Abren con la canción que da nombre al álbum, "When Legends Rise". Y como no podía ser de otra manera es un arranque muy pegadizo y animado, que ya deja ver el buen rollo que puede transmitir la música de Godsmack. Esa que durante tantos años persiguieron en idas y venidas por los distintos sonidos metálicos hechos dentro de una orfebrería a golpe de yunque y martillo, de ascua y golpe. La bonita, sensual y potente voz de Sully Erna combina más que estupendamente con esos coros y riffs que difícilmente saldrán de tu cabeza si les prestas una audición especial y a todo volumen en tus auriculares. Continúan con otra canción un tanto más corta, pero que también va al grano de la anterior, o tomando el disco como un todo, “Bulletproof”. Mucho más melódica y profunda, mucho más ardiente y artesanal, brilla dentro de su propia simpleza, como algo que está oculto entre la oscuridad de personajes y materias divinas, consiguiendo transmitir desde la primera nota hasta la última atmósferas reales e incluso ficticias. Pero, ¿qué decir? Este tipo de canciones son la prueba de que no hacen falta grandes alardes instrumentales para crear música que consiga calar a quien la escucha en lo más íntimo como en lo superficial. Impacta y conmueve. Y volvemos a los coros y riffs pegadizos con "Unforgettable". Otro temazo con un gran sonido, y quizás más alternativo y simple, pero cargada de una electricidad pasmosa y un enclave que se ubica en tu cabeza como una descarga de una mayor extensión si cabe; no solo se cuela en tu cabeza, sino en tu cuerpo también. Quizás la culpa la tenga esa sólida y sugerente voz del siempre polifacético y agradable Erna. Suyo y solo suyo es este mérito, aunque para mi gusto y deleite también se suman las melodías y las pegadizas bases instrumentales de todo el grupo en sí.

Con "Every Part of Me" abandonan un poco los sonidos dichos anteriormente, ya nada es tan alternativo ni mucho menos genérico, ahora se revisten de melodías oscuras y sombrías, ambiguas y azarosas, pero con la sutiliza real y sin perder su estilo que les caracteriza por completo. Y esa misma evolución continúa en "Take It to the Edge". ¡Llévalo al borde!, grita Erna con una voz más rockera que de heavy metal. Un estilo que combina a la perfección para mi gusto y para la canción en si. Toda una preciosidad, y una declaración de intenciones, tan sombreadas como veladas.

Pasando el ecuador y a mitad del disco, se muestra la gran sorpresa, "Under Your Scars". Una balada para la que cuentan con numerosos instrumentos para crear una atmósfera delgada y sutil, como aire que rodea un entorno no cerrado y sí disperso a un exterior donde la belleza se deja envolver llena de olores y ruidos, aunque esta vez nocturnos y divinos. Increíble. A veces estos estados me dieron vida en mi vida... Enchufan de nuevo las guitarras para "Someday", otra muestra de poderío vocal y sincronización creativa con sus compañeros. No dejan de crear buena música sin necesidad de grandes alardes, para eso ya están otros que lo necesitan más. Si algún día, mejor o peor del que vivimos, alguien quiere justificar, o justificarse, tan solo con escuchar esta canción, se darán cuenta de cuanto vale cada día de la vida, con sinceridad, sosiego y calma. Continúan con "Just One Time", misma línea para un mejor resultado, solamente voy a decírtelo una vez; tan solo voy a decirte que esa promesa hacia una vida mejor, si existe aquí, guárdala; si no está en esta tierra, persíguela allá en donde quiera que esté, en alguna parte encontrarás aquello que te haga feliz. Todo tiene la misma validez y encuentra un resultado positivo esta vez.

Lamentablemente nos acercamos al final de la frescura de un gran disco. "Say My Name" tiene el descaro de trasmitir una fuerza inusual, es la mejor opción quizás para defender un disco muy defendible, no te dejará indiferente, va hacerte levantar tu puto culo hacia un baile sinuoso y obsceno, de insinuaciones varias. Vuelve la caña de lo alternativo, del metal más brillante y afilado, de una esperanza más rockera que eterna, de lo que Godsmack fue en sus principios hasta el día de hoy. Una buena fórmula para defender sus geniales directos y trasmitir una fuerza directa e inmediata con su público. "Let it Out" es algo más cómoda y tranquila, es como si adivinásemos el final, nunca esperado, pero que transmite mucha energía con subidas y bajadas de intensidad que te enganchan de principio a final. Déjalo salir, dice el estribillo, pero ¿el qué? Ese universo de pesadillas, quizás, o ese cuento de Hermann Hesse, de dentro a fuera. Sea lo que fuese, requiere la plena atención del oyente, ya que está llena de detalles tan preciosistas como de sutiles matices. Terminan el álbum con la cañera "Eye of the Storm", todo un lujoso y activado trallazo para irse dejando un buen sabor de boca y con ganas de más. Pero ojo con la tormenta... puedes resguardarte a salvo de ella, o puedes sucumbir a su ira, puedes estar, o quedar en peligro. Si no eres lo suficientemente firme en tus convenciones, que es como decir sé fiel a lo que representas y aquello por lo que luchas, esta canción resulta perfecta en su fondo y forma. Esto es todo.

No se puede considerar que Godsmack tenga como principales influencias a bandas de heavy metal. Nada que ver, ellos son autodidactas, aunque gustos propios y similares a esas bandas que comentábamos, cierto. Sin embargo, se trata de un gran disco con un sonido alternativo que no tiene nada que envidiar a otros más austeros y duros. A veces se piensa que una baja intensidad es sinónimo de mala música, y nada más lejos de la realidad. Ellos son una de las múltiples pruebas que existen de ello. Si buscaban, como ellos decían, ofrecer un sonido más nuevo, fresco y maduro, lo han conseguido y, efectivamente la leyenda asciende... Y yo con ellos.