Gabinete Caligari: "Solo se Vive una Vez. Colección Definitiva"

Por: Javier González 

El sabio refranero nacional dice en una de sus joyas más valiosas que obras son amores y no buenas razones; pues bien, invito al ávido lector- melómano a que de entre su colección de recopilatorios sobre los grupos de la denominada edad de oro del pop español, muestre un disco que esté a la altura de éste "Solo se vive una vez. Colección Definitiva", en lo que a canciones, lírica y autenticidad se refiere. Un aviso. Que nadie se moleste, ese disco aún no se halla en su estantería. 

Y es que Gabinete Caligari siguen demostrando, más de veinte años después de su abrupto y desagradable final, que muy pocas son las bandas que puedan defender una carrera musical con tan marcada personalidad como la suya, reivindicada ahora gracias a un trabajo doble que de una vez por todas logra reunir las que podríamos denominar como las grandes canciones de su historia. 

Un paseo por sus eternos incunables, para deleite de aquellos que busquen regalar sus oídos con los himnos de siempre, entre pecados dulces y bares, con chulería, nocturnidad y alevosía, de la buena, no de la palo que vende Rosalía, para que nadie olvide que los Gabinete además de ser arrogantes sabían escribir canciones colosales al estilo de "Camino Soria", "La Fuerza de la Costumbre", "Caray!", "Tócala Uli", "Amor de Madre", dejando claro que "Solo se Vive una vez", jodido temazo, y que el suyo sigue siendo el cadáver que mejor luce de cuantas bandas de rock pasaron a la eternidad de nuestro rock. 

Un trabajo que a la vez devolverá protagonismo a otros cortes de su discografía no tan evidentes a oídos del gran público como "Malditos Refranes", aroma soul, cadencia rockera y dolor en el alma, "Sangre Española", la tauromaquia y la muerte como tragedia moderna, "Más Dura Será la Caída", con ese riff inicial infeccioso apegado a la voz de Urrutia, "Underground", maravillosa vacilada contra el esnobismo indie noventero, "Tango", homicidio y celos fundidos entre tonos oscuros, "Me Tengo que Concentrar", quizás la gran joya oculta de todo su cancionero, con esa atmósfera abrasiva y un deelay brutal, y su homenaje, a modo de testamento sonoro, para su gran referente barrial, los Burning, del inglés macarrónico y los estilismos imposibles by Quique Larnstrung, bajista original y fundador de los de La Elipa, de la genial "Like a Shot". 

Gabinete Caligari demuestran con ésta "Colección Definitiva" su enorme personalidad y un lenguaje musical único, quizás no demasiado asimilable para la corrección político-musical y el postureo imperante en estas décadas del siglo XXI, pero que a oídos del buen entendedor sigue defendiéndose por sí sola, como el gran legado del rock en castellano que es. Y ahora, parafraseando a Edi Clavo, que pase el siguiente y lo mejore, si puede.