Carlos Pérez de Ziriza: “Música Disco”

Por: Txema Mañeru 

Hace años que un servidor viene pensando que Carlos Pérez de Ziriza es uno de los mejores escritores sobre música que tenemos en la actualidad. Pero es que además, con la racha que lleva estos últimos tres años, queda claro que es también de los más prolíficos, cosa que no  ha hecho menguar su calidad en absoluto. Nos ha sorprendido mucho, para bien, que se encargara de esta nueva y recomendable “Guías Del Rock & Roll” de la Colección Musical Ma Non Troppo de Redbook Ediciones. No le asociábamos demasiado con este estilo más aún cuando sus primeros libros fueron en torno a Morrissey-The Smiths y R.E.M.

Sin embargo, la racha de promiscuidad iniciada en 2017 llegó con otra recomendable Guía de Redbook. En este caso se trataba de “Indie y Rock Alternativo”, que al igual que  este actual “Música Disco” lleva el explicativo subtítulo de “Historia, Cultura, Artistas y Álbumes Fundamentales”. Entre estas dos obras el año pasado firmó uno de los mejores libros musicales del 2018 con “3 Minutos de Magia. Una Historia del Power-Pop y la New Wave”. ¡Una joya que emocionará a todos los seguidores de estos estilos musicales inmortales! Este mismo año ha entregado a su vez un precioso ensayo con toques biográficos cargados de emotividad titulado “No Olvides Las Canciones que te Salvaron la Vida. Una Crónica Generacional”, que seguro volverá a estar entre los mejores libros del presente año. 

Pero centrándonos ya en “Música Disco” decir que al igual que la docena de guías ya publicadas se puede conseguir en www.redbookediciones.com y que es un excelente complemento a la “Historia de la Música Disco”, publicada por el experto en músicas negras, Luis Lapuente, hace ya un par de años. Muy bueno es el capítulo la “Historia de la Música Disco”, donde se nos hace saber que el género se inició como modo de expresión particular de minorías con alto grado de marginación. Sitúa su apogeo entre el 73 y comienzos de los 80, años en los que las bolas de espejos, las grandes macro-discotecas, los zapatos de plataforma, el maquillaje excesivo y los pantalones de pata de elefante se extendieron mundialmente. 

El capítulo más amplio vuelve a ser, con lógica, para “Los Artistas”. Me gusta en este sentido su ordenación alfabética pero distribuidos por las ciudades que marcaron toda la explosión disco. Comenzando por “Nueva York. Epicentro de la Cultura Disco”, siguiendo por “Detroit, Minneapolis y Chicago. De La Ciudad del Motor a los Albores del House”, con mucho espacio para la Motown, por supuesto, y donde no podía faltar tampoco un elegante “Philadelphia. Disco Soul de Etiqueta”, con la presencia de  The O’Jays, The Trammps o The Stylistics, entre bastantes más. El viaje seguirá por Europa, comenzando por Abba y con un destacado capítulo para “España. Del Ansia de Libertad al Kitsch”, que arrancará con Azul y Negro para terminar con la Fundación Tony Manero. Como personalmente uno es más rockero que discotequero, quedo encantado con el capítulo “Rockeros Seducidos por la Música Disco”, por el que circulan Bowie, Blondie, Electric Light Orchestra, Elton John, Kiss, Robert Palmer, The Rolling Stones, Rod Stewart, Paul McCartney, Talking Heads y hasta Tony Joe White y su swamp disco.

Lógicamente hay espacio para los más grandes del género. En este aspecto es muy significativa la portada, como es habitual en estas “Guías del Rock & Roll”, en la cual tenemos a Abba, Michael Jackson, Donna Summer y Bee Gees. El capítulo para “Los Discos” tiene una subdivisión muy acertada. Por un lado “Los Álbumes” que arrancan con esa joya del 73 de The O’Jays titulada “Back Stabbers” y finaliza en el 2001 con el “Discovery” de Daft Punk. Pero es que luego está el capítulo de “Las Canciones”, porque la música disco fue mucho de singles y hubo más de un one-hit wonder que aparece en esta apasionante relación. Igualmente hay espacio para fotografías de todos los artistas sobre los que se habla y para los antros más importantes como el Studio 54, The Loft, Danceteria o Paradise Garage. La guinda, como ya viene siendo norma en este tipo de obras, es un “Playlist” con toda esa lista de canciones creada por Carlos y que suponen más de tres horas de apasionante historia de la música discos para bailar y romper a sudar. ¡Como cantaba Bowie, “Let’s Dance!”!